Capítulo 2: "Bufanda"

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Ya habían terminado las clases por hoy. Sonia se dirigía a la parada de autobús como siempre pero...

-¡Ahh! Es verdad... la bufanda. Pero ese chico... Mmm...

-¡Sonia! - exclamó Naomí

-Mmm...

-¿Por qué estás tan pensativa? - decía Naomí mientras la miraba a los ojos

-Mmm...

-Sonia, ¿Me estás escuchando?

-¿Eh? Perdona Naomí... estaba pensando en que hacer con esto.

-¿Con la bufanda? Estás buscando a aquel chico... ¿Eh?

-No es lo que parece - dijo Sonia con las manos cruzadas tapándose - es que quiero devolverle la bufanda a aquel chico.

-Ahora que lo dices... que más da. No te preocupes... ya nos lo volveremos a encontrar.

-Siempre despreocupada - dijo Sonia con una sonrisa

-Bueno, ¿Te vienes conmigo a casa?

Sonia miró la parada de autobús y pensó. ¿Porque no?

-Creo que si, iré contigo - dijo con una sonrisa

Al pasar por el cruce donde se chocó con aquel chico Sonia sintió algo. No sabía de por que... pero algo le decía que mirase hacía el cruce. Estaba ahí.

- El... (...) Naomí sigue tu sin mi.

-¿So-Sonia?

-¡Perdóname! - Sonia salió corriendo por el cruce

Corría y corría. Cada vez se acercaba más a él.

-Tiene que ser él. Tiene que serlo...

Cuando le alcanzó se apoyó sobre su espalda. Mientras jadeaba para respirar.

-T-tú, er-es quien me dio e-esta bufanda...

Aquel chico se dio la vuelta.

- (...) Perdón. ¡Te confundí con otra persona!

-¿Con otra persona? Si me dices como se llama y como es podría conocerlo a lo mejor.

- ¡Gra-gracias! De su nombre no me acuerdo... de hecho, creo que no me lo dijo... pero es alto y pelo moreno largo hasta las orejas y con el flequillo en puntas llevaba puesta una camisa azul a cuadros esta mañana... y creo que nada más...

-Mmm... creo que ya se quien es. Creo recordar que se llamaba Alberto. Se donde vive pero no me acuerdo del nombre de su calle si quieres te podría llevar.

-Sería muy amable - dijo con una sonrisa

Aquel chico la llevaba por las calles en busca de Alberto pero solo pasaba el tiempo y en invierno anochece muy temprano. Se hizo muy oscuro.

-Perdona... ¿Falta mucho para llegar?

-No, tranquila. Su casa está a la vuelta de la esquina.

-Menos mal... me estaba empezando a cansar...

-Tranquila, ya todo ha pasado.

Sonia cruzo la esquina y no había nada. Solo un callejón a un local que se vendía.

-Perdona... creo que te has confundido de dirección. - dijo Sonia mientras daba media vuelta

-No, estamos en el lugar adecuado.

Sonia empezó a comprender lo que sucedía. Estaba muy nerviosa y no sabía que hacer.

-Déjame, ya lo buscaré otro día.

-Tranquila. Yo te ayudaré a encontrarlo.

Se acercó a Sonia con la intención de abusar sexualmente de ella. La agarró del cuello y la manoseó. Con la otra mano le tapaba la boca y le decía al oído lo siguiente:

-Como grites sacaré la navaja que tengo en el tobillo y te mataré.

Sonia empezó a llorar por la impotencia. El agresor se quitó el cinturón y se bajo los pantalones. Sonia vio la oportunidad ya que solo la estaba agarrando con una mano y le metió un rodillazo en las ingles del agresor. Esta empezó a correr pero el agresor estuvo rápido de manos y le cogió la bufanda del cuello. Con una mano sujetando la bufanda y la otra intentándose subir los pantalones, el agresor le dijo:

-Estás muerta.

Sonia se soltó como pudo la bufanda y salió corriendo. El agresor estaba colocandose los pantalones y el cinturón y la persiguió.

-Tengo que volver al cruce... no tuve que haberme separado de Naomí - dijo llorando

-¿Dónde estás? - decía el agresor de lejos

Sonia se escondió en un callejón cercano al cruce. El agresor la buscaba desesperado.

-Te encontraré...

Sonia solo podía esperar a que se fuera... pasó un gran rato y decidió mirar si podría salir estando a salvo.

-Parece que no hay nadie...

Se fue acercando poco a poco al cruce y se sintió aliviada. Una mano la cogió del cuello.

-¿A dónde crees que vas? - era el agresor

Le tapó la boca con la bufanda que le dieron esa mañana y se la llevó a otro callejón. Pero no hizo bien el nudo. Y mientras andaba y respiraba. Este se soltó. El agresor no podía recoger la bufanda del suelo ya que a la más mínima distracción volvería a escapar.

-Estate callada o sino...

Sonia solo lloraba. El agresor se la llevó al callejón mas cercano y siguió con su cometido. La toqueteaba y la manoseaba por todos lados. Le quito el jersey y la camisa y dispuesto a pasar al siguiente grado del abuso se quitó los pantalones...

-¡Suéltala!

El agresor miró que ocurría.

-No molestes. Lárgate.

-¡Socorro! - dijo Sonia

-Parece que ella no quiere hacer esto. ¡Sueltala!

Sonia no podía ver lo que sucedía. Sus lagrimas no se lo permitían. El agresor cogió su navaja y se abalanzó sobre el otro chico. Este cogió la bufanda y con maña amarró la bufanda en la muñeca del agresor e hizo que la soltara. El agresor salió corriendo.

-Tranquila. Ya todo ha acabado. Toma, tápate.

-Gra-gracias...

Sonia se vistió y limpió las lágrimas de la cara.

-Pero. Si eres tú... ¿Cómo supiste que estaba aquí?

El chico le enseñó la bufanda.

-Encontré mi bufanda en el suelo. Y me pareció raro.

Sonia no hizo más que llorar y le abrazó.

-¡Muchas gracias!

*****

Fin capítulo 2

Derecho a Quererte ♡Where stories live. Discover now