No quiero amarte (Justin Bieber)

Capitulo 9 -Dia lluvioso-

Capitulo 9 - Día lluvioso-

Despierto por el ruido que hacen las gotas al chocar en mi ventana, que extrañamente esta semi abierta.
Penny se ha quedado dormida a mi lado, aún tiene el sobre de aspirinas en su mano, su largo y rubio cabello rebelde cae ligeramente por la cama, me remuevo para estirarme y me siento en la cama, no me preocupo por cerrar la ventana y voy rumbo al baño para poder darme una ducha.
-¿Dormiste un poco?- pego un salto cuando escucho la voz somnolienta de Penny.
-Desde que me diste esas pastillas creo que dormi toda la noche- le sonrío dándole las gracias y entro a la ducha.
El agua caliente roza mi piel y pego un grito.
-Mierda- susurro.
Cuando finalmente el agua esta tibia masajeo mi cabeza para sacar el shampoo. El olor a manzana y bambú es mi favorito, aunque el de miel tiene lo suyo. Escucho gritos afuera y al cortar el agua me asomo a la ventana.
Tal y como pensé Justin peleaba con Elliot, seguramente por lo de anoche. Ahora que lo recuerdo tengo que hablar con Maddie, aún no puedo creer lo que ella piensa que yo pienso, ¿será que realmente tengo una imagen de perra?
Dios mio.
Al vestirme bajo al sentir el sabroso olor a pan tostado y huevos, me sorprendo al ver a Aiden solo allí sentado, ¿se ha levantado temprano? Con razón llueve hoy.

-Buenos días pequeña zorra- abro la boca fingiendo sorpresa y le lanzo la poco agua que me quedaba en la copa. Me siento a su lado y tomo una de sus tostadas pegándole un mordisco, luego tomo su taza de café y bebo de este.
-¡Ey! es mi desayuno!- dice frunciendo el ceño.
- Ups, ahora es mio- me levanto y corro a el sofá junto al dulce café que le he robado, siento como gruñe y se prepara otro café, de seguro mas rico que el que estoy bebiendo.

Las escaleras suenan y me giro a ver quien es, ¿como es posible que ella despierte como si fuera la jodida Cara de levigne? ¿Y yo como la tigresa del oriente? Puta Liss.
-¿Que miras?- dijo y puso una cara que me hizo dudar cual de las dos era La tigresa del oriente.
- Oh nada - le sonreí y ella seguía
con cara de...con esa cara.

Observe la ventana fijamente, estoy segura que si alguien me viese pensaría que estoy loca, pero amo ver la lluvia, amo sentirla, creo que es lo mas cercano a un abrazo deseado. Las cosas cálidas no me gustan, o mas bien, las personas cálidas.
Las nubes grises cada vez se hacían mas oscuras, formando la lluvia mas fuerte.
Siento un motor desde afuera, me acerco a la puerta para poder ver a mi padre bajándose de la camioneta. Asi que aquí viene.
Lo espero en la entrada para darle lo mas parecido a un sermón, pero él no se dirige a mi y camina hacia él árbol. Sonrió débilmente y luego bajo su mirada.
Dejó mis brazos caer cuando lo veo soltar lágrimas, apreto los puños y respiro hondo.
-Eres un estúpido- le grito, camino deprisa hacia el pero el no se gira a verme.
-Pensaste que con esta porquería podrías hacerme cambiar de opinión sobre ti, pero mirame- sus ojos brillantes y llenos de temor se unieron con los míos llenos de furia- No te funcionó, así que anda pensando en como harás para hacer desaparecer esto- le apunté en árbol - Entiende Steven, jamas podrás regresarme la infancia, tengo 18 pronto cumpliré los 19, ¿crees que ahora puedes hacerte presente? - él negó con la cabeza, sus ojos eran tan transparentes que podía ver lo que sentía, quizás ahora me odiaba, pero no creo que nadie me odie mas que yo misma. Me aleje retrocediendo lentamente, viendo por ultima vez esa mirada triste que reflejaban sus ojos. Lo ví tomar la camioneta nuevamente, le dio vida al motor, y se fue. Quizás por días o por semanas, quien sabe quizás hasta siempre.
Quizás mi madre se destroce, pero toda saben que es lo mejor.

Entro a la casa, pero de reojo logro ver a Madd en su ventana, suspiro camino hacia su casa.
Estaba apunto de tocar cuando ella abre la puerta y me sorprende con un abrazo, mi reacción no pudo ser peor.
-Madd lo siento no era mi intención-
-Fue culpa mia, se que no te gustan- le sonrei y le extendí la mano para ayudarla a levantarse.
-Ayer andaba histérica y no quería decirte aquello- ella murmura, mientras me lleva a su habitación, supongo. La casa es acogedora, Pattie elige buenos colores, y la sensación de comodidad es tan fuerte que me gustaría pasar aquí todos los días.
-Quien iba a imaginarlo Madd, yo venia a pedir disculpas- dije suave cuando ya estuvimos en su cuarto, era pequeño pero era justo para ella. Al lado de su cama blanca había un sofá con frazadas.
-¿Alguien duerme aquí contigo? - murmuro y ella sonríe ampliamente, observa el sofá y suspira.
-Elliot, cuando Jeremy pelea con mamá él viene a dormir conmigo - observo como sus ojos brillan y una pequeña sonrisa se le asoma. Vaya Elliot tiene un corazón de abuelita.