Capítulo 3

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Mire con un poco de sorpresa lo rápido que desayunaba Jonathan tomo un respiro y dijo -Se llama Ale... ¿Como dijo?... -paro de hacer todo y miro al techo como si ahí estuviera la respuesta, se rindió y miro su desayuno y volvió a decir -Se llama Ale.- la forma en la que lo dijo lo delato por completo eso y que tenía una sonrisa de oreja a oreja. Coloque mi mano en la barbilla analizándolo.
-¿Y?...-digo poniéndome de pie Jonathan contempla mi acto pero no protesta.
-Es hermosa y tiene un cuerpo que... ¡Dios!.-Dice con los ojos en blanco, debe ser cierto por su expresión pero no es nada que no se le pase después de tirarsela.
-Pues ya sabes que hacer ¿no?.
Jonathan niega con la cabeza mirando abajo.-Lo intente, hermano, pero no cayo, aunque fue amable conmigo.-suelta un suspiro de decepción.-prácticamente me mando a la chingada de una manera amable.
Suelto una carcajada y mi amigo voltea a verme con el ceño fruncido.
-¡Esto es nuevo!, ¡Jonathan Solis no pudo conquistar a una chica!.-digo entre carcajadas y moviendo la cabeza.
Jonathan se pone un poco serio y se le tensa la mandíbula.
-No te rías pendejo, esto me frustra.
-Como sea ya veremos después ahora tengo clase, pero, wey, la universidad esta llena de chicas y si esa no te pela puedes ver por otra y ya.
Asiente mirándome.
-Lo se pero esta chica es diferente y...
En el momento que lo escucho decir esa palabra "diferente" todo mi cuerpo se tensa, que alguno de nosotros digiera que una chica era distinta a las demás por alguna razón era preocupante, así que pregunte.
-Espera ¿Qué es esa mamada de que es diferente?.
El solo esperar la respuesta me asusta, pero espero a que él conteste, voltea a verme por la cara que tengo sabe que tiene que decir la verdad, él suspira por segunda vez mirando hacia abajo.
-Solo lo es, lo demostró cuando me rechazo, las otras caen al instante y ella no, eso la hace diferente.
Lo miro con cara de asco y él levanta una ceja confundido recargo mi mano en la mesa y lo miro fijamente.
-Hablas como si fuera la mujer de tu vida, no me jodas Jonathan, ¿te has enamorado?.
Él se sorprende con lo que acabo de decir y al igual que yo pone cara de asco.
-No digas mamadas.-dice riéndose- Solo que... No se... Ya vete vas a llegar tarde.
Eso para nada era una respuesta congruente pero dejaría de insistir, pronto se le pasaría.
Se voltea y saca su ¡phone de su mochila y se pone a jugar two cars yo muevo la cabeza y le doy un golpe en el hombro.
-Nos vemos luego, enamorado.
me río y el pone los ojos en blanco.
Seguí mi camino a clase, por suerte el edificio en el que me tocaba era el mas cercano a la cafetería pero tuve que caminar rápido para llegar a tiempo. Entre al salón casi corriendo al llegar me dirigí directo al fondo del aula donde siempre me sentaba y nadie me molestaba, avente la mochila en el momento en el que el Profesor Coria entraba dando los buenos días como siempre y al que todos respondiamos al unisono, derecho ambiental es fácil y no tengo problemas con esta materia y en general con ninguna, Jonathan y yo somos unos chingones en derecho, y mas nos vale serlo ya que ambos estaremos al frente del despacho de nuestros padres en algunos años. El Profesor Coria llega a su escritorio y comienza a sacar su material de trabajo al igual que nosotros.
-Muy bien chicos hoy tendremos un repaso de todo lo que hemos visto hasta ahora, pronto abra examen y además hoy se integra una nueva alumna...-dice el profesor buscando con la mirada entre mis compañeros que están volteando a todos lados para reconocer una nueva cara.-Me parece que no a venido... En fin vamos a comenzar saquen...
-Disculpe profesor, ¿Puedo pasar?.- dice una voz demasiado bonita pero agitada.
De inmediato todos dirigen su vista a la puerta pongo los ojos en blanco y continpontecando mi material de mi mochila.
-Claro, pasa, busca un lugar y ponte cómoda, estamos por empezar.- Dice el Profesor Coria.
-Siento llegar tarde, me perdí.
Mierda, su voz...
-No te preocupes, a todos nos pasa el primer día en una nueva escuela.
Todos sueltan una risa a forma de acuerdo en lo que dijo Coria.
Veo la silueta de la chica que se sienta a mi lado pero evito voltear y sigo mirando mi cuaderno.
-Bueno, clase ella es Alexa Neri, acaba de mudarse a la Ciudad Todos sean amables, por favor.
Coria le dice a la chica nueva un par de cosas sobre lo que haremos hoy en clase y pide que sacaramos los apuntes, comienza con un tema en especifico, demasiado interesante como para no mantenerme atento a todo lo que dice, apuntó lo mas sobresaliente, pero de repente.
-¿Oye?- dice la chica nueva en voz baja dándome un codazo en el brazo pero no me volví para mirarla.
-Estamos en clase, ¿Qué necesitas, Alexa?.- dije acercandome un poco a ella pero sin perder la mirada del profesor.
-Un bolígrafo.-lo dijo tan cerca de mi oído que su aliento cálido me causo escalofrío. Por mas que me molestara que me hubiera interrumpido no me gustaba ser grosero con nadie, aunque ¿quien venia a la escuela sin un puto bolígrafo? busque en mi mochila hasta que encontré lo que necesitaba, se lo di y volví a anotar.
Siento su respiración en mi oído de nuevo lo que de nuevo me provoco permanecer inmóvil.
-Gracias, me has salvado.- su voz se nota un poco ronca.
Levanto un poco la comisura de mis labios, pues se lo que pretende.
Me acerco a su oído y le susurro.
-A sido un placer salvarte, Alexa.- digo con mi voz sensual por suerte le provoque lo que esperaba pues aunque no la mire sentí como se tensaba con mi acercamiento, no lo esperaba.
Me alejo y sigo con lo que estaba haciendo, si esta chica quiere intentar seducirme, yo también haré lo mismo.

Say You Love MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora