La verdad saldrá a la luz

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Habían pasado unas semanas desde ese encuentro furtivo en sus vacaciones, Teppei aún intentaba mantener esperanzas de poder volver con Hanamiya y es que ese amor lo mantiene vivo, lo hace feliz, le promete que todo será igual que cuando cae en la realidad, se deprime y siente que nadie puede levantarlo. 

En cambio, Makoto, seguía luchando en contra de su media hermana para poder salir del agujero que lo atrapa, lo estrangula, lo destruye

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— Satsuki, ¿no crees que ya es demasiado para Hanamiya? 

 Pregunta el novio de la chica, cansado ya de ver a su amigo tan triste, por el estrés se había enfermado cinco veces en menos de dos meses. Sabe que su novia quiere lo mejor para su medio hermano y para Kiyoshi, por que ella vio su sufrimiento, lo conoce pero nadie sabe como.

  — Antes de dejarlo ir, prefiero cortarme y teñirme el cabello, Imayoshi — contesto con una mueca de desagrado, los tacones se escucharon junto al sonido de la puerta, explicando que había abandonado su propia habitación

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Y es que nadie sabía, lo que realmente Momoi escondía.

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Eran las cuatro de la tarde del día viernes, la mayoría de los universitarios abandonan las instalaciones, al igual que una muchacha principiante, de largo cabello rosa, acompañada de su fiel ganguro. Cuando encontraron a un castaño llorándole al teléfono, no dejaba de ver la pantalla de forma triste

  — ¿Teppei? ¿Sucede algo? — la de grandes pechos se acerco a él, intentando saber lo que sucedía, la respuesta que recibió fue que Makoto le había cancelado la cita, de eso, había pasado muchas veces

Poco después, ese mismo día, descubrió que eran medio hermanos.

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  — ¡Entiende que lo hago por ti! ¡Todo lo hice por ti, maldito estúpido! — su pequeño hogar se lleno de gritos, flores, jarrones, entre otras cosas salieron volando por los aires, como espectador se hallaba Imayoshi, por las dudas las cosas se saliesen de control — ¡Te di techo, comida, una familia! ¡Todo lo que la ramera de tu madre y Kiyoshi no podrían darte! ¡Por que ambos son iguales, son tan buenos con el mundo pero los aplastan en un segundo!

  — ¡No hables de mi madre y menos de Kiyoshi, pedazo de mierda! — y ahí iba una colección de tazas de té de unos 10 años, adiós a la felicidad— Le contaré a Teppei todo esto, verá que eres una maldita escoria, ¿y sabes qué? Te quedarás sola, por que no me veras la cara nunca más en tu vida — y con eso último, tomo sus maletas, como pudo, salió del desastre para volver a su departamento, a su hogar

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— Y-Yo so-solo que-quería... — su novio le sobaba la espalda, se encontraba llorando enfrente de la habitación de Makoto, ahora abandonada, no había sabanas ni siquiera la almohada, saqueo todo y su corazón se rompió un poco más. Ella simplemente quería que Teppei fuese feliz por una vez en su vida, porque sabía que esa felicidad no la encontraría al lado de su medio hermano. 

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