Labios Rojos.

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Una mano salió de entre las sábanas y apagó el despertador.

Se levantó para hacer nuevamente la rutina; Se lavo los dientes, se ducho, se puso un traje, salio y tomó el autobus.

¡Mierda! ¿Por qué siempre tenía que hacer lo mismo día tras día? Temía que cambiar la rutina jamás pasaría, aunque según Jordán, todo cambiaría cuando terminara la escuela finalmente siempre le habían dicho eso... Siempre le habían dicho que terminar la escuela era buscar la felicidad.

La cuestión es que Jordán al pasar el tiempo se había convertido en un zombie, se le había olvidado cómo se sentía besar a una chica, bailar hasta que los pies ardan, reír hasta que la panza duela ¿Realmente lo recordaría cuándo terminará la escuela?


En la parada del autobús Jordán vio una chica que no parecía ser de aquí, llamaba mucho la atención así que Jordán estaba seguro de que no la había visto antes, tenía el pelo negro lacio, minifalda, sus piernas voluminosas estaban cubiertas por medias rotas y llevaba una blusa blanca, toda ella estaba de negro a esepcion de su blusa he sus enormes labios rojos. La chica lo miro y sonrió ¡Alto! ¿Realmente lo había visto a él? Se pregunto Jordán, miro atrás pero no había nadie ¿A él de verdad?

Subió en el autobús.

Tomó asiento y se recargo en la ventana decidido a dormir un poco.

-Hola.

Levantó la vista y justo sentada a su lado estaba la chica de labios rojos, si al parecer si lo veía a él.

-Hola.- Respondió Jordán.

-Soy Arista. Te eh visto otras veces, trabajas en el restaurante Drove en las tardes y ahora vas a tu escuela ¿No es así?

A Jordán le pareció muy guapa la chica pero tenía que ser una fácil ¿O que otra chica saludaria a un extraño de la nada y dice cosas como esas?

-¿Me has esatado siguiendo?-Pregunto Jordán.

-No para nada, eso sería muy aburrido, te vez de esa clase de personas que hacen lo mismo día tras día sin ofender. Es sólo que te veo cuando bajas del autobus.

A Jordán no le sorprendían estos comentarios, siempre se los decían y había aprendido a ignorarlos pero viniendo de una extraña le enojada un poco.

-Es cierto me gusta la rutina. Yo no te había visto.

-Suelo pasar desapersivida.

La miro de arriba a bajo, con ese cuerpo y esa cara no podía ser cierto.

-Lo dudo mucho.

-Te invito a comer o a ver una pelicula.

-No gracias estoy...

-...muy ocupado, entiendo, aquí bajas.-Concluyó la chica con sonrisa amable pero de aburrision.

La chica de los labios rojos se paró y lo dejó salir.

-Adiós y un placer Arista.

-El placer fue mío Jordán.

¿Le había dicho su nombre? No pudo decir nada más, bajo del autobus con muchos pensamientos revoloteando en su cabeza.

Entro a su escuela y tomo el mismo asiento de hace 5 cuatrimestres, pero no importaba que tan odioso fuera hacer lo mismo día tras día en unos años se graduaría y podría ser feliz sin interupciones o al menos eso se decía cada mañana al despertar en otro día aburrido.

-Jordan, te vez como si hubieras visto un fantasma.

Dijo Mina, una chica rubia, con cara de hada y cuerpo de modelo. Hace tiempo que ambos eran muy buenos amigos.

-Me desvele, eso es todo.

-Se que estas mintiendo, recuerda hemos sido mejores amigos desde secundaria.
M

ina era una chica realmente agradable conocía los límites y apoyaba Jordán en todo además era una de las pocas personas que no veía a Jordán como un "Matadito"

-Vale vale, es sólo que conocí a una chica en el autobús y ella es...es...

-¿Es...?

Jordan no encontraba una palabra que la definiera...

-¿Guapa, simpática, tierna...?-Mina trataba de adivinar y veía en la mirada de su amigo algo que hace mucho no veía, unas ganas de salir de la rutina para saber como era esa chica.

-Es preciosa sin lugar a dudas e intimidante pero no se que palabra podría emplear para esa hermosa rareza.

-¿Amor a primera vista?

-No, eso es una tontería pero...es curiosidad solamente, eso creo.

Pero la curiosidad tampoco era la palabra adecuada para lo que sentía, le tenía miedo a aquella chica pero sentía en lo más profundo de él que ella no lastimaria ni a una mosca.

Sus clases concluyeron y volvió a tomar el autobús pero no vio ni rastro de la chica de labios rojos.

En el restaurante Drove se convenció a sí mismo que estó podría arruinar todo sus planes y que salir de la rutina era peligroso.

Decidió que no dejaría que pasará nada fuera de lo común pero cuando tomo el autobús para su casa, no pudo evitar buscar a Arista y sentirse decepcionado al no encontrarla.

Supo que esto no había acabado aquí.

Al llegar a su casa prendió el televisor se sentó en el sofá con su gato en sus piernas y las noticias de las nueve comenzaron.

"Buenas noches estamos nuevamente aquí en Nada Oculto el único canal que no te mentira, hoy tenemos para ustedes el informe de el asesino sereal que nos tiene consternados a todos, El asesino navaja, otra víctima en sus manos dejada en las afueras de Salva..."

Apago el televisor.

Ya sabía sobre todo esto, El asesino navaja era un tipo que se pasaba su vida matando personas e incrustandoles navajas en sus manos y pies, nada que quisiera ver o escuchar.

-Señor Mau, no comiste hoy, el plato está lleno ¿En donde estuviste gato travieso?

Dejó a el gato en el suelo y camino a la cocina, se paró en seco al ver que su gato cojeaba.

Lo alzó y revisó su pata, delgada como una hoja se encontraba una cortada que iba en toda la palma. Le echo agua hoxigenada, esperando que eso fuera suficiente.

-Eso te pasa por andar de travieso.

El gato maullo.

Y ambos se durmieron en la misma cama.

Sueños de labios rojos dominaron la mente de Jordan.

Por Ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora