"Ya está. Ya acabó todo. Si alguien sobrevive al día de hoy, buena suerte mañana por la mañana."
Estas fueron las últimas palabras que oí en mi antigua vida. El último mensaje que recibí como persona libre. El último mensaje de mi humanidad. A partir de entonces soy un fujitivo. Un superviviente.
Hace 2 horas aproximadamente que fueron dichas estas palabras por televisión por parte de nuestro presentador de todos los días. Hoy, ha dado su último y más importante mensaje. Acaban de ser lanzados 20 misiles nucleares. Van a cubrir toda la tierra.
En ese momento me quedé paralizado. No podía parar de ver al presentador llevándose las manos a la cabeza, sollozando de impotencia. Poco despues, tres técnicos se lo llevaron y cortaron la emision. Solo quedaba estática.
Lo primero que hice fué pensar en mi novia. La llamé. No cogía.
-Mierda- pensé.
Mientras miraba el movil con desesperacion, la television que, casualmete habia dejado encendida, comenzó a sonar inesperadamemte.
-Ciudadanos- Oraba un hombre vestido de militar -Este es un mensaje pregrabado. Estamos siendo víctimas de un ataque nuclear a nivel mundial. Dirigíos a los refugios señalizados a lo largo de la ciudad. Se ruega orden, rapidez y diligencia. Que no cunda el pánico.-
Este mensaje se repetía una y otra vez.
Al fin el teléfono sonó.
-¿Has oído la tele?-
-Si- contesté -tenemos que darnos prisa.
-Yo estoy de camino a nuestro refugio, está a tres kilómetros, cerca de la tienda de electrodomésticos donde compré la secadora-
De repente se me iluminó la bombilla.
-Ve allí, yo llegaré enseguida-
-Ahora te veo- sigue un silencio -Te quiero-
Lo siguiente que hice fue coger mi vieja mochila de la universidad. Lo último que me regalaron papá y mamá antes de morir.
Cojí todo lo que veía por casa: comida, agua, dinero, medicinas... Suerte que ya se habían molestado en suministrarnos todas estas cosas estas últimas semanas.
Salí todo lo rápido que pude de casa, bajé las escaleras, abrí la puerta del portal, y por primera vez me di cuenta del caos que se manifestaba por todas partes.
Se escuchaban disparos a lo lejos, había coches estrellados en varios puntos de mi calle, y un par de cadáveres en una acera. Se oía una sirena. -Quedan 5 horas para el impacto de las cabezas nucleares- Una vez más, el mensaje se repetía con frecuencia.
Media hora después crucé una esquina. -Quedan unas tres calles para alcanzar el refugio- me dije. Eso es lo último que recuerdo.
Ahora estoy sentado en la parte trasera de un vehículo militar. ¿Como he llegado aquí?
Me desperté. Ya estaba poniéndose el sol. Estábamos en medio de la nada. Cuando me vi con fuerzas para hablar les pregunte que había pasado. Me habían atropellado y me llevaron consigo.
-¿Por que no me dejasteis en el refugio? -Digo de repente. -Mi novia me está esperando allí.-
Todos los soldados que van conmigo se miran y se quedan callados. -POR QUE NO ME DEJASTEIS??- Digo en un ataque de ira.
Uno de los hombres alza una mano y me mira con una cara llena de pena.
-No teníamos otra opción. No podíamos dejarte morir...-
-No iba a morir. Estaba a 300 metros del puto búnker.-
Todos se miran de nuevo. Con una expresión fatal me dice:
-Los refugios no aguantarán la explosion. Nos dirijimos a una lanzadera espacial. Vamos a salir de la Tierra. Vamos a empezar desde cero.-
Esas palabras no las olvidaré nunca. Me tiro al suelo. Me pongo a llorar.
-Siéntete afortunado. Al menos tú lo contarás.-
Me quedo dormido.
Me despierta uno de los soldados. Salimos del vehículo y me doy cuenta de que estamos en una base aérea del ejército. Nos ponemos en fila. Unos altavoces dicen que quedan 45 minutos para el fin del mundo.
Nos pasan por una serie de controles. Preguntan por mi. El que iba con nosotros parece ser que consigue que me dejen entrar en la tripulacion de la nave.
Entramos a una sala donde nos dan unos uniformes. Antes de dejar mi antigua ropa, miro el movil. 57 llamadas perdidas. No tengo el valor de llamarla. No de contarle lo que pasa. Mejor que piensen que no van a morir. Incluso puede que aguanten. A lo mejor sobreviven. Me aferro a esa idea con todas mis fuerzas. Me pongo mi nueva ropa. Pasamos por una compuerta blindada. Tuneles. Más túneles. Nos cruzamos con más grupos uniformados. Todos están callados y sumidos en sus propios pensamientos.
De una puerta salimos a un hangar colosal, y en el centro, un cohete enormemente alto. Titánico. Una pasarela nos lleva al interior.
Pasamos por una serie de escaleras y pasillos.
Llegamos a una sala llena de una especie de cámaras con asientos para una persona. Nos mandan sentarnos uno en cada uno. Me invade el pánico, pero obedezco.
Pienso que nos van a congelar, pero en vez de eso, nos abrochamos unos cinturones.
-4 minutos para el impacto nuclear-
Se oyen sirenas, ruidos de motores, y mucha gente pasa por el pasillo que tengo delante. El hombre que tengo en la capsula de delante arquea las cejas. Por instinto asiento, y él en respuesta suspira y cierra los ojos. El altavoz da el aviso de dos minutos. Cierran las cápsulas, y comienza la cuenta atrás. 10... 9... 8... El corazón se acelera. 7... 6... 5... 4... Sudor frío. 3... 2... 1...
Se oye un sonido ensordecedor, y por una pequeña pantalla que tiene el cristal que cierra mi cápsula, se ve como nuestra nave despega. Algo me aterra. Se gira, y el personal de tierra la mira. Ellos se quedan ahí. A un minuto y medio de la muerte. Uno de ellos rompe a llorar. Dan la alarma de un minuto. Todos se miran y se dan la mano. Una mujer besa a uno de sus compañeros. Que más da ahora. Es el momento.
Treinta segundos para el impacto. Quince. Diez. Cinco. Uno. Cero. Se escucha una explosión y se ve un resplandor. Todos se tapan los ojos. Uno de ellos dice -Oh Dios, está aquí al lado, oh Dios...-
Un segundo después, el edificio se desploma y la transmisión se corta. Lo último que veo son los ojos de la mujer de antes.
Pasan los minutos, y nos enseñan una imagen de satélite de San Francisco.
Es un auténtico mar de llamas. Un infierno sobre la tierra. Está todo muerto. Todo.
Nos enseñan una imagen de la cámara exterior. Estamos en la órbita.
Por radio el comandante dice -Rumbo fijado. Si despertamos, nosotros seremos los fundadores del nuevo mundo. Ojalá aprendamos de nuestros errores... Buenas noches.-
Me empiezo a sentir débil. Veo borroso. Pienso en mi novia. En mis padres. En mi mundo. En la mujer de control de tierra. Y luego, nada más. Solo un largo, y profundo sueño...