Está leyenda se remota al siglo XVII, cuándo un capitán holandés llamado Hendrik Van Der Decken estaba de viaje en rumbo a India.
Durante el viaje una fuerte tormenta azotó su barco, El Capitán resistió con fuerza y determinación, desafiando así a Dios, quien condenó al capitán y a su tripulación a vagar sin rumbo por todo el océano.
Cuenta la leyenda que cuándo el barco aparece ante otro barco es un mal augurio y que la muerte está cerca.