Un día con Momoi

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Había pasado exactamente un mes desde que se encontraba encerrado en esa casa con la patética de su hermanastra, está le seguía dando ordenes de como debía comportase con la gente de su agencia, ¡y que agencia! era una agencia de modelaje y el tenía que ayudarle como su secretario, obviamente por la tarde, por la mañana iba a la universidad, su vida había dando un giro bastante drastrico desde que dejo a Teppei, se sentía sumamente mal pero obviamente no le diría a la idiota de la peli-rosada que esta se encargaba de decirle cada movimiento del castaño, lo que hacía y lo que no. Sabía que se juntaba más con Reo Mibuchi y Junpei Hyuuga desde que él lo había dejado, seguro que le estaban dando casa hasta que se recuperase. Suspiro, intento tener una nueva postura en su cama, estaba en una habitación que le había hecho su hermanastra, estaba decorada con una lampara de leer en un escritorio con su silla correspondiente, las paredes estaban pintadas con tonos de verde oscuro al igual que el cubrecama, intento acomodarse de nuevo pero la puerta fue abierta de un patada, mostrando a una peli-rosa con una cola de cabello y un gran moño negro, con un jumper negro y una camisa color salmón, saltando para todos lados, ligeramente feliz.

  — Mako-chan, despierta, es hora de ir a ver un par de cosas para el negocio — decía feliz la chica mientras despojaba las cobijas al más alto, que la miraba con recelo — Ne, mako-chan, no me mires así, si vienes te mostraré las nuevas fotos que conseguí de Kiyoshi — como todos los viernes, iban de compras y ella le daba cinco fotos nuevas de Teppei en su nueva vida mientras él lloraba pidiendo a dios que se terminase la tortura. 

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y ahí estaban de nuevo en el maldito centro comercial, él sosteniendo las bolsas de su hermanastra mientras esta veía un par de cortinas nuevas, debían cambiar los escenario así los patrocinadores le proporcionarían más dinero, ya habían comprado unos escenarios nuevos, ahora iban por cortinas y un par de luces. Ya se estaba cansando de tanto teatro, la peli-rosa se fue más al fondo del local, tomándolo de la mano, casi, y se lo lleva a rastras. 

  — ¿Que demonios te sucede? — le dijo en tono bajo para no llamar la atención, miro los ojos asustados de su hermanastra, algo malo tenía que haber pasado

— V-vi a ki-kiyoshi y-y-y t-tengo mi-miedo de que t-te v-vea — decía tartamudeando a más no poder y casi transpirando, estaba teniendo leves temblores en su cuerpo, a Makoto le dio pena verla así y a la abrazo, esto la asombro pero le correspondió el abrazo. Una vez que se terminaron de abrazar, la soltó — Mako-chan, perdona que fuese así

— No, tranquila, me demostraste que aún tienes corazón, sabandija — ambos rieron y terminaron las compras, tal vez, Momoi no era tan víbora como él creía. Ese día, ella le dio las imágenes de Kiyoshi mientras lo consolaba y él la ayudo con el estudio, quizás podría vivir así al menos, hasta terminar la carrera y por primera vez, en la vida de la chica, pudo ver la sonrisa de Hanamiya.


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