Bebé

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Narra Aedan

Esos tipos estaban apunto de violarla, tenia que hacer algo rápido para impedirlo pero no se me ocurría nada, las cuerdas en mi mano no querían ceder.

-!No lo pueden hacer!- gritó Kimberly con todas sus fuerzas, todas las miradas se posaron sobre ella, ojalá tenga un buen punto.

-¿Y como por que no?- preguntó uno de ellos, me calmé un poco tan siquiera ya no la estaban tocando, dirigí mi vista hacia Giss pero ella no me miraba.

-Por por- ella estaba nerviosa - Porque no tienen condón- dijo seguramente lo primero que se le vino a la mente haciendo parecer que estaba enojada mientras trataba de esconder sus nervios.

-Y eso que, lo aremos y la mataremos no habrá problema- dijo otro, que, ¿matarla?, dicho esto comencé nuevamente con mi tarea de quitarme las cuerdas de las manos.

-!Claro que si, ella los contagiará de sida! - paré en seco, ¿porque yo no estaba enterado de eso?, todos se miraron entre si confusos.

-!Te dije que no se lo contarás a nadie!- le gritó Giss enojada, parecía que los hombres se habían acobardado, seguí moviendo mis manos de arriaba a abajo, si no la violaban igualmente la matarían así que necesitaba urgentemente salir de esto.

-!Harás que se mueran lentamente!- le dijo con el mismo tono, las cuerdas en mis manos se aflojaron, pero ahora no podía agacharme para quitarme la de los pies porque Kimberly se encargaba de que todos fijaran la vista hacia nosotros .

-!¿Y que crees que haran ellos conmigo?!, !Exactamente lo mismo!, Ahora no se puede confiar en nadie, ojalá te pudras maldita idiota-dijo mas que enojada, haciendo que una vena en su cuello se hiciera notara, si creían que esto era alguna clase de mentira ahora estoy seguro que no es así, todos estaban sorprendidos incluso el idiota del primo de Holly.

-Eso no-n-o,- tartamudeo -!No nos lo dijo!- gritó furioso uno de ellos, había funcionado, Kim había logrado que ellos no tocaran a Giss incluso aunque le costara la amistad de ella.

-No lo haremos con una enferma, nos podría contagiar- dijo otro y sonreí por mis adentros, miré a Giss, tenia la cabeza hacia atrás y notaba su mandíbula apretada.

-Nos largamos- dijo otro recogiendo su ropa.

-!No! - gritó el tipo que antes me había golpeado - !Están mintiendo!- gritó furioso golpeando la mesa de fierro en donde se encontraba atada Giss, y esta se sobresalto.

-No nos importa, no nos arriesgaremos- lo enfrentó uno de los mas altos, giraron y salieron por donde entraron, el hombre si asi se le podria llamar fue directamente hacia Gisselle que tenia algunos rasguños en su cuerpo, causados por los hombres que acababan de retirarse, la tomó de la cabeza y se la estampó contra la mesa, ella gritó levemente, le dio una bofetada, otra y una mas, ella nos se podía mover ya que estaba atada a esa mesa, le dio un ultimo golpe y se fue a algún lugar, me agaché con rapidez tratando de liberar mis pies luego de unos minutos se escucho un ruido y retomé mi posición anterior.
El regreso con unas pastillas en la mano, la desato y la sostuvo fuertemente de su cintura enterrando sus dedos en ella, gruñí

-Te tomaras estas pastillas para que te quedes dormida mientras yo voy a comprar un condón, me aseguraré de que no escapes, luego te haré mía- le dijo sonriéndole amargamente - Ahora tómatelas- le dijo serio estirando una de sus manos que contenía varias pastillas.

-No- le contestó de la misma manera.

-Lo haces o te obligare a hacerlo- dijo sacando un cuchillo de su pantalón, ella se asusto.

-Creo que esa será la única forma- dijo sin ninguna expresión en su rostro, el hombre le acercó el cuchillo a la garganta y ella trago saliva mas que nerviosa, escuchaba a Kim sollozar a mi lado, Giss negó con la cabeza, el hombre la acerco a el aun mas y ella cerro los ojos con fuerza.

¿Mi Angel o Mi Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora