Serie de sucesos

Destinos

La realidad es que Momoi tenía casi planificada su vida hasta que se entero por su querido padre que tenía un medio hermano y ese era Hanamiya, peor fue cuando supo que este era novio de Teppei, su vida de estilista y fotógrafa se fue por un caño tan estrecho como el ano de Murasakibara, claro está que eso sucedía si lo comparabas con el de Himuro o Akashi. Estaba a punto de ebullición cuando recibió la llamada de su querido medio hermano, lo detestaba pero a la vez agradecía tenerlo para no estar sola, vio su figura aparecer por la habitación alquilada y una avalancha de almohadas lo esperaba listas para emerger furiosas desde las camas. El pobre solo pudo taparse con su brazo izquierdo antes de caer sobre las almohadas que cayeron en combate.

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Momoi quería una vida tranquila pero dudaba poder conseguirla con aquel dúo de idiotas sarcásticos que tenía por novio y medio hermano. Los cuales se estaban peleando por una misera barra de chocolate, la única chica suspiro para volver a prestarle atención a su móvil a alguna noticia que podría brindarle Akashi sobre alguna pasarela para que ella pudiera ir a sacar un par de fotos. Escucho un vidrio crujir y se golpeo la frente mentalmente, la próxima vendría sola

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Kiyoshi aún no podía quitarse el sabor dulce de sus labios después de tantos besos impuestos por parte de su ex pareja, las partes en donde Makoto había tocado se encontraban ardiendo, necesitaba más, necesitaba de nuevo estar con él, necesitaba dejar salir aquellos sentimientos que había guardado como tesoro para el día que él volviera a su vida, todo su corazón lo había dejado almacenado en lo más profundo de su cuerpo. Sentía la necesidad de ir a buscarlo y besarle como si no hubiera mañana, pero tenía que acatar las ordenes que le había pedido por favor el azabache, entonces lo esperaría hasta el resto de su vida

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Kotaro y Riko veían a Teppei más feliz de lo normal, así que no decidieron preguntar nada y lo apoyaron en todo lo que podían durante el resto de las vacaciones. Se sentían felices al ver a su amigo de buen humor, sonreía más que antes y ellos atesoraban esas sonrisas por si algún día se acabasen de nuevo

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Hanamiya necesitaba rápido una salida para poder escapar hacía Kiyoshi, al cuarto día de su estadía, tuvieron que irse por que las sesiones comenzaban el día siguiente y tenían que preparar el vestuario, entre otras cosas. El corazón del azabache se encogió al escuchar esas palabras de la boca de su mejor amigo y cuñado, aún, negándose a ir de aquel lugar, se lo llevaron a rastras hasta la parada de buses para partir hacía su hogar. Todo parecía tan irreal, pero tenía que aguantar por él y por el castaño, para poder tener una relación sin fronteras, y esta vez no quería arrepentirse de sus acciones. El sería quién daría un giro al futuro, el haría que todo fuese mejor, al menos, por una vez.