Capítulo 13

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Esto va dedicado a todas las lectoras que siguen mi historia y que cada día piden más.

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- Sí, esta es mi casa desde hace mucho tiempo - dijo mientras me sujetaba por la cintura y de un salto, entrábamos al interior del Coliseo a través de una de sus múltiples ventanas.

- ¿ Qué te parece mi hogar ?

- Es maravillo - dije conteniendo sin éxito mi asombro

- Gracias -

El interior del Coliseo aún conservaba algo de su esplendor, a pesar del paso del tiempo podía admirarse gran parte estructura original.

- ven - tiró de mi tan fuerte que casi me hizo perder el equilibrio, pero preferí no quejarme, había tantas cosas en un solo día que una más no importaba.

Bajamos por unas escaleras y llegamos a pasadizo muy estrecho, por el era muy difícil caminar, al cabo de un rato de andar por el largo pasillo, llegamos a un pequeño habitáculo.

- Bienvenida a mi casa-

- aquí vivo- dijo mientras se tiraba sobre un enorme sillón de fieltro marrón

- ¿ Por qué vives debajo del Coliseo? - le pregunte todavía algo aturdida de camino

- Necesitaba un lugar seguro, y que más seguro que el Coliseo, además esto es la Domus Aurea de Nerón, esta cerrada durante la noche, por el día recibe la visita de turistas y curiosos, pero esta cámara es secreta, nadie sabe que existe.

- ¿ te gusta la comida Italiana?

- Me … me gustaría tener algunas respuestas

- ¿ Qué respuestas?

- ¿ Quién eran esa gente? … ¿ Por qué nos querían matar?

- Demonios … ¿ quieres pasta o arroz ?

- ¿ Demonios ? Eso no tiene ningún sentido

- Aquí en Roma, todo tiene sentido, Ven aquí, te enseñaré a preparar pasta italiana.

No me moví, su mirada me decía que podía fiarme de él, pero el miedo aún me impedía confiar del todo en sus palabras. Sentía algo perturbador al estar a su lado y ese era el motivo principal de mi miedo.

- ¿ y si hacemos un trato? Inclinó el rostro , y me miró con sus penetrantes ojos caramelo - tú me ayudas a preparar la pasta y yo respondo a tus preguntas.

- ¿ Mis preguntas ?

- Sabes a lo que me refiero

Lo sabía exactamente, sin decir una sola palabra me puse a su lado. Deslizó la tabla para cortar delante de mí.

- Primer paso - dijo, colocándose a mi espalda y poniendo ambas manos en la encimera, junto a las mías.- escoge los tomates más blandos para la salsa, pícalos muy pequeños - acercó su boca a mi oído -su suave aliento me hizo estremecer - . Esos están bien, ahora coge el cuchillo.

- ¿ es necesaria tanta proximidad? - pregunté, sin estar segura de lo que realmente sentía.

- cuando se trabaja en equipo es totalmente necesario, agarra bien ese cuchillo y a por los tomates.

Presioné el cuchillo contra el tomate, se partió en dos mitades, y ambas mitades se dividieron en seis más pequeños, Gabriel los cogió y los depositó en la sartén, que ya echaba humo.

Gabriel emitió un sonido profundo de aprobación y se echó a reír.

 

Después de la cena llevó los platos al fregadero

- tú lavas y yo seco

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2013 ⏰

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Ángeles, Amor InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora