Crinum

126 9 0
                                    


M e g

La noche caía en silencio, la luz de la luna entraba como ladrón a través de la ventana, la chica dormía sobre el pecho del rubio, el llanto había consumido su último esfuerzo que le quedaba, Fletcher solo pasaba las yemas de sus dedos sobre la piel desnuda de Meg, mientras miraba hacia la ventana.

Los planes que tenía para una vida larga con ella pasaban por su mente nublada, los recuerdos se transmitían como película, las lágrimas se escapaban, tomaba aire, quería demostrar la fortaleza que ya no le quedaba, soñaba que nadie debía llorar su partida.

Logrando ponerse de pie, tomó su chaqueta, en silencio y con cuidado salió de su casa a medianoche, se disponía a caminar moribundo entre las calles solitarias, si algún tropiezo sucedía sería la composición de un cuadro oscuro y vacío lo último que vería, caminaba lento, como zombi, sin dirección aparente, llegando a una calle silenciosa, deteniéndose frente  a una casa con una sola luz encendida en el segundo piso, observaba cada detalle de la morada, y sin contenerse el llanto se hizo presente, ya nada importaba.

Logrando ponerse de pie, tomó su chaqueta, en silencio y con cuidado salió de su casa a medianoche, se disponía a caminar moribundo entre las calles solitarias, si algún tropiezo sucedía sería la composición de un cuadro oscuro y vacío lo último q...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Los pensamientos inundaban su mente, su corazón latía rápido por segundo, tomó aire, retomó su camino al ver que la habitación quedaba a oscuras.

Los pensamientos inundaban su mente, su corazón latía rápido por segundo, tomó aire, retomó su camino al ver que la habitación quedaba a oscuras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los rayos de luz que entraban despertaron a la chica, percatándose de que el rubio había dormido en el sofá de su propia habitación habitación.

—Fletcher, ¿qué haces ahí?—, Fletcher sonrió, —No quise estorbarte—, Meg, observó que ella ocupaba toda la cama, por su posición diagonal, —¡Qué torpe soy! ¿Por qué no me dijiste?—, Se levantó y trató de levantar al rubio del asiento, —No te desesperes, tranquila—, Meg comenzó a llorar, —Soy una tonta, Fletcher lo siento, yo...—, El rubio sonrió, —Eres hermosa cuando duermes—, Meg lo miró, el maquillaje que cargaba ya no estaba, a lo que dejaba notar sus pecas y pestañas naturales, su cabello era un desastre, —Fletcher, yo...—, El rubio tomó su mano, —no digas nada, yo quería observarte mientras duermes, es algo que quiero hacer toda la vida—, la chica sonrió y sus lágrimas caían como llave, —Megan te amo—, la chica entre lágrimas lo miró, observó sus ojos verdes, el rubio sonrió, —Te amo—, la chica observó su mirada, cada palabra era sincera, el aire se consumía, Fletcher acercó su barbilla a la suya, robando el último suspiro de tan preciada cercanía, era un beso lo que los llevó a la cercanía física, olvidaban todo, realmente nada importaba, el recuerdo se dejaba llevar, recostándose en la cama, el rubio trataba de dejar desnuda su piel clara, la ayuda mutua por tocar cada parte de sus cuerpos, los suspiros escapados, el miedo presente, aunque temblaban, la necesidad era mutua, la desesperación los mantuvo unidos, ¿así se siente la vida? ¿para esto sufrimos tanto? Solo necesitamos un minuto de silencio en compañía de la necesidad verdadera para darnos cuenta que la vida misma es preciosa y nada valorada.

—, El rubio tomó su mano, —no digas nada, yo quería observarte mientras duermes, es algo que quiero hacer toda la vida—, la chica sonrió y sus lágrimas caían como llave, —Megan te amo—, la chica entre lágrimas lo miró, observó sus ojos verdes, el ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cada semana, cada día, cada hora, cada segundo valía la pena, Zach visitaba al rubio en relevo de la chica.

