Capítulo seis.

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Narra Lucía.
Me duele, me duele en lo más profundo de alma ser tan jodidamente débil. He pensado en coger un autobús he irme a Madrid, a empezar de cero. Pero eso está en contra de mis principios, tengo que graduarme, casarme con alguien con clase, ser una mujer de la cabeza a los pies. Me rio al pensar eso, todo eso es lo que quieren mis padres. Si me vieran ahora estarían tan decepcionados, pero nisiquiera se molestan en llamarme.
Tengo frío, un frío que viene desde el interior y quiero llorar, por muy increíble que parezca todavía me quedan lágrimas. Caen una a una, lo veo en el reflejo del cristal de mi gran ventana de la sala de estar. Con las yemas de los dedos acaricio el cristal mientras contemplo el precioso amanecer de Barcelona.
En unas horas tengo clase así que decido darme un baño y lleno la bañera con agua caliente y pongo alguna vela aromática. Por supuesto que no faltan mis auriculares y la buena música, estoy ahí como una hora. Dentro de la bañera me quedo mirando un punto fijo del agua y visualizo mi herida de la que todavía sale un poco de sangre.

Narra Hugo.
Mientras me fumo el último cigarro que me queda apoyado en mi moto veo a Lucía.
Va guapa, aunque su forma de vestir no es para nada de mi estilo. Siempre lleva faldas con camisas totalmente lisas y planchadas a la perfección, o pantalones ajustados a su preciosa figura con algún jersey de color claro de punto. Siempre tiene el pelo tan bien peinado, el maquillaje no se queda atrás. A mi me van las tías que visten con camisetas grandes y oscuras, pantalones bien ajustados, con algunas zapatillas o botas oscuras. Si tiene el pelo negro mejor, y con un maquillaje intenso. Lucía es todo lo contrario a lo que me solía gustar, pero hay algo en ella, os juro que tiene algo en esa jodida mirada, en esa puta sonrisa, es tan dulce, tan inocente. Soy un maricón pienso mientras tiro el cigarro y voy hacia ella.
Ella no me ve así que aprovecho para cogerla de la cintura, al principio se tensa pero al ver quien soy se relaja, touché.
-¿Qué tal ha dormido mi niña?
Veo que sonríe pero al instante su sonrisa se borra.
-Bien. ¿Hablamos después? Es que tengo clase.
Asiento pero cuando estaba a medio camino la llamo y se queda a mitad del pasillo mirándome. Me acerco a ella y cojo su mano, me doy cuenta de que ha tenido un escalofrío en el momento que mí mano ha entrado en contacto con la suya y sonrió, pego su cuerpo al mío y acerco mis labios a los suyos.
Ahora si que sonríe y acaricia mi pelo mientras nos besamos.
Vaya,vaya esta chica está peor que yo, y eso me encanta.
Espero que haya disfrutado de sus años de felicidad porque a mi todo eso me abruma. Pequeña Lucía tus años de felicidad se han acabado y de eso me encargo yo. Te arruinaré la vida, te haré perder toda tu bella inocencia, te lo prometo. Y cuando Hugo Jiménez promete algo lo cumple, y así será, lo cumpliré aunque sea lo último que haga.

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⏰ Última actualización: Jan 05, 2016 ⏰

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