QUINCE DÍAS CON ÉL - sTaXx & Tú #1°

DÍA #4

DÍA #4: Número Desconocido.

—Eres realmente linda —dijo sonriéndome y pegándome a su cuerpo —.

—¿Es algo que sueles decirle a todas? —me burlé —.

—Sí, pero a pocas se lo digo de verdad.

Reí fuertemente, y él me imitó. Frank comenzó a acortar nuestra lejanía, uniendo poco a poco nuestros rostros, sabía que ambos queríamos lo que estaba a punto de suceder.

Desperté de golpe y sudando frío, esto me pasa por haberme quedado viendo los vídeos de Frank ayer. Que sueño más extraño y perturbador.

Moví la cabeza para alejar mis ideas y tomé el móvil para fijarme en la hora.

Abrí los ojos como platos cuando me di cuenta de lo tarde que era.

Me incorporé rápido y fui a ducharme, mi plan había sido llegar temprano a la universidad para así poder interrogar a Daniel.

Después de bañarme, me vestí con algo cómodo y usual, cogí algunos libros y salí a tomar el autobús.

No tomé desayuno ya que era tarde y, además, mamá no estaba para hacerme compañía, ella era enfermera y tenía distintos turnos en la clínica para la que trabajaba, hoy ella no llegaría a casa hasta las 7:00 pm más o menos, así que antes de salir, me aseguré de haber guardado las llaves en mi mochila.

Tomé el autobús y llegué con unos cinco minutos de retraso a mi primera clase, pero felizmente, el maestro de matemáticas era mucho más tardón que yo.

Ubiqué a Dani y me dirigí hacia el asiento libre de su lado.

—Hola —saludé sonriente, pero él solo me miró serio —. ¿Y a ti qué te sucede?

—¿Y encima me preguntas?, ¿desde cuándo te embriagas hasta casi enrollarte con un tío que apenas conoces?

Estaba segura de que mi cara tomó un color rojo intenso y de que parecía un tomate. No solía sonrojarme, pero vaya que estaba avergonzada por lo que había dicho mi amigo.

—Lo siento, creo que se me fue de las manos —susurré —. No volverá a pasar, lo prometo, yo...

—¡¿Qué no volverá a pasar?!, ¡pero si fue genial!

—¿Ah? —Daniel solía ser extraño, pero ahora de verdad me había confundido.

—Al fin, _____, sabes que te quiero, pero solías ser demasiado aburrida para las fiestas.

Bufé mientras me sentía estúpida por pensar que Daniel me había estado reprochando por haber sido irresponsable, cuando él lo era el doble que yo y a diario.

—Eres un idiota —mi amigo se hizo el dolido, pero sabía que internamente se burlaba de mí —. Tengo algo que preguntarte.

—Pues dime.

—¿Por qué fue Frank quien me llevó a casa cuando mi mejor amigo estaba allí?

—Oh, no es tan complicado —explicó —, el problema fue que era tarde y ustedes dos estaban demasiado ebrias como para controlarlas yo solo, así que Frank se ofreció a llevarte en su coche. Primero lo dudé, pero viendo que tú estabas un poco más consciente que Paola, acepté.

—Vaya amigo, pudo haberme hecho cualquier cosa sucia y ustedes como si nada.

—_____, él es una persona demasiado conocida, si te hubiese hecho algo, todo el mundo lo hubiese sabido en segundos, además, me aseguré que llegaste bien a casa llamando a tu mamá, todo estuvo bajo control.