era nada en comparación de cómo me sentía en ese momento.
Cruzó como una bala, la oscura y densa noche, las nubes rozaban mi cara y a mis pies podía ver la ciudad y las copas de los árboles, parecían de juguete, a pesar del gélido frío nocturno, me sentía bien ya que sus alas me servían de abrigo, era una sensación tan extraña y a la vez tan familiar para mi.
Entonces, terminó, Gabriel descendió lentamente hasta estar de nuevo sobre el suelo, sus alas desaparecieron en su espalda lentamente.
Se quedó inmóvil a la espera de que me bajara.
- ¿ qué tal te encuentras ? .
No estaba segura de cómo me sentía, pero estaba feliz y relajada.
- Muy bien - admití
Gabriel sonrió.
- aquí - dijo señalando al Coliseo Romano
- ¿ Vives en el Coliseo ? Dije sorprendida
- Sí, esta es mi casa desde hace mucho tiempo - dijo mientras me sujetaba por la cintura y de un salto, entrábamos al interior del Coliseo a través de una de sus múltiples ventanas.
- ¿ Qué te parece mi hogar ?
- Es maravillo - dije conteniendo sin éxito mi asombro
- Gracias -
El interior del Coliseo aún conservaba algo de su esplendor, a pesar del paso del tiempo podía admirarse gran parte estructura original.
- ¿ dónde esta tú casa ? - pregunté
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Ángeles, Amor Inmortal
RomanceY aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, al ver los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Entonces dijo Yahvé: «...