El hombre y el demonio se encontraron otra vez, como cada día que pasaba, tras ocultarse el sol. Ambos estaban de pié, entre las llamas y las luces y sombras del mundo mas allá del humano. -Que deseas esta vez, humano? Dijo el demonio. -Quiero cambiar mi mundo -Replicó el hombre -Y que deseas cambiar? A la gente? A la tierra? A las bestias? -No, deseo cambiar los sentimientos -Respondió tajantemente el humano. -Y por que deseas hacer tal cosa? -Se interesó el ser -Porque molestan y confunden mas de lo que ayudan, una humanidad sin ellos seria mas libre y feliz. -Realmente piensas eso? Crees que alguien puede sentirse "libre" o "feliz" si carece de sentimientos? Si así fuese, no tendríais mas diferencia con las bestias que vuestra forma de andar y gritar. Puede que sea demonio, pero no asesino. No pienso arrebatarle la humanidad a los humanos. Juzga por ti mismo como seria vivir sin sentimientos, y luego aprende a sentir de nuevo.
Y ambos se separaron, y una vez mas, el demonio que no quería ser demonio, ayudó al humano que quería ser demonio para corregir los errores que el no pudo en vida.