Lepidoptera

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Z a c h .

  ―Lo admito, admito que he tenido malos pensamientos, pero es algo que podríamos llamar normal―, dijo mirando al piso, nada podía quitarle esa sonrisa del rostro.

―Si es normal, pero mi pregunta fue acerca de la clase―, todos se echaron a reír, ―Entonces no sé―, la campana anunció la salida de todos, ―De acuerdo, nos vemos la próxima clase, no olviden leer el capítulo 25 ya que regalaré puntos extras―.

Zach, se dirigía a la salida con el bulto colgándole de un lado.

―Zachary, espera, quisiera hablar contigo antes que te vayas―, Zach lo miró y tomó aire, ―Si es sobre el libro, iré en seguida a comprarlo―, el profesor acomodó sus papeles y pidió con la mirada que Zach diera un paso hacía atrás, ―No, no es sobre el libro, pero me alegra oír que ya lo comprarás, es sobre tu rendimiento académico, eres un gran chico, motivas al equipo de fútbol aunque no juegues, y las chicas son tus admiradoras, pero verás en la universidad eso no lo es todo, tu hermano, está luchando por mantener su promedio y está a punto de obtener la titulación por promedio pero algo no se lo permitirá, si el apellido Abels está siendo manchado por un muchachito de mal carácter, además solo distraes a las chicas del salón―, Zach acomodó su bulto de nuevo, ―Mi hermano es inteligente, sabrá como arreglárselas sin que yo me entrometa en nuestro apellido, las chicas están locas, ahora si me lo permite tengo un libro que comprar―.

Abandonó el aula sin decir más, caminando por los pasillos silenciosos, nadie se quedaba 5 minutos más después de la campana que anunciaba la salida, excepto los nerds, los deportistas, los músicos o las chicas que acosaban maestros por un buen promedio.

Entró a la biblioteca, los nerds ocupaban una mesa en silencio, sacó un papel para buscar el libro que necesitaría, buscó el pasillo de literatura, hasta dar con el libro, lo hojeó, la encargada de la biblioteca se dejaba enamorar por el vigilante de la escuela, guardó el libro en su bulto y empezó a caminar.

―Eso es ilegal―, dio un salto hacía atrás, ―¡Me asustaste!―, la chica sonrió, ―Entonces te acabas de delatar y aunque no lo hagas te vi guardando el libro en tu bulto―, Zach la miró de pies a cabeza, nunca había visto a la chica, pretendió coquetearle, ―¿Qué haces? ¿Te sucede algo? ¿Llamo a la ambulancia?―, Zach acomodó su bulto, ―¿Qué? ¡no!―, La chica sonrió y comenzó a caminar hacía la encargada con un libro en la mano, Zach del nerviosismo la siguió, pensando que lo delataría, entregó un papel, firmó un cuaderno y tomando su bulto salió del lugar sin decir nada, Zach por ende la siguió.

―No, no me delataste―, la chica sonrió, ―No, no tengo porque hacerlo, ni si quiera te conozco―, la chica se disponía a ignorarlo con los auriculares, ―Pues, gracias...―, la chica lo miró, ―no me agradezcas, no hice nada―, Zach le sonrió de forma coqueta, ―Adiós―.

La chica caminó del lado contrario a él.

Zach siempre ha sido un misterio para los demás, dice cosas sin sentido en clase, aunque su promedio es uno de los mejores su actitud da mucho que desear, su popularidad entre las chicas es infinito, ha sido novio de casi todas las chicas de la escuela, no le importaba nada, era el típico rompe corazones.

Puede hacer lo que quiera, cuando quiera, con quién quiera, la vida es una y tenía que vivirla.

Sin embargo en el corazón nadie manda, Zach se enfrentará a un sentimiento, se enamorará de la chica más difícil, ya que la fama de Zach está tatuada en la piel de todas y cada una de las chicas del lugar, como si de un coleccionista de mariposas de tratara, cada una con un recuerdo vano.

METAMORFOSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora