No quiero amarte (Justin Bieber)

Capitulo 3 -Contuccion-

Capítulo 3 "Construcción"

La tarde era perfecta para poder dibujar o dormir, pero no.
A mi maldito padre se le ocurrió empezar hoy, y por otro lado mi madre no para de mandar indirectas sólo falta que lo haga frente a él.
-¿Me das el martillo?- Elliot se a colado para ayudar y digamos que yo sólo estoy aquí para verlo.
Busque el martillo con la mirada hasta que lo encontré colgado de una rama demasiado inalcanzable para mi, pero yo y mi orgullo era primero y me las ingenié para tomarlo -intento fallido-
Me levanté con los dedos firmes al suelo y aun así no lo alcanzaba, me congelé al instante que sentí dos manos en mis piernas y al no tocar en suelo pegué un grito ahogado.
-¡Lo tengo vale lo tengo bajame!- estoy completamente segura de que los gritos de escucharon hasta lo que era mi instituto.
-¿Estas loco? Casi me matas Aiden- le golpeo con el martillo y el se encoje en el suelo.
-Que ruda- susurra el chico sexy, lo veré todos los malditos días y ni siquiera me se su nombre.
-Cierra la boca Justin- ¿Acaso Elliot me lee la mente?
Le sonrío a Elliot por "defenderme" y el me guiñe un ojo. Después de clavar millones de tablas formando el suelo mi padre se organizó con el vecino para hacer un asado, el padre de Elliot me parece un tanto intimidante, creo que definitivamente no me llevare bien con el y mi madre al parecer a tenido esa misma sensación sólo que ella puede ocultarlo ¿con una mirada coqueta? Dios ¡Mamá!

—Hola— una voz increíblemente suave y delicada nos interrumpe, Elliot corre hacia ella como niño pequeño y la toma en brazos hasta llevarla a nuestro lado.
—Al fin llegas mamá— la observo con atención, no se parece en nada a Elliot a excepción de los ojos aunque ella es jodidamente hermosa. Me levante para saludarla y ella me respondió con un cálido abrazo, de inmediato ella comenzó a hablarme y mas que una madre era como hablar con mis amigas y eso lo encontraba jodidamente perfecto.

—Ya diganme cual es mi cuñada y me voy— la voz de irritación me hizo girar y ver a una niña más o menos de mi edad.
—Ninguna, aún hermanita— Elliot le sonrió y ella abrió los ojos sorprendida ¿acaso ellos tienen diferentes novias todos los días?
—Me impresionas Elliot— ella se sentó al lado de Pattie.
Podría llegar a pensar lo raro que era la relación matrimonial y en general la familia de los vecinos, pero seria muy irónico ya que la mía esta casi igual, un padre infiel, y un madre que lo sospecha y lo deja libre.
Odio eso de ella.

–Podríamos salir juntos unos de estos días, ¿que dices?– tuve que aguantar la risa al ver la cara de Aiden al pronunciar esas palabras
–¿Estas borracho?– contuve toda señal de una sonrisa y el asintió con la cabeza.–Estas jodido– le sonreí y lo ayudé a levantarse para que fuera  a su cuarto.
–¡Hey! Ya lo llevo yo– Elliot me sonrió y lo llevo hacia el primer sofá que vio.
–Gracias– le sonreí y creo que salio algo tierno de mi parte, logre verlo en sus ojos verdes, incluso creo que mi mejillas han tomado un color rosa.
–Oh-oh el primer paso Elliot, lo haz conseguido– la voz aguda y tierna de su hermana me sorprendió.
–Oh callate Maddie– ella solto una risa tonta y salio, no sin antes examinarme con ojos de niña buena. Adoraba a esa niña, tan solo tenia 16 años y tenia que soportar vivir con dos chicos que la verdad eran muy complicados, incluso su padre era mas intimidante que Justin, pobre Maddie.

