Como siempre desperté dentro del sueño.
Me hallaba en una ciudad gris,tenuemente iluminada por una luz que no sabría identificar si como diurna o artificial. Como siempre el cielo era grise,espeso,como avecinando una lluvia de octubre.
No sabía donde estaba así que empecé por explorar la zona y hablar con gente. Como inciso debo decir que en sueños muchas veces hablo con perdonas que no son más que partes de mi mente,pero a las que personifico.
Deambulé durante un rato hasta que me encontré con una manifestación a la que me uní sin dudar demasiado. Todo se desarrolló de un modo normal,muy realista,hasta que empezaron las cargas policiales. Todos corrimos en desbandada,incluida yo que tropezando conseguie salir del centro de la marabunta de gente que empujaba y gritaba. Salí corriendo dirección a unos callejones,oscuros,estrechos y laberínticos. Al adentrarme encontré paz,todo era rectilíneo, gris claro iluminado por las pálidas farolas de luz blanca y fría. Era de noche.
Y entonces vi un grupo de chicos apoyados en motos de gran cilindrada. Me acerqué y me preguntaron por lo que había pasado allí fuera. Despues de informarles me prometieron ayuda si me perseguían hasta allí. Se hacían llamar Los Nobles Caballeros y socorrian a gente de forma altruista. Uno de ellos,el portavoz me llamó la atención. Bajo,moreno,delgado,nervudo,completamente vestido de negro y con los ojos como dos ónices recién pulidos. Se oyeron sirenas,luces azules y él me llevó en su moto lejos, a un lugar seguro. A su piso. Allí se presentó como Bernard Edelmann.
A veces aparece en mis sueños,solo unos instantes o bajo otra forma,pero su presencia es siempre un debate asegurado y una sensación de reconocimiento mutuos.
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Diario de los sueños
Short StorySueños,pesadillas, devaneos,poemas de una mente dormida.