Esta es una anitgua leyenda de las islas Canarias.
Cuando los canarios inmigraban a Venezuela, debían salir por la noche ya que estaba prohibido salir de Canarias
Uno de los pequeños barcos desapareció durante meses.
Con el tiempo la comida y el agua y no había nada para comer.
Con la deseperación de conseguir comida encontraron una manera de sobrevivir. Comerse unos a otros.
Pero como nadie se ofrecía voluntario pues repartían un papelito con un número y el numero que saliera era al que mataban para comerselo.
Varios meses despues, le tocó a un joven chico. Justo en el momento que lo iban a matar vieron tierra, el joven se salvó de ser asesinado, no como los muchos otros a los que mataron y se comieron.
Aqui se ve como puede llegar a ser la gente en un momento de desperación.