¿Es normal sentirse tan jodidamente incomoda con tantas personas?, dios quiera que lo sea.
La fogata cada vez se hacia mas pequeña o creo que yo me concentraba demasiado que sentía mis pupilas dilatarse.
–Va a quedar estupenda– murmuro mi padre un poco pasado de copas. Tome dos sin que el se diera cuenta y camine hacia el árbol. Lo observe, era una locura, cuando pequeña nunca tuve una casa del árbol ¿porque ahora? ¿Acaso mi padre quería recompensar su ausencia de mi infancia?. Sea lo que sea, esta idea me preocupaba, y no por como se estaba haciendo, era una mezcla de adrenalina al compartir mi verano con los vecinos, y un poco de miedo al acostumbrarme estar aquí y luego no querer irme.
Pero era mi verano y lo disfrutaría a mi manera, mi única manera.
Tome la primera cerveza sin parar aunque sea a respirar, estaba por abrir la segunda pero una mano me detuvo.
–¿Estas loca?– con suerte pude reconocer su  cara pero sus ojos me amenazaban y supe quien era.
–Papá dejame– lo empuje, leve pero lo hice y el sonrió, camino devuelta a su lugar, la cerveza amenazaba por salir cuando lo vi abrazar a mi madre con sus sucias manos y más cuando la beso con su asquerosa boca.
Mi tía había pasado por todos esos lados, por las manos de mi padre y sus labios, mi asquerosa tía y su asquerosa voz se me vinieron a la mente. El nunca fue de ella. Nunca lograre borrar esas palabras, ni siquiera entenderlas.
Mire la cerveza en mi mano, era ridículo ¿emborracharme para borrar esos sucios secretos? Estaba loca y mi padre tenia razón.
Caminé hacía ellos, todos sonreían, todos menos Justin y Maddie.
Ella le daba miradas rápidas y él ni siquiera lo notaba y si es que lo hacia no lo hacia notar, ni siquiera parecían hermanos, ella era bajita de ojos casi grises y cabello castaño claro, Justin es alto y de ojos mieles...igual a su padre.
–No aguanto ni un segundo más aquí– observe a Maddie que miraba con odio total hacia la fogata y desde ese entonces supe que ella no era feliz.
–¿Quieres ir a mi cuarto?– le murmuré y ella me miro con ojos brillantes, parecían diamantes.
Ella asintió con la cabeza y le sonreí, ella mostró una pequeña sonrisa que más bien fue por educación.
Era casi igual a Justin en tema de personalidad, seria, y era todo un acertijo. La diferencia es que ella podía ser resuelta, y el al parecer era una acertijo sin pistas.
Ella entró a mi cuarto tímida, y sonreí de ternura.
—Se lo que estas pensando— murmuró tocando delicadamente las fotos que saqué al llegar.
—¿Estas segura?— sonrío abiertamente, como miedo al pensar que ella acertaría
—Quieres saber que pasa por mi mente— ella se giro, sus ojos grises perdieron todo el brillo que había hace unos momentos.
—Cualquiera querría saber, tu dejas ver lo curiosa que eres— me encogí de hombros y ella río, su risa tenia un tono amargo muy forzado.
—Solo lo demuestro, no soy interesante, para nada — nuevamente me miro y sus ojos gritaban "Es mentira" y sonreí, este acertijo será fácil de descifrar.
—Vale, entonces ¿que te gusta hacer?— y ella rápidamente observo la PlayStation 3 y luego a mi
—Nos estamos entendiendo— salto sobre el sofá empezó a jugar Life is Strange.
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Eran ya las 4:37 de la madrugada, y aunque parezca loco; hacía una calor de muerte. Madd dormía profundamente en el sofá, y el cielo aún estaba oscuro, las estrellas lograban notarse y muy cerca.
Los Bieber's se encontraban aun en la fogata, Elliot estaba recostado en el pasto seco y Justin estaba parado al lado del gran árbol.
Salí al balcón y escalé hacia el techo, no fue hasta que sentí unos ojos observarme, no quise girarme y cometí el gran error de hacerlo.