¿Mi Angel o Mi Demonio?

Este es tu fin

Narra Gisselle

Llevábamos dos semanas y media en esta isla, mi herida aun no se curaba, y a veces me sentía mareada, pero Aedan siempre me sujetaba para no caer, era muy lindo, desde el día que se dio cuenta me ha tratado como si fuera de porcelana, la nieve había cesado y volvió a salir el sol, era un clima muy bipolar.

-¡Gisselle! ven a ver esto- gritó el irlandes , fui corriendo hacia el, tenia un pequeño pájaro en sus manos era hermoso.

-Oh pero que cosa mas bonita- exclamé tocándolo con un dedo, el pájaro era de un color azul marino.

-Lo he encontrado en esa roca, parece que no puede volar, ¿y si lo adoptamos?- me preguntó como si fuera un niño pidiendo permiso a su madre.

-Claro, ¿como se llamara?- pregunté sonriendo ampliamente.

-Eh no lo se - pensó un poco - Flupi - exclamó provocando que el pájaro revoloteara en sus manos.

-No se te ocurrió otro nombre, ni al pájaro le gusto- conteste divertida, el frunció el ceño ante mis palabras.

-Haber quiero escuchar un nombre mejor- rayos no tenia ningún nombre en mente.

-Ehhh no lo se, tal vez Weiden - el dio una carcajada, de que se ríe Weiden es un buen nombre.

-Eso ni si quiera es un nombre- exclamó riendo, me crucé de brazos mirándolo con las cejas alzadas.

-El será diferente a los demás- dije asiendo un gesto con mis manos.

-No, se burlaran de el, los pájaros con nombre normal, que se llame Flupi- dijo el con una sonrisa de oreja a oreja, en ese momento el pájaro salió volando de sus manos y se perdió en el cielo.

-Le encanto tu nombre tanto que mejor decidió irse - le dije burlona, el me fulmino con la mirada.

-Ese pájaro es un malagradecido, lo íbamos a adoptar y se larga- dijo negando con la cabeza, mientras yo soltaba una carcajada -En estos tiempos ya nadie aprecia una buena causa- siguió negando con la cabeza mientras yo me reía de el. -Debimos comérnoslo- dijo y los dos comenzamos a reírnos, ahora nos queríamos comer todo lo que encontrábamos.

-Bueno ya que ese pájaro no quiso ser nuestro pequeño hijo, quieres jugar a algo, en esta isla o lo que sea no hay mucho que hacer- asentí con la cabeza, el tenia razón no había internet y las cosas divertidas casi nunca se pueden hacer con dos personas.

-¿A que podremos jugar?, a las cartas no yo me aprendí la forma de las hojas y ya se lo que tienes- dije, sentándome en en una piedra a causa de otro mareo, hace una semana habíamos arrancado unas hojas grandes de un árbol y con la madera quemada habíamos dibujado los números y símbolos de las cartas y habíamos jugado un buen tiempo con ellas hasta que comencé a aprenderme que numero tenia cada hoja dependiendo de su forma y el juego ya no tenia chiste.

-Por eso me ganas siempre- dijo entrecerrando los ojos, yo me encogí de hombros -A las escondidas, será muy difícil encontrarnos ya que hay mucho donde escondernos- dijo proponiendo un nuevo juego con una sonrisa, esto era un juego para niños pero que mas podemos hacer en este pedazo de tierra rodeado de agua.

-Pero solo somos dos- dije incrédula, con dos jugadores es un asco este juego, lo digo por experiencia.

-Así será aun mas difícil- exclamó sonriente, el siempre llevaba una sonrisa es su rostro, y eso era algo que me encantaba de el.

-Supongo que será divertido, ¿quien cuenta?- pregunte animada.

-El que pierda en el piedra, papel o tijera cuenta- dijo colocando sus manos en posición

-Okay, uno, dos , tres , piedra, papel, o tijera- dije, Aedan sacó papel y yo tijera.

-Tijera corta papel, te gané, cuentas tu hasta cincuenta- dije triunfante, el asintió y empezó a contar, tapándose los ojos con las palmas de sus manos.

Fui corriendo entre los arboles buscando un buen escondite, hasta que lo encontré, eran unos arboles altos y detrás de ellos habia una gran roca, me quede aquí por unos minutos hasta que escuche gritar a Aedan "Aunque no estés lista ayá voy" me escondí y esperé unos cuantos minutos, y no venia, esperé un poco mas y no había señal del rubio, decidí ir a buscarlo, sabia que esto no seria un buen juego, quien juega a las escondidas a nuestra edad.

Iba caminando entre las ramas de los arboles cuando escucho un crujido, ahí esta Aedan pensé, me di la vuelta para esconderme y no me encontrara, pero una voz masculina gruesa me detuvo.

-Donde esta Aedan- dijo aquel hombre, acercándose peligrosamente a mi.

- No lo se, quien eres- dije insegura, caminando lentamente hacia atrás.

-!Que me digas! - gritó asustándome y me sujeto del brazo bastante fuerte, patee su pierna y el se quejo, me tiró un puñetazo fuerte al estomago, caí de rodillas al suelo, me había comenzado a sangrar de nuevo la herida, estúpido hombre, empecé a toser con fuerza escupiendo sangre, todo me daba vueltas y sentía mis párpados pesados, veía todo borroso, mire al hombre que me golpeo y tenia su cara demostraba lo asustado que estaba, se veía arrepentido, caí completamente al piso boca arriba mientras seguía tosiendo, detrás de el salieron dos personas mas pero no las logré distinguir por lo mareada que estaba, sentía un fuerte ardor en todo mi estomago que no me dejaba concentrarme en lo que pasaba a mi alrededor, lo ultimo que vi fue a aquel hombre cargandome en sus brazos.

Todo se torno negro, al abrir los ojos me encontraba en un lugar obscuro, veía una sombra me susurraba cosas que no podía entender, empecé a temblar, tenia frío, escuché una voz familiar gritarme.

-"Eres la desgracia de la familia!"- otros gritos le siguieron.

-"!Quisiera que de navidad me regalaran una pistola para matarte!" - reconocía esa voz era mi hermano un día antes de navidad.

-"!Te deberías morir bola de manteca!"-

-"!El mundo estaría mejor sin ti!"-

-"!Fuiste mi peor error!"-

-" !Deja de llorar, eres tan patética!"-

-"!Por que no te mueres de una vez!"-

Sentía mis ojos llenos de lagrimas, mi corazón latía muy rápido, sentía que algo recorría mi estomago, bajo la mirada y tengo un cuchillo enterado, trato de sacarlo pero la sombra me toma la mano y encaja otro cuchillo, los gritos se vuelven repetitivos y mas fuertes, el hombre se acerca y susurra algo en mi oído no logro entenderle pero recibí otra apuñalada de su parte.

-Este es tu fin- dice aquella voz desconocida.

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