[Capitulo nueve]

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Weón, esta es la tercera noche que sueño con guaguas, es como una predicción o algo por el estilo. No le he comentado nada al Edgar, mucho menos de los sueños, pero últimamente me he sentido muy enferma, quizás es la reacción típica después de la primera vez o algo por el estilo.

Mi desayuno de hoy iba a ser café con leche y un pan tostado con palta, gracias palta por existir, es algo tan sublime, jamás me cansaré de ella. Cuando estaba masticando mi crujiente marraqueta me acordé de mis sueños, y mi vientre gigante que aparecía en el. Me dieron nauseas, literal. Partí corriendo al baño a vomitar lo que algún día fue comida. Mierda, esto no está pasando, yo me cuide y el Edgar se cuidó, es casi imposible un embarazo sorpresivo, casi.

Estaba en el sillón pensando en mi carrera, mi futuro y en lo que diría mi mamá y el Edgar. Yo no podía estar embarazada, no tengo instinto maternal, no sé cambiar pañales, no quiero que mi vagina se abra alrededor de dos metros y no quiero llantos por la madrugada.

Me agarre la cabeza en señal de frustración. MIERDA.

⭕⚫⭕

Estábamos en una casa desconocida con el Edgar, y por supuesto, con sus amigos. Era una junta piola, y accedí a venir porque hace rato no veía a mi Edgar. No sé porque chucha le digo "MI" Edgar, pero sólo es así. Estábamos hablando de puras mierdas y cosas por el estilo. El Edgar ya se había tomado alrededor de 6 vasos de chela, y estaba bastante sonriente. A mí me ofrecieron muchas veces copete pero no accedí, porque le podía hacer mal a la Pelusa. Sí, así le puse a la cosa que quizás esta en mi vientre, "PELUSA", porque es pequeña, y molesta, por los síntomas y todo eso. Se me ocurrió ese nombre anoche, cuando me estaba acariciando la guata, y pensando en ese posible pirigüín bonito y tierno, así como su papi.

Aún no le había comentado nada al Edgar, no creo que este sea el momento más adecuado para hacerlo, ya que el Edgar no está sobrio, pero solo quiero decirle todo en realidad, no sé si saldrá corriendo o algo por el estilo, pero decir la verdad siempre es lo mejor.

—Amor ¿Por qué no quieres tomar? —dijo ofreciéndome un vaso de chela.

—Es que estoy mal de la guata—Mentí, aunque no era mentira del todo, porque era algo relacionado con la guata así que no está mal lo que dije, o más o menos.

Me miró extrañado, porque me había comido casi toda la comida del pequeño carrete que había y creo que el notó eso, quizás si le digo la verdad todo estará bien. Tengo que dejar el miedo atrás.

—En realidad, tengo que hablar contigo—dije seria, él levantó una ceja y sonrío. Cree que lo estoy webiando. ¿Acaso no ve mi seriedad?

— ¿De qué? —preguntó y depositó un pequeño un pequeño beso en mi mandíbula.

— ¿No puede ser en otro lado? —pregunté mirando alrededor.

—Sí—sonrío con picardía—Vamos a otro lado.

Quizás que weás se imagina este Edgar, caminamos hasta una pieza que tenía las paredes blancas y con adornos de un viejo ñoño, esta debe ser la pieza del amigo del Edgar, son todos iguales.

Cuando cerró la puerta de la pieza, se acercó a mí y me tomó en brazos, haciendo que mis piernas rodearan sus caderas. Me empezó a dar besos en el cuello, y en el escote de la polera en corte "V" que tenía. Esto se está poniendo caliente. Me apoyó en el escritorio donde estaba el PC de su amigo.

—Edgar, de verdad quiero hablar contigo— dije entre besos.

—Yo quiero hacer otra cosa contigo la verdad—mordió el lóbulo de mi oreja con sensualidad. Ay, Edgarito que me mojo.

Más de ti {Edgar y tú} (Jaidefinichon - Goth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora