Mi Vida En Letras.

Capítulo 1.

Estar enamorada de un chico durante 4 años no es fácil. En fin, todo te resulta raro, estas al pendiente de cada gesto que te hace y no puedes evitar sonreír como una tonta cuando te habla.
Sé de lo que hablo, lo he vivido. Mejor dicho, lo estoy viviendo.

Así es, desde 4to de primaria enamorada de Jake McCall.
El típico chico de ojos azules que tiene a todas bajo su hechizo. ¿Yo? ¿Cómo definir que era yo, Samantha Hamilthon que era para Jacke Mccall?

Aunque fuimos novios en algún que otro curso, luego, pensándolo mejor te replanteas el hecho de... ¿Qué soy para él? Y hasta que no te das cuenta de que solo eres el tonteo y el ligue que quiere tener él en secreto no te das cuenta de que te utiliza en la sombra.

-¿Sam? ¿Estás ahí?-en un movimiento rápido no pude evitar soltar un suspiro y mirar a mi mejor amiga, la que me miraba extrañada.

-¿Es Mccall otra vez?-Sí era él. ¿Por qué no paraba de mirarle? Parecía una tonta... Me decidí por pestañear, suspirar y asentir a mi mejor amiga, la que seguía con cara en plan de como si hubiera visto a un gato vomitando arcoiris.

No podía evitar mirarle, claro,.como no, él estaba con su típico grupito de amigos, pero no se me escapaba ver, ni contar las miraditas que me lanzaba.

Todo con disimulo, claro. Nadie quiere que se entere de que Samantha Hamilthon estaba tonteando y en sus ratos libres haciendo otras cosas con Jacke Mccall. El tipo bueno de todo Segundo de segundaria.

-¿Por qué es tan mono?-pregunté a Liss. Mi supuesta mejor amiga.

-¡Por qué te gusta imbécil! Pero deberías plantarle cara, echarle un par de ovarios y decirle lo que sientes.

-¡No puedo!-Suspire y dejé caer la fuerza en mis hombros.

-Pues al menos intenta establecer una conversación con él. Si eres su lío/Tonteo o cosa rara, como lo quieras llamar, tienes todo el derecho ha hablarle.

Odiaba admitirlo pero Liss tenia razón. Si era su secretito. ¿Por qué no podía establecer una conversación agradable? En fin... Se habla con todo el instituto. Y yo, soy una marginada comparada a su lado. A ver, me levo bien y soy sociable. Pero no voy a negar el hecho de que siempre vaya con mis dos mejores amigas y que vaya a mi bola.

-Está con gente. Y esa gente, justamente, no me cae bien.-Repliqué.

Mierda. Me repetía en mi mente.

-Pues... Ahora tienes la oportunidad, se está yendo hacia la taquilla y parece que va sólo.-Liss, tan oportuna como siempre.

A parte del pequeño empujón que me pegó la muy zorra de mi mejor amiga para que, bueno, me acercara al hombre que me gustaba. Bueno, un hombre que no tiene ni pelos en el pecho.

Fui a establecer una conversación con cualquier cosa que fuera el mío.

-¡¡Eyy!! Hola! ¿Cómo tú por aquí?-Mierda. Era lo único que decía.

-Estamos en el instituto, a 3ra hora. Es lógico. ¿No?-Una sonrisa burlona se le escapó. Al igual que a mí, que se me caía la baba y lo único que hacia era mirar esos ojos azules.

-Emm... Sí, jajajaja que tonta que soy. Bueno ¿Qué haces luego?-Tonta, tonta, tonta. ¿Para que coño le pregunto?

-Pues Estaba pensando en ir a tomar algo.-

-Ah, bien.-Asenti.

-Hamilthon, lo que quiero decir es. ¿Quieres ir a tomar algo conmigo?-Me sonroje.

-¡Vaya! Mccall. Me temo que eso suena a cita.

-Puede que sí. Puede que no. ¿Que me dices? ¿18:15 paso a por ti?

Obvio que sí. Por favor, dios, mata me ya antes de que la cague.

-Vale. 18:15 en mi casa. Chao.

Y me fui. Con la baba en mi barbilla de contemplar a aquel chico.

-¡¿UNA CITA!?-Gritó Liss mientras que se lo contaba en el almuerzo.

-Sí, Con Jacke mccall.

-Bufff... Hay que ponerte mona. No puedes ir así.

-¿Qué me pasa?

-Pues que necesitas un toque de maquillaje.

-Mmm... Vale. Todo en tus manos.

16:30 y en mi casa, con Liss. La cual se había auto invitado a comer. Me arregló para eso. La "cita" con el chico de mis sueños.
Todo genial, iba perfecto, por decir algo. Pero...
Llegaron las 18:15 y vino a por mí, lógicamente como quedamos. Pero... Algo no fue bien. Mejor dicho, nada bien. En aquel momento era la chica más feliz del mundo, me recibió con un beso, todo iba ¡Guau! Pero todo empezó mal cuando apareció su grupito de amigos y volvió a tratarme como una puta mierda.
-Hey Jacke. ¿qué hace esta pringada contigo?-Como no, Cheelse Brook. Arrogante, asquerosa y una completa zorra. La típica que le queda medio milímetro para que la raya del ojo hiciera contacto con la raíz del pelo.

-Si no te importa me voy. No quiero hablar con una zorra barata. Upps!! Lo siento! No es broma, lo eres, no lo siento.-Exclamé con sarcasmo.

-Aggh que asco me das. Bueno Jacke, cuando no estés con esta niñata hablamos. Y hacemos otras cosas... Ya sabes. Llámame.- Susurro Cheelse.

-Jacke que coño pasa? ¿Te avergüenzas de mí? ¿Qué pasa? ¿No te gusto?- dije con los ojos llorosos.

-Sam... No es eso, es muy complicado.

-Ahórrate las disculpas y vete con esa zorra.

-¡Espera!-gritó.

-Adiós, McCall.