Capítulo Uno.

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Así que después de que me susurra:

-¿Me amas, real o no?

Yo respondo:

-Real.

[...] Aún así sé que hay juegos mucho peores.

Despierto sobresaltada, todo fue un sueño, un sueño que pareció tan real; mi hermanita Prim está durmiendo tranquilamente; en el exterior se oye el alboroto, en las calles pisadas de Agentes de la Paz y los camiones en los cuales llegan, y eso sólo me recuerda una cosa: Hoy es el día de la cosecha.

Me levanto de la cama aún sorprendida por mi sueño, me cambio de ropa: me pongo unos pantalones ajustados y la chaqueta de cazador de mi padre y mis botas, trenzo mi cabello delicada y pacientemente hasta obtener mi trenza casi perfecta. Bajo por las escaleras y me encuentro a Buttercup, el odioso gato de Prim; está echado en el piso a un lado de la puerta, hecho un ovillo.

Como acostumbro, me dirijo al bosque sin que nadie me vea y paso la alambrada que siempre está sin electricidad, bueno, casi siempre, algunas veces Gale y yo nos hemos quedado atrapados en el bosque porque electrifican la alambrada, han sido pocas y, cuándo eso ha sucedido sólo nos sentamos bajo un gran árbol, él me abraza y nos quedamos así hasta que quitan la corriente eléctrica de la alambrada.

Llego al tronco hueco de un árbol donde guardo mi arco y el carcaj con las flechas.

...

Mi primera presa está a unos cuantos metros de mi, en un año no había visto a esa especie, un ciervo; saco una flecha del carcaj y la acomodo en el arco, mientras me pongo en posición, apunto y...

- ¡Hey! ¿Qué harás con él cuándo lo caces?. -Es la voz de Gale, mi mejor amigo.

Ahuyentó al ciervo, me costó un año encontrarlo y Gale lo ahuyentó.

-¿Qué te pasa, Gale? no es divertido- rebato muy enfadada.

-¿Qué vas a hacer con un ciervo tan pesado, Katniss? Hoy es el día de Cosecha y hay muchos Agentes de la Paz-toma una de mis flechas y comienza a examinarla.

-Iba a venderlo, a Agentes de la Paz-le lanzo una mirada desaprobatoria y le arrebato mi flecha.-Es el primer ciervo que he visto en todo el año y ahora lo ahuyentaste.

-Tranquila-toma una roca, la lanza hacia los árboles y sale un par de conejos asustados de entre los arbustos.

Coloco nuevamente mi flecha en el arco, apunto y, el primer conejo cae muerto, el otro sale dando pequeños brinquitos y se me escapa, voy corriendo tras de él, con el arco cargado, pero me detengo gracias a un pensamiento que me vuelve a la mente, me quedo pasmada, ahí entre el bosque, viendo como el conejo sigue su camino, pero concentrada en un solo pensamiento, bajo el arco y me tiro al piso. Ese sueño.





Entonces, No Fué Real.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora