QUINCE DÍAS CON ÉL - sTaXx & Tú #1°

DÍA #12

DÍA #12: "Decepción"

Los primeros rayos de sol se asomaban por las ventanas de la habitación y mis ojos empezaron a doler gracias a lo poco que había dormido.

Giré mi cabeza hacia un costado y vi el rostro relajado de Frank, tenía la boca entre abierta y uno de sus brazos estaba sobre mí cintura. Él había dormido como un bebé toda la noche, no entiendo cómo es que lo logró, ya que me había movido tanto que estoy segura que varias veces le pegué algún golpe casualmente.

Los últimos diez minutos me quedé contemplando su rostro como una boba, se veía muy tierno durmiendo: Su respiración calmada, sus facciones relajadas y sus hermosos ojos cerrados.

—Si sigues mirándome así vas a comenzar a darme miedo —balbuceó él, con voz somnolienta, y yo contuve una risita.

—Buenos días dormilón, me sería más fácil dejar de verte si nos levantamos de una buena vez de esta cama —respondí.

Frank abrió los ojos pesarosamente para luego bostezar.

—Buenos días —dijo después y comenzó a frotarse la cara con una de sus manos.

—Vaya que duermes muchísimo —añadí en tono tierno.

—Pero si son las 7:30 am —se quejó notando la hora en su móvil —, si estuviera en casa ahora mismo estaría a mitad de sueño.

—Bueno, no estás en casa, y yo estoy muy aburrida —hice un puchero —, la próxima vez debes pensar dos veces antes de invitarme a dormir contigo.

—Umh —gimoteó escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello —, me encanta amanecer contigo, así tenga que madrugar.

Sonreí ante su comentario y su insistencia en afirmar que las siete de la mañana era una hora anormal para despertar.

—Yo también he disfrutado tu cara de sueño, pero venga hoy tienes una presentación, levantémonos ya —lo moví levemente.

—Aún es en la tarde, podemos pasar algo de tiempo a solas —susurró volviéndose a pegar a mi cuerpo.

—¿Y qué es lo que tienes en mente? —encaré una ceja.

—No sé, quizás recibir un poco de cariño —solté una carcajada ante su petición y me junté aún más a él.

Frank llevó ambos brazos a mi cintura, abrazándome, me hizo mirarlo y después de unos segundos se acercó a mi rostro rozando su nariz con la mía.

—Juraría que eres lo mejor que me ha pasado—murmuró —, y me gustaría decirte muchas cosas que no he podido aún, pero en realidad me aterra perderte, _____.

Me tensé un poco pero no quise que él lo notara, no quería interrumpir su impulso de sinceridad.

—¿A qué te refieres? —cuestioné.

—Hay algo que creo que tienes que saber...

— ¡Frank! —la voz de Willy nos cortó el rollo y a la vez nos pegó un buen susto —, levanta, nos están llamando para el desayuno.

—¡Ya voy! —respondió el nombrado con un poco de fastidio.

—¿Qué es aquello qué quisieras decirme? —retomé el tema.

—Umh, no es nada en realidad, aún estoy muy nervioso por el evento de hoy —dijo pasando una de sus manos por su cabello.

—Ya, pero eso que tiene que ver con...