Fletcher compartía historias al azar para ambos en sus tiempos, quería prepararlos para depender uno del otro. 

—He estado pensado...—, dijo el castaño, tomando un sorbo de su bebida de naranja, estaban en la azotea mirando el atardecer, —Fletcher, he estado pensando... ¿Qué pasará si esto no funciona?—, El rubio lo miró, —¿A qué te refieres?—, Zach miró al horizonte, —Fletcher, estos últimos meses han sido geniales, ¿qué pasa si no quiero estar con Meg o viceversa?—, El rubio, suspiró, Zach esperaba algo duro de asimilar, —Está bien, entonces... Sé no soy quién para que se enamoren uno del otro, pero se que al menos ahora son amigos—, Zach inclinó la mirada, —Por cada día que pasa me siento desesperado, como si no lo hubiera visto venir, no lo entiendo—, Fletcher tomó un trago de su bebida, —Nadie sabe lo que sucederá de su vida en el futuro—.

La madre de Fletcher pretendía no estar devastada, el rubio estaba tranquilo, todo sucedía tan rápido.

Era viernes, decidieron reunirse para cenar pizza y jugar algo sin mucho esfuerzo

F l e t c h e r

Ver a mi familia unida me hizo querer grabarlo en una memoria fotográfica para recordarlo toda la vida, las risas eran únicas, mi madre se reía con los chistes de Zach, Megan de igual forma sin soltar mi mano, un recuerdo vino a mi mente, el día de integración en la escuela, mi novia reía de algo que me contaba, a lo que nos pasó un grupo de cinco chicos, entre ellos Zach que me dedicó una mirada seria hacía mi, cada recuerdo de mi vida venía a mi mente, de manera fugaz, mi primer beso con Megan, a decir verdad es mi primera novia, cuando tenía 9 soñaba que tendría cientos de chicas queriendo estar conmigo y por lo menos haberme acostado con 15 de ellas, pero nada era cierto, ella era la única y primera en todo, ¿cómo es que de risas pasamos a caras preocupadas? siento desvanecerme, ¿qué sucede? Mi madre y Megan están gritándome, Zach está al teléfono, ¿es normal todo esto? No estoy enfermo, no quiero irme, no estoy listo, no quiero morir aún, solo tengo 20 años, nunca fui a esos lugares que mi madre llamaba prohibidos, una vez me alcoholicé en una fiesta como broma cuando tenía 18, descubrí que mi vecina era lesbiana después de haberme masturbado 5 veces por ella cuando tenía 15, ¿necesitaré mis lentes? Todo es borroso, nunca los necesité, sino hasta cuarto grado y descubrí los pupilentes, el tiempo pasaba tan rápido como podía frente a mi, unos señores con cubre bocas me alumbraban a los ojos, de seguro solo necesito descanso, ha sido una semana loca, recién perdí mi virginidad, quería casarme a los 25 después de graduarme y establecerme en un empleo, quería ver a mis hijos correr a mis brazos cada noche después de ir a trabajar y besar a mi bella esposa que con ansias deseaba verme después de un largo día, la fuerza se ha ido, me ha abandonado, ya no siento nada, ya no escucho a mi madre y a Megan gritar, puedo notar que estoy dentro de un ambulancia, no veo a mi madre o ninguno de ellos cerca, ¿Acaso encendieron la luz más fuerte que tienen? Desearía poder besar en la frente a mi mamá, abrazar a Megan y compartir una larga charla con Zach como despedida, ¿Acaso es tarde ya? Solo quería que sepan que esto no es el final, sino el inicio.

Ver a mi familia unida me hizo querer grabarlo en una memoria fotográfica para recordarlo toda la vida, las risas eran únicas, mi madre se reía con los chistes de Zach, Megan de igual forma sin soltar mi mano, un recuerdo vino a mi mente, el día d...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
METAMORFOSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora