Una sensación de peligro

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La chica de la foto del capítulo es Fira.

***

Narra Aqua:

Junto a Alira, fuimos a coger fuertes hierbas, las atamos entre si creando una cuerda muy resistente capaz de aguantar gran peso. Una punta la atamos fuertemente al pie de Fira. Alira saco sus alas y subió la otra punta de la cuerda a un árbol muy grande. Más o menos, a unos 4 metros sobre el suelo.
- ¿Estáis preparada? - pregunté lo más bajito posible, mirando a Alira.
- Sí - me confirmó suavemente, al igual que yo.
La verdad es que no entiendo como es que Fira duerme tanto, Aunque por otra parte la entiendo, se ha pasado casi 1000 años de su vida durmiendo en un horno sin poder moverse. Dormir en el suelo tiene que ser un privilegio para ella.
- ¡Ya! - grité con todas mis fuerzas, sin importarme la situación en la que pondríamos a Fira.
Alira, se tiró del árbol con la otra punta de la cuerda sujeta en sus manos. Dando a lugar a que Fira saliese volando hacía la rama y que Alira volviera al suelo tranquilamente.
Fira según iba subiendo, más gritos y movimientos bruscos daba, hasta que llegó a la punta. Allí dio un grito desgarrador.
Esa no era la forma más hermosa de despertar a alguien...
- ¡No me hace ni fulana gracia! - gritó Fira desde la rama.
- ¡Pues a nosotras sí! - gritó Alira seguido de muchas risas de nuestra parte. Ahora es cuando me doy cuenta de que eso fue cruel.
- ¡Bajadme! ¡Sacadme de aquí! - amenazó Fira - ¡Soltadme ya, zoquetas!
- Ohh... ¡Mirad como tiemblo! - dije con toneladas de sarcasmo, sacudiendo mis manos visiblemente fingiendo temblar.
Luego, Fira, se quitó la bufanda que rodeaba su cuerpo y la dejó caer (vamos, que volvió a quedarse desnuda). Luego, hizo que su pelo se volviese más claro. De su piel empezaron a brotar innumerables llamas, que llenaban el aire de calor y fuego. Apretaba los ojos para que estuviesen cerrados, y tenía los puños también cerrados con fuerza.
El árbol no aguantaba tanto calor, por lo que se empezó a secar y romper. Fira hizo que con el calor la cuerda que la sostenía se rompiese. Cayó al abismo con un grito aterrador.
Mientras caía, unas llamas todavía más fuertes y resistentes a las antiguas salieron de su pecho, haciendo que su caída fuera cada vez más lenta.
Cuando Fira estuvo totalmente quieta en el aire, abrió de nuevo sus ojos, que ahora eran color fuego con pequeñas llamas rojas en su interior. Ella salió volando hacía nosotras torpemente. Se notaba que le costaba mantenerse en equilibrio.
Todo lo que ella tocaba, acababa prendiéndose, y no parecía darse cuenta de lo que hacía. Lo que más tocaba eran las hojas y los árboles que le dificultaban su camino.
Bajó lentamente hacia nosotras con unas fracciones muy enfadadas, se podría decir que la ira y el odio la poseían.
- Fira, tranquilizaros. Sólo era una bromita de nada - intenté tranquilizarla. Pero no era tan fácil.
- ¿¡Y como queréis que me tranquilice cuando habéis estado a punto de matarme!? - gritó Fira muy enojada. Otra ola de fuego más fuerte salió de ella, creando un círculo de fuego que nos rodeaba a las tres. Fira no pareció darse cuenta de que hacia con su fuego interior. De lo único que prestaba atención era en nosotras. Nos miraba seriamente, con la cabeza un poco agachada. Parecía una loca que estaba planeando nuestro asesinato.
- Perdonadnos. No lo volveremos a hacer. Es una promesa - dijo Alira intentando tranquilizarla.
Yo me estaba empezando a encontrar muy mal. Y eso, Alira lo notó.
- ¿¡No ves que le estáis haciendo daño a Aqua!? ¡El fuego derrite al hielo! - gritó Alira nuevamente - Tranquilizaros, Fira. ¡Sólo era una broma!
Yo estaba empezando a encontrarme cada vez peor. Me dolía la cabeza, el pecho, la tripa y mil partes mas. Así que me hize una pequeña cúpula de unos 10 centímetros de grosor en el cual yo reposaba tranquila en su interior. Esa cúpula guardaba el frío en su interior. En ella, me senté en el suelo para esperar a que se me fuese el dolor.
- De acuerdo - dijo Fira intentando tranquilizarse -. Por esta vez lo dejaré pasar.
Alira sacó sus alas y ascendió al cielo. No aguantaba con el calor. Ya tenía muchas manchas de ceniza negra en sus blancas alas que resaltaban un montón.
Fira mientras tanto se quedó pensativa mirando el fuego que la rodeaba. Sus pies estaban cubiertos de fuego, pero era como si ella no lo sintiese.
Unas llamas de fuego la empezaron a escalar a pequeños saltos y se posaron en su pecho, en el cual penetraron hasta llegar a su corazón.
A Fira le dio un calambre que hizo que su deseo de aniquilarnos desapareciese. Pero ya era demasiado tarde como para apagarlo. El bosque a nuestro alrededor estaba cubierto en llamas, y no había forma humana de salir.
Pero nosotras no éramos simples humanas...
- ¡Os perdono! - gritó Fira.
- Eso es genial, creedme, ¡pero ahora lo que necesitamos es agua! - grité desde dentro de la cúpula que había creado para mí sola.
- ¿¡Pero como!? - gritó Alira que se había apollado encima de mi cúpula - ¡Aquí ninguna de las tres posee poderes de agua!
De repente, miré hacía mi cúpula, de donde salió una pequeña gota de agua de hielo derretido en su exterior.
Se me ocurrió una idea que tal vez funcionase, pero no estaba muy segura.

"Por intentarlo no se pierde nada" - pues en este caso sí que se perdería algo. La vida.

Continuará...

Años de silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora