¿Mi Angel o Mi Demonio?

Lo siento, pero es por tu bien.

Narra Aedan

Si mis cálculos no me fallan llevamos aquí una semana y media, no es tan malo estar aquí, ella es muy divertida y nos estamos relajado mucho, extraño a mis amigos y familia y también la comida, pero no me puedo quejar ,como bien, aveces comemos pescado, otros días, como ayer comimos cangrejos y comemos mucha fruta, ademas que comenzamos a hacer ejercicio gracias al tiempo de sobra,  si Gisselle no estaría aquí seguro estaría muerto, no hubiera podido conseguir la comida que ella consiguió ni hacer el refugió, en este tiempo le he cogido un gran cariño, ya la considero mi mejor amiga.

Hoy es un día nublado y hace un poco de frío, Giss fue por agua mientras yo prendía lumbre, era complicado, primero lo habíamos intentado con dos palos pero nunca logramos prender nada y con lo que se nos facilitó mas fue con dos rocas, ya era tarde e íbamos a comer, Gisselle ya se había tardado así que decidí sentarme, habíamos colocado troncos y colocado piedras en circulo creando un lugar para el fuego, nos había quedado genial.

-!Llegue!- gritó la chica de ojos negros, era muy alegre la mayoría del tiempo,  en las manos llevaba un bote con agua y unos recipientes que habíamos fabricado para meter agua ademas de un bote que habíamos encontrado, el mar traer mucha basura, se sentó enfrente de mi y comenzamos a preparar la comida mientras platicábamos.

Ya sabia mas sobre ella, nació en México pero a los nueve se vino a estudiar aquí, vivía con su amiga, sus padres trabajaban de abogados, trabaja en una panadería porque no le gustaba depender de sus padres, habla español y prometió enseñarme a hablarlo y de otro lado ella ya sabe que yo he vivido aquí la mitad de mi vida y la otra mitad con mis abuelos en Irlanda, le dije que estudio empresarial porque mi padre quiere que maneje su empresa cuando sea mayor, le conté sobre mi familia y sobre mi relación con Holly, ya sabíamos los suficiente sobre nosotros.

Terminamos de preparar los pescados entre bromas y risas y comenzamos con lo mejor, comer, lo que me gustaba de ella era que era sencilla y no se preocupaba de lo que comía, se podría comer una vaca y no diría "ya no porque engordo" en realidad ella esta muy delgada y supongo que es porque hace deporte, comenzamos a comer era algo sencillo pescado asado, ya que no había mucha variedad de comida.

-¿Ya a pasado mas de una semana cierto?- pregunto ella, levantando la vista de su pescado.

-Si - le respondí, mientras metía un bocado a mi boca.

-¿Crees que nos encuentren?- preguntó algo preocupada, su herida había parado de sangrar lo que me alegraba pero aun no se curaba del todo, una herida así no pasa por desapercibida mucho tiempo, ella tuvo suerte de no morir.

-Sigo teniendo esperanza pero si pasa un mes, ya no creo que vengan- dije triste, ella abrió mucho los ojos y me miró nerviosa.

-No te muevas- dijo en voz baja, movió su brazo hacia el cuchillo que tenia a su lado con el que momentos antes había limpiado los peces y yo al no saber lo que tramaba me moví, de pronto un fuerte ardor se apoderó de mi pierna izquierda, baje la mirada y me di cuenta que una víbora de cascabel me había mordido, estaba asustado, esas víboras eran peligrosas si no te atendías a tiempo, la víbora se separó de mi, escuche a Giss maldecir y se levantó rápidamente, le cortó la cabeza a la víbora y le puso una piedra encima para que no se moviera, era extraño que las víboras se siguen moviendo después de cortarles la cabeza.

Ella se acerco rápidamente a mi y se puso de rodillas me empezó a desabrochar el cinturón, entonces me comencé a poner nervioso, estaba sentado en la tierra sosteniéndome con las manos.

-¿Que haces? - dije asustado -Este no es el momento- al decir eso se le formó una pequeña sonrisa y me miró negando con la cabeza, logró quitarme el cinturón y me lo abrochó fuertemente en la pierna un poco mas arriba de donde me había mordido la víbora, lavó el cuchillo rápidamente con el agua que antes había traído.