Siete.

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Me levanté de mi lugar con el cigarrillo en las manos, mi hermano dio un paso hacia atrás lentamente.

──Dime que tengo que hacer para sentirme mejor.

Una risa interrumpió a mi hermano que estaba hablando.

──Deja de llorar, bebé llorón.

Mi cuerpo ardió en una furia que nunca había sentido.

──¡Es mi fiesta y lloraré si quiero!

──Una penosa fiesta, bebé llorón.

──Deberías lavarte la boca con jabón antes de decirle eso a una persona con un cuchillo en sus manos. ──le sonreí timidamente.

Mi hermano dio otro paso hacia atrás y el chico dos pasos hacia mí.

──Maldita tonta. ──Sonrió y levantó mi mano con el cuchillo y lo puso en su corazón, me asusté y lo miré a los ojos, sus ojos azules se conectaron con los míos. ──Todo era tan dulce, hasta que intentaste matarme. ──Habló imitando una voz tierna pero sarcástica.

──Todavía no lo he intentado, Osito de peluche. ──Le sonreí sarcásticamente.

El chico tomó el cigarrillo con la otra mano la cual no afirmaba mi mano del cuchillo y puso el cigarrillo en sus labios rosas.

──Dicen que el dolor es belleza. ──Susurró él. ──Dame belleza, Bebé llorón.

Sonreí y reí yo igual veía a la señora cara de papa en televisión, el chico dio una media sonrisa, su mirada sin sentimientos, con una tristeza en su interior. Lo recordé de pronto, era él, el del concurso de deletreo, el chico que siempre mostraba sus diplomas para hacerme llorar.

──¿Por qué haría algo por ti, chico alfabeto?

el chico río y se acercó más clavando el cuchillo más hondo, mi corazón dio un vuelco y quise sacar mi mano pero no me dejo, bajé la mirada a su mano apretando la mía.

──Bebé, estoy loco, el chico más loco que haz conocido. ──Susurró enterrandose más, dio un jadeo y yo uní fuerzas y me separe de él dando un paso hacia atrás para estabilizarme.

Mi hermano tomó mi mano y me llevó al segundo piso a rastras, me dejó en mi pieza y cerró por fuera y yo gruñí, no soy uma niña pequeña ahora.

Me cambié de ropa, me puse unos comodos jeans negros apretados que nunca me había puesto, los encontraba muy oscuros, me maquille otra vez y me coloqué una camisa a cuatros suelta, con unas botas militares y bajé hasta la cocina por la puerta secreta, abrí el cajón donde mi padre guardaba el arma y la guarde en mi bota.

Salí dando grandes zancadas, con una sonrisa tímida y tierna, mi hermano estaba limpiando todo con sus amigos y el chico alfabeto, cuando me vieron no se atrevieron a tocarme, quedaron anonadados con mi ropa supongo, salí por la puerta por fin y caminé hasta el campo del abuelo French dónde no dejaba entrar a nadie, pero se podría cruzar el cercado.

Tomé unos globos y los infle dejandolos tomados por un hilo en una piedra.

Apunté con el arma sonriendo y dando pequeñas risas, disparé imaginando que era Amelie, otros dos disparos para sus secuaces y otro para un globo que me representa.

Caí de rodillas en el suelo sollozando con el arma en la mano, mis ojos ardían y pesaban, un bostezo salió de mis labios ahogando los sollozos, me tiré al pasto secó y vi una camioneta negra parada ahí afuera, con un chico observándome desde ahí, levanté mi dedo de al medio y volví a mirar el cielo.

Estoy muriendo.

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2016 ⏰

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