Five.

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No estaba segura de hacer esto, de decirle o no decirle, me sentía nerviosa y ansiosa, quería conocer su reacción y lo que pensaría de todo eso.

Llevo alrededor de 15 minutos esperando a Jack, no se porque no llega siempre es tan puntual y correcto, que me tengo que pellizcar para estar segura de que no me quedé dormida.

-Bonita despierta-un tanto adormilada me desperté, al verlo no pude contenerme y comencé a llorar mientras lo abrazaba, tenía tanto miedo.-Por qué lloras? Todo está bien, todo estará bien-repetía constantemente como en una especie de mantra.

-Jack, tenemos que hablar, solo te pido que me dejes decir todo, que no me interrumpas y que al final me digas tu total y sincera opinión.

-Por mi está bien, prometido-dijo con una sonrisa en sus labios.

-Como bien sabes, soy adoptada, mis padres Kurt y Verónica Kennedy, son dueños de un bar, en el cual me han hecho bailar desde los 16 años, bailes no apropiados para todo público, digamos que así se llama. Quiero irme de allí, me siento usada, soy como un juguete para ellos-Jack prestaba atención de una manera un tanto incómoda, que me hacia dudar en continuar con el relato, sin embargo, ya había comenzado, no podía detenerme, no me dejaría.

Ya habían pasado dos semanas y no sabía nada sobre Jack, la verdad no sé qué pensar, he intentado comunicarne con él, pero siempre con alguna escusa me rechaza.

En estos últimos días, el bar se ha visto vacío, muchos de los clientes han dejado de asistir y eso me ha dado un poco más de ánimo, sin embargo, la razón de lo mismo soy yo.

Pues la «estrella» del bar se encuentra ahora muy apagada, he sido siempre igual, con la misma cara de asco de siempre.

Al menos el «señor» Kennedy no ha vuelto a tocarme, cosa que me ha hecho sentir muy tranquila.

Verónica últimamente menciona cosas acerca de un viaje, un bar nuevo y más oportunidades, pero ni yo logro entender lo que dice, pues le ha dado por fumar mas que sólo marihuana. Por mas de que no me importe su salud, si ella llega a morir de sobredosis, estoy segura de que Kurt no tendrá ni un poco de respeto ni piedad conmigo, y ahí si será el verdadero infierno.

Sueños.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora