20

11.1K 1.7K 213
                                        

Querido Alex.

No sé muy bien cómo empezar esta carta. Supongo que en este momento ya debes de saber dónde estoy, y el porqué.

Pero quiero que me des una oportunidad de explicarte todo, para que al menos no me odies tanto.

Creo que todo empezó desde que tengo seis años. Sí, desde ese entonces soñaba con ser una gran violinista, podía sentir como las notas fluían por mi sangre, y desde tan pequeña soñaba con entrar a la universidad donde estoy ahora.

Hace unos meses me había presentado en una audición y me dieron una beca completa, y debes de saber el honor que es entrar en esa universidad.

Todo en mi vida estaba tan perfecto, todo lo que había soñado se había hecho realidad. Pero entonces apareciste tú, y no planeé enamorarme de ti como lo estoy ahora.

Eres el mejor de mis errores. Si es que se le puede decir a lo que tuvimos un error, porque Alex ninguno de los dos planeamos enamorarnos, ni salir lastimados.

Yo tenía que ir a esa universidad. Por la pequeña chica que soñaba ser una gran violinista... Pero había algo que me ataba a seguir aquí, y ese algo eras tú.

Tú más que nadie sabe lo mucho que odio las despedidas. Además, si te lo decía, y miraba tus ojos, me iba a quedar hasta el último día de mi vida contigo, y es algo que no puedo permitirme.

Decidí irme antes y sin avisar porque creía y creo que es lo mejor para los dos, así nos evitamos lágrimas, y así tal vez me odies tanto que puedas superarme y encontrar otra chica, otra chica que te haga feliz, que si demuestre sus sentimientos, y que no sea una dura y fría roca como yo lo era contigo.

Aun así después de lo que te he hecho, me atrevo a pedirte un favor. No me busques, Alex.

Si me buscas sentiré que nuestra historia no se ha cerrado y sé que ambos nos sentiremos profundamente mal. Y será difícil que nos olvidemos. Por más que me duele en el alma imaginarte con otra persona, sonriéndole a otra, cantándole a otra, sé que es lo que sucederá y es lo mejor. Alex, no te ato a mí.

No quiero que cuando hagas eso pienses en que me estas afectando. No quiero que sigas pensando en mí de esa forma.

Sin embargo eso no quita que quizá nos encontremos dentro de unos años por la calle, y nos abracemos como lo hacíamos antes.

Porque aunque te estoy pidiendo que te olvides de mí, también te estoy pidiendo que recuerdes que cuando me necesites, cuando tu corazón grite mi nombre, sin importar dónde o con quien estés, yo siempre estaré al otro lado de tu ventana.



Al otro lado de tu ventana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora