DÍA #11

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DÍA 11: "Fiesta en la piscina"

—Sé sincera, ¿Crees que esto me hace ver el trasero más grande? —preguntó Paola, con evidente preocupación en el rostro, mostrándome como le quedaba un short de mezclilla que se estaba probando.

Levanté mi mirada del móvil para verla. Mi amiga no necesitaba nada que aumente sus tallas, ella era bastante guapa, pero ya conocía a Paola.

—Te queda muy bien, me gusta.

—_____, ¿Al menos podrías fingir sinceridad? —entrecerró los ojos.

—Lo dije enserio —contesté —, de todas formas no entiendo ni porque estamos discutiendo si a las finales escogerás el primer vestido que te probaste.

—Eso no es cierto —respondió indignada —, aún estoy  indecisa y tu deber como mi mejor amiga es ayudarme.

—Veamos —bufé —, es una fiesta en la piscina, ¿Lo más lógico no sería buscar primero algun traje de baño?

—Joder, olvidé mi bañador.

Mi amiga me miró con cara de pánico, al recordar aquel pequeñísimo detalle.

Hace un buen rato que estábamos en mi habitación escogiendo ropa, yo ya me había aburrido y preferí no prestarle demasiada atención a mi vestimenta,  pero Paola era una aficionada de la moda y no se rendiría tan fácil.

—Te presto el mío, yo no pensaba entrar a ninguna piscina igualmente, estoy algo agripada —le resté importancia.

—Si la situación fuera otra, te llamaría aburrida, pero ahora podría besarte por haberme salvado la vida —dijo aquello con un tono de voz tan serio que no pude evitar reír.

—Te amo amiga, pero creo que voy a pasar de ese beso por ahora —añadí y ella también rió.

Paola empezó a explicar las razones por las que rechazar un beso suyo fue una gran oportunidad que perdí, hasta que el sonido del claxon de un coche nos interrumpió.

—Son ellos —murmuró mi amiga, viendo a través del ventanal que tenía en mi recamara.

—Bien, vamos.

—Espera, _____, ¿En verdad estamos listas para esto?

—Eres la reina de las fiestas, tú naciste lista, cariño.

Paola sonrió y asintió. Ambas tomamos nuestras carteras y caminamos hacia la salida de mi casa, además, como dato curioso, Paola traía puesto el primer vestido que se había probado, tal y como lo predije.

Después de despedirme de mamá y cerrar la puerta tras de mí, pude ver al chico que me traía loca. Frank estaba recostado sobre un coche conversando con Rubén, tenía los gestos en su cara relajados, como de costumbre, se notaba feliz y yo automáticamente me sentí igual.

Él notó a los segundos que yo estaba ahí y fijó su vista sobre mí, sonreímos casi al instante y el corazón me dio un salto, él estaba guapísimo, llevaba los mismos lentes de sol que traía el primer día que lo conocí.

Con mis latidos a mil por segundo, reprimí mis ganas de lanzarme a él y besarlo apasionadamente, debido a que estábamos en un lugar público y a que sería incómodo tener que explicárselo luego a mi mamá, de por sí ella ya tenía muchas sospechas de que Frank no era solo un amigo que conocí casualmente mientras compraba el pan.

—Hola —me susurró cuando estuve frente a él

—Hola —repetí y no hizo falta decir nada más, nuestras sonrisas nos delataban, o al menos la mía, esto es lo que estaba esperando desde el último momento que lo vi, el volver a tenerlo a metros de mí y sentir su exquisito aroma. Frank Garnes se había convertido en un droga muy adictiva.

QUINCE DÍAS CON ÉL - sTaXx & Tú #1°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora