Parte seis: Tinkiwinki

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-Daos prisa con ese cargamento. No quiero problemas esta vez.

Esas fueron las últimas palabras que Lala pronunció antes de que la puerta del almacén en los que nos estaban descargando los cargamentos de telecrema se cerrase.

Una vez oímos a los trailer largarse, nuestro líder comenzó a hablar.

-Caballeros, o damas... o lo que coño seamos. Esta operación ha sido un éxito. Pero aún queda trabajo por hacer. Hay que abrir todos los cajones y repartir los fardos de telecrema en bolsas. Diez unidades en cada una. Dentro de cinco horas llegarán las planeadoras para llevar todas las bolsas a nuestros almacenes "over the hills, and faaaar away".

Hubo un revuelo general, y todo el mundo comenzó a abrir cajones y a cumplir ordenes. Tras diez minutos de trabajo, un Lala que estaba de guardia en el tejado, llegó corriendo, sudando, y con el rifle colgando del hombro.

-Señor, tenemos un pequeño pelotón de Po entrando por el aparcamiento de la nave 5. Van armados y han matado a varios de mis compañeros.

-Mierda -exclamó el jefe- Chicos! Armaos y dejad eso un momento, hay trabajo que hacer.

Rápidamente todos dejaron de lado los cargamentos, y rápidamente cogieron las armas automáticas que estaban desperdigadas por el almacén. Antes de que pudiesen salir del almacén, se escucharon una serie de disparos provenientes de los dejados.

Las puertas del piso superior de la nave en la que se encontraban se abrieron de repente, y un grupo de unos 20 Po se precipitó gritando dentro del almacén, apuntando a los Lala con sus rifles. Uno de los Po alzó la voz con expresión autoritaria.

-Muy bien, mis queridos amigos, creo que tenéis algo que a partir de ahora es nuestro.

Todos los Po comenzaron a sonreír con aire socarrón mientras un grupo de ellos bajaba por las escaleras, todavía apuntando a los Lala. Les habían cogido demasiado desprevenidos.

Un grupo de Po se pararon en frente de uno especialmente similar al resto, y sin pensárselo dos veces le dispararon en la cabeza.

-De que coño vais!?'-gritó uno de los Lala- vais a morir, pedazos de mierda. Ya veréis cuando los nuestros lleguen.

-Ah, si? Y que más? Mientras nosotros tengamos toda esta telecrema en nuestro poder, podremos permitirnos tener a toda la ciudad bajo control durante años. Realmente es cierto que se os da bien el contrabando, pero no defenderlo. Po! Si, tu! ven aquí.

Mientras daba una serie de órdenes en voz baja, unos de los Lala comenzó a avanzar hacia los Po que habían matado a su compañero.

-Un paso más y te convertimos en un cadaver como a tu amigo! Gritaron los Po.

Antes de que pudiesen repetir el aviso, este había sacado una 9mm y con absoluta precisión había disparado al líder de los Po. Tras unos segundos de confusión, una lluvia de balas cargadas de ira calló sobre el. No se molestó en moverse.

Al ver esto, sus compañeros se armaron de valor y comenzaron a contraatacar.

Pero antes de que se aniquilasen todos los Teletubbies que allí estaban esa noche, resonó un estruendo de cristales rotos, y toda una parte del techo recubierta de cristal, calló sobre los que pilló debajo. Unas cuerdas serpentearon hacia abajo, y un grupo de Tinkiwinki armados con carabinas y con armaduras militares y gafas de visión nocturna irrumpió en el almacén.

-ALTO TODO EL MUNDO! ESTO ES UNA OPERACIÓN POLICIAL! DEJAD LAS ARMAS EN EL SUELO, Y NADIE SALDRÁ HERIDO!

Posiblemente el peor error de toda la noche lo cometió  un Po furioso, que ante la amenaza de volver a pasar más de un segundo encerrado en prisión le disparó a un Tinkiwinki en la cabeza mientras descencía por una de las cuerdas.

Acto  seguido, las fuerzas policiales comenzaron a disparar sobre los contrabandistas y los bandidos, que devolvieron el fuego con intensidad.

Pero cuando parecía que no podía pasar nada más, el helicóptero que sobrevolaba la zona comenzó a caer en picado, colándose dentro del almacén. La zona portuaria se vio envuelta en una nube de fuego y sangre esa noche.

Mientras todo esto ocurría, los Dipsy habían estado esperando a dos kilómetros de distancia, en un petrolero aparentemente abandonado en uno de los viejos espigones del puerto. Tras disparar otros dos misiles anti-aéreos, el resto de helicópteros cayeron antes de poder ni si quiera darse cuenta de que estaban siendo atacados. Una vez esto sucedió, detonaron una cadena de explosivos que había sido colocada en puntos vitales de la estructura de los almacenes.

Una vez terminado el ataque, tiraron por la borda el portátil desde el que habían avisado al líder de los Po y al mando de los Tinkiwinki del cargamento de esa noche.

Todos sabían que habían sido ellos, pero nadie se atrevió a intentar echárselo en cara, ya que una vez fuera gran parte de las fuerzas especiales, y los líderes de las bandas Po y Lala, no quedaba mucha resistencia.

Así es como la mafia de Dipsy controló la ciudad durante años, haciéndose increíblemente poderosa. Hoy ya nadie intenta desafiar su poder.

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⏰ Última actualización: May 24, 2016 ⏰

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