Subió a el autobús y allí estaba ella pero con el cabello color morado, vestida con una chaqueta de mezclilla y toda de blanco, y obvio aún con sus enormes labios rojos. "¿Y ese cambio?" se pregunto Jordán. Arista lo miro y el labial se extendió en forma de una bella sonrisa. Se sentó a su lado.
-Un día no te pido más.-Dijo Arista con voz melodiosa.
-No puedo estoy...
-Ocupado, claro que lo estás, tenemos planes tu y yo.
-No creo... Es que...
-Deja de confundir entre "Buscar la felicidad" y esperarla, si la esperas vas a seguir dejando que todos estos momentos fluyan sin disfrutarlos, te invito a ser feliz.
-Lo seré... Solo es cuestión de tiempo...
-Sólo es cuestión de segundos, lo que te lleva decir "Voy contigo"-Arista lo miro directo a sus ojos, y entonces sonrió un poco.
-¿Que pasa?-Pregunto Jordan
-Que ya no tienes opción, se te ah ido tu parada.
-Esta bien, iré.
Jordán se dijo que ya no podia hacer nada y que esa era la opción más lógica pero sabía muy bien que entre el querer y la verdad había una gran diferencia.
Después de caminar un poco llegaron a una casa vieja y pequeña.
-Esta es mi casa.
-Esto es muy apresurado-dijo Jordán.
-Tranquilo, aún no es para eso.-Y sonrió maliciosamente.
-Eso estaria mal.
Ella río levemente y metió una llave que al parecer se resistía de girar. Ella se veía un tanto nerviosa.
-¿Te ayudo?-Pregunto Jordán y tomo la llave-mi casa tiene truco para abrir, igual y está...-la puerta cedió-...también.
Arista entró corriendo y Jordán la siguió. Luego salió del baño con una bolsa transparente y pastillas dentro.
-Hora de jugar.
-No voy a intoxicarme y si tu lo haces me iré.
-Esta bien-Tiró la bolsa. Su poca resistencia le pareció extraño a Jordan, pero como de cotumbre se lo callo.-¿Has jugado poker al desnudo?
- Por supuesto-mintió.
-Mentiroso, es sencillo sacamos dos cartas, la carta de menor cantidad pierde y se tiene que quitar una prenda, para hacerlo más interesante, el perdedor también tiene que tomarse un vaso grande de cerveza.
-El ganador elige la prenda que se quitará el perdedor y no podemos ir a el baño.
-Me parece justo.
Arista sacó hábilmente las tarjetas y las extendió en la pequeña mesa de en medio de la sala.
-Las damas primero.
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Por Ella.
Romance-Vive hoy que mañana voy a morir. -Estoy cansado de que digas eso. -Pero no te cansas de estar muerto... Como todos. Se miraron y empezaron a correr... correr hacia la vida.