Caracaballo

30 1 0
                                    


Otra vez me encontraba en una de mis situaciones oníricas banales, paseaba con calma por una enorme mansión marmórea y silenciosa,toda ella tapizada en terciopelos rojos y tapices de estilo barroco.

La tenue oscuridad, las sombras inmóviles, la paz del silencio vibrante y de pronto,reconocí ese pasillo,era mi propia casa. La de mi vida despierta. Me adentré en él pese a encontrarlo mas oscuro y largo de lo habitual,solo para encontrarme con mi habitación. Tan blanca,tan minimalista como siempre,pero hundida en unas sombras densas, vivas. Todas ellas parecían partir de la misma esquina encima del altísimo armario blanco,rectilíneo y ahora terrible. Me quedé allí a la espera,sintiendo como la oscuridad se volvía más inteligente y centraba su atención en mi persona. Observé como un par de ojos parecían flotar a la altura del techo, después una enorme cabeza de caballo apareció acercandose a mi  seguí sentada frente a ese ser.

Alto,oscuro,delgado hasta un extremo insano. De cuerpo humanoide con los brazos y piernas larguísimos y rematados en dedos largos y quebradizos. Pero lo más destacable era el rostro. Con el pelaje negro,brillante de sangre fresca y de ojos muertos. Me habló, como siempre hacen en mis sueños estos personajes,contándome cosas que nunca recuerdo pero me dejan con un sabor de boca más que desagradable.

Desperté ahogandome en la sangre de mi nariz,la almohada empapada y como siempre sin saber que lección me había dado Cabezacaballo.


Diario de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora