Capítulo 3: "Mio"

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Abrí los ojos y allí estaba. Era aquel chico que conocí esa misma mañana. No sabía que hacía ahí pero tenía que abrazarlo... en ese momento supe que era como mi protector...

*****

-¡Muchas gracias!

-¿Ya estás mejor? Vamos, sécate las lágrimas. Te acompañare a tu casa.

Sonia asintió y lo cogió de la mano para que la llevase a su casa. El chico se sorprendió y se sonrojó. Cada vez que Sonia le miraba a la cara o le decía "gracias" él evitaba la mirada directa y se sonrojaba.

-Oye, de verdad... muchísimas gracias... sin tí no se que hubiera podido pasar.

-N-no hay de que.

-Por cierto... aún no me has dicho tu nombre.

-E-esto... yo soy Sebastián.

-Yo soy Sonia - dijo mirándole

Sebastián esquivó la mirada y miró al otro lado.

-¿Vas a la secundaria? - le preguntó Sonia

-Si, estoy en cuarto. Este es mi último año.

-¿Y a qué secundaria vas?

-Voy a la misma que la tuya.

-¡¿Si?! Nunca te vi.

-Es que este año a los de cuarto nos cambian de entrada. Cuando tu entras por la puerta del sur yo entro por la del este.

-Aaah, ya veo... ¿Y siempre vas andando a la escuela?

-Si, me coge lejos... pero me gusta tomarme mi tiempo por la mañana.

-Yo siempre voy en autobús. Me da pereza andar por la mañana...

-Entiendo...

-Mira, esta es mi casa. Muchas gracias por ayudarme con todo esto. ¿Te gustaría entrar y tomar algo?

-N-no me gustaría molestar a tus padres... - dijo sonrojado

-Tranquilo. Mi madre está trabajando. No viene hasta por la noche y soy hija única. Y mi padre murió poco después de nacer yo por un cáncer.

Sebastián miró hacía abajo avergonzado y acto seguido le dijo que le apetecía entrar para tomar un vaso de agua. Al entrar, Sebastián se quedó en el salón y mientras, Sonia le preparaba un vaso de agua.

-Este debe ser el padre de Sonia - pensaba mientras veía una foto del salón

Sonia entró y al ver que estaba contemplando las fotos del salón le dijo:

-Ese es mi padre. Mi madre dice que fue una gran suerte para el que me viera nacer. Aunque ahora no este vivo se que esta vigilando y está conmigo ayudándome.

-Perdón, no quería que recordases nada malo...

-Tranquilo. La muerte de mi padre es un hecho. Lo llevo sabiendo durante muchos años y ya estoy acostumbrada. Es verdad que me da pena el no poder conocerlo en realidad pero aun así no debo entristecerme por ello... debo ser fuerte.

-Tienes razón. Eres muy fuerte - dijo con una sonrisa

-Me alegra poder verte sonreír de una vez.

-Sonia, yo te quería preguntar una cosa. Se que no me conoces de mucho pero me gustaría quedar contigo algún día.

-Pues claro. Es lo menos que puedo hacer por ayudarme. Eres mi protector. Si puedo hacer algo más por tí pídemelo. Lo que sea.

-Pues... - dijo colorado y avergonzado

-¿Si?

-¿Me darías tu número de teléfono?

-Si, está bien.

Los dos se intercambiaron los números de teléfono.

-Creo que debería ir saliendo hacia mi casa.

-Si, lo entiendo.

Justo en el momento en el que él iba a salir... se escuchó el pomo de la puerta rotar. Era la madre de Sonia.

-Mama.

-Hola Sonia.

La madre miró al lado de Sonia y se fijó en que había un chico.

-¿Vengo en mal momento?

-¡Mama! Esas bromas no me gustan.

Sebastián no se enteraba de nada.

-Bueno, encantada chico. Soy la madre de Sonia.

-Hola, yo soy Sebastián un amigo de su hija.

-Mama, el es mi salvador.

Sebastián se avergonzó y se puso colorado. Sonia le contó a su madre lo sucedido con el agresor.

-Vaya... Sonia, debes tener más cuidado. Es verdad de que en las noticias salió que habían estado sucediendo casos de violaciones por la zona. Si no hubiera estado este chico... te lo agradezco de corazón. ¿No te gustaría cenar aquí? Tómalo como una recompensa.

-Lo siento, no puedo aceptar eso.

-Quédate... ¡Eres mi protector... Hazlo por mi!

-Quizás otro día. No avisé en mi casa y deben estar preocupados por mí.

-Bueno, tienes razón. Sonia, dile a tu amigo que sera bienvenido siempre. Además, no paso mucho tiempo en casa y me gustaría que estuvieses acompañada...

-le tomo la palabra señora - dijo él

Sebastián se fue de la casa de Sonia.

-Creo... que me siento muy bien... tengo tanto calor que me quitaría la chaqueta. Aunque me quede con ganas de pasar más rato con ella...

Unos sonidos de pasos se escuchan detrás de él. Miró hacía atrás y...

-¿Corredores a estás horas? Pensaba que a lo mejor podría ser... no, da igual...

Otros pasos se volvían a escuchar...

-O-oye tú...

-Sonia...

-Gracias por todo - Sonia le dio un beso como señal de agradecimiento

-A ver si quedamos pronto, mi protector.

Sonia se marchó.

-M-me ha besado... me ha besado en la mejilla...

Sebastián se quitó la chaqueta.

-Al menos ella es muy amable...

*****

Fin capítulo 3

Derecho a Quererte ♡Where stories live. Discover now