El Vago.

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Jordán tenía frío en sus pies, busco la sabana con los ojos cerrados, tentando el lugar pero encontró el cuerpo desplomado a su lado de Arista y abrió los ojos rápidamente.
Se dio cuenta de que nunca encontraría la sabana porque no estaba en su casa, de hecho simplemente no estaba en una casa.
Estaba acostado en un sillón-cama abajo de un puente, el sillon tenía un aroma de suciedad y humedad, los resortes se le clavaban en la espalda a Jordán, mientras que Arista estaba estaba dormida como si nada en forma de concha, el se sentó vio correr una rata por el bote de basura y luego vio un vago con mucha ropa rota y barba crispada gris que estaba observandolos.
Jordán se sobresalto.
-¿Cómo dormiste muchacho?-El vago pregunto con voz ronca.-Me has robado mi cama-Soltó una risa baja, con la garganta rasposa.
-Muy... Muy bien... ¿Qué horas son?
-Déjame me ver en mi reloj-Dijo el vago con ironia negando con la cabeza.
-Arista-Dijo Jordán suavemente mientras la movia un poco.
-Déjala dormir.
-No, no... Es que tengo escuela...-Dijo Jordán alterado.
-Pues déjala aquí, yo la cuidare.
Pero Jordán tenía miedo en si de él vago, no sabía que mañas tenía, había vivido en la calle ¿Qué valores tendría? No lo sabía y no podía darse el beneficio de la duda.
-No, está bien, estoy seguro de que quiere venirse conmigo.-La volvió a mover-Arista... Despierta ya.
-Déjame, no eh dormido lo suficiente.
Se estiró y después se tapó la cara con el antebrazo.
-¡Arista!-Susurraba pero sonaba alterado.
-Muchacho, vete sin ella ¿Qué no vez que quiere quedarse?
-No, ella no... ¡Arista vamonos!
Ella se sentó.
-¡Jordán quiero quedarme!-Dijo sonriendo con dificultad y abriendo los ojos con trabajo.
-No voy a dejarte...
Ella río un poco.
-Earl, creo que no confía en ti...
-¿Earl?-Pregunto Jordán perplejo.
- Yo soy Earl-Contestó el vago.
-¿Se conocen?
-Desde que ella era una niña, ella llegó aquí y yo la recibí...
-¡Earl! No sigas, el pasado es pasado no lo olvides.-Dijo Arista fulminandolo con la mirada.
-Claro pequeña.-Contestó Earl con mucho cuidado, como si hablará con una hija adolescente molesta.
-Entonces ¿Está bien si te dejo aquí?
-Creo que puedo con Earl... Mañana nos vemos.
-¿Hasta mañana?-Pregunto Jordán.
-Claro, no voy a alejarte tanto de tus estudios.-Le guiño un ojo y volvió a echarse.
Jordán la beso en la frente.
-Adiós Arista.
Jordán se paró y se fue, miró varias veces atrás pero finalmente se marchó.
-Ese muchacho... ¿De donde lo has sacado? ¿De la casa blanca?-pregunto Earl riendo y se echó junto a Arista.
-Sólo lo encontré...
Arista sonrió.
-No es como nosotros, no sabe que es la vida dura.
-No...el es un chico bueno...
Ella se volteó para verle a la caraa Earl, pero algunos cabellos aún estaban enmarañados en su cara.
-Arista... Lo vi, no es como todos con los que sales... Se preocupa por ti...
-¡Earl! Estas a punto de hacer que me vaya.-Soltó una pequeña carcajada.
-Lo digo de verdad... Él te quiere..
-Lo se.
Se levantó del sillón.
-¿En dónde estuvieron ayer?
-Estuve en un bar gay.
-¿Fuiste con Jandro de nuevo?
-Si, ah preguntado por ti y te manda muchos besos.
-Sabemos que es lo que quiere ese chico... Sólo quiere acostarse con el que caiga, incluso si es mujer, sabes que odio que vayas con él.
-Tranquilo estaba con Jordán.
-Tu caballero de armadura blanca no podrá defenderte contra el gran dragón de Jandro.
