Camino. Todo esta oscuro. Anochece. Que fácil es pasar entre tus enemigos cuando solo son cenizas. Se oyen los ruidos del bosque. En el campo de batalla no queda nadie. Una llanura desierta. Solo montones de ceniza y polvo. Se ven los últimos rayos de sol. Me llegan para divisar el pueblo al fondo. Ahí es a donde me dirijo. Pasan horas. No me canso. Llegar es mi motivación. Mi meta. Pasan mas horas. Me aproximo. Todas las luces apagadas. Están vivos. Lo se. Lo huelo. Los siento. A todos y cada uno de ellos. Me repugnan. Pero da igual. Solo me hace falta lo que guardan. No les necesito. Les puedo matar si quiero como hice con los demás. Pero algo me lo impide. ¿Que es? Ya lo sabré cuando llegue. Cada vez mas cerca. Solo a unos metros de las murallas. Me quito la capa y la máscara. Mucho mejor. Se me cae una pluma. Es negra como el cielo nocturno. Algo no va bien del todo. No se lo que es. No sentía inquietud desde hacía años. Me doy cuenta. Me han descubierto. El hombre de las murallas sale corriendo. No vale la pena perseguirle. Es inmune a la magia. Desde donde estoy no puedo hacer nada. Tengo que entrar. Sea como sea. Se oyen campanas. Han dado la alarma. No vale la pena esconderse. Las puertas están cerradas. Eso no es problema. Son a prueba de magia destructiva. Meto el pico el la cerradura. Con un movimiento lo abro y parto las enormes puertas macizas en astillas y trozos de metal. Se ve un resplandor azulado y cae una piedrecita entre las astillas. La cojo. Era la piedra que protegía la puerta. La venderé en algún momento. Eso no es problema. Lo mágico es caro. Entro con paso firme. No voy a vacilar. He venido a por lo que es mío. Me concentro unos instantes. Ya sé donde están. Y está con ellos. Me dirijo hacia la casa. Abro la puerta bruscamente. Ahí están. Asustados. Intentan parecer guerreros curtidos y solo son un par de herreros y un tabernero con varas de hierro. Hay una mujer. No la detecté antes. ¿Por que? ¿A caso no es humana? Me da igual. Lo que tiene me hace falta. Pero algo me detiene en seco. La mujer. Le sale una pluma blanca de debajo de la manga de su túnica. Blanca como la luna.