-¡Oh calla! ¿Quieres comer?
-Eso se dice sin preguntar.
-Te invito a comer.
-¡Querida! Sabes como amo comer pero tan bien sabes que odio a esa gente riquilla... Me miran con miedo y repugnancia.
-Eso es porque sus padres no son la mitad de lo que tu eres.
-Sabemos que nosotros dos... Somos una mierda de persona por eso terminamos juntos pequeña.
-¡Ya! Yo traigo la comida pero voy a tardarme un poco.
-¿A quien irás a ver?
Ella sonrió nerviosa y se enrollo el pelo en el dedo.
-A Lisa... Me lo voy a pintar ahora de rojo.
-¿De nuevo?
-Earl, estoy bien de verdad pero... No pude contenerme, es lo mismo que con tus drogas.
-Deja de hacerlo, te vas a meter en problemas.
-No puedo... Ya regreso.

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-Mina, vamos ella no es tan mala.
-¡Jordán me insultó! Y si hubieras sido un buen mejor amigo, hubieras estado de mi lado.- La chica rubia suspiró exasperada.
-¡Pero tu empezaste!
-Si y nosotros estamos juntos desde hace años ¡Debiste estar a mi lado!
-Bueno si pero... Ya perdóname...
-Sabes que no puedo evitar perdonarte.
Mina sonrió y lo abrazo tan rápidamente que Jordan no pudo corresponderle.
-Oye por cierto ¿Por qué has llegado tarde?
Jordán bajo los ojos, ojalá pudiera decirle a su mejor amiga lo que había vivido anoche, pero ella aunque no era homofobica aún no los aceptaba y era Aristofobica, quería decirle todo porque finalmente Mina había estado con él todo el tiempo, lo había apoyado en sus proyectos y se había ganado a pulso su aprecio.
-Nada Mina, sólo el autobús no pasaba.
Le dolía mentirle a Mina, le dolia pero creía que era lo más sensato, ella no quería escuchar nada de Arista y para su mala suerte, Jordán sólo quería hablar de ella.
-¡Que mal! Oye abrieron ya para los integrantes de la obra, van a dar puntos extra, ya te eh apuntado.
-¿Qué? ¡Mina no, no, no!
-¿Tu de qué vas? Si siempre hemos estado a la orden del día para los puntos extra.
-Eso era antes...
-Eso era hace una semana.-Contestó Mina enfadada.
-Me refería antes de... De ella.
-Oh... Así somos ¿No? ¡Mal agradecidos!
Mina se paró y volteó los ojos.
-Sólo estas enojada porque estas enamorada de mi-Dijo Jordan un poco alterado.
-¡Que nefasto y arrogante te has vuelto!
Se fue echa una furia pero Jordán ni siquiera se movió para detenerla, la quería pero no quería que estuviera cerca, comenzaba a ver el mundo de forma diferente y era más feliz y no podía detenerse por ella... No por ella pero quizá si por otra chica con labios rojos... Jordán sentía que se traicionaba a sí mismo ofreciéndole más fidelidad a Arista pero era algo de verdad inevitable, porque cuando estaba con Arista no sólo se sentía una mejor persona... Él se sentía Real.
En cambio, cuando estaba con Mina se sentía presionado y corretado como casi todos en la universidad.
Con la rubia el sentía que perseguía la vida y con la de labios rojos se sentía con vida.
-¡Ey! Amigo... La chica... La chica con la que estabas ayer ¿Era tu novia?
Era Kevin, maldito Rey de la promiscuidad, siempre asechaba a los conejillos indefensos y virgenes... Pero Arista no era un conejillo era una fiera sexosa en busca de lo nuevo y peligroso.
-No, pero no está interesada.
-Ya veremos...
-Te mandará a volar.
-¡Vamos! Dale una oportunidad a la chica de ser feliz en mi cama.
-¡Lárgate Kevin!
Y sin poner más resistencia Kevin se fue. A Jordán no podía entrarle en la cabeza como hay chicas tan estúpidas que se acostaban con Kevin o bien con un Kevin (Básicamente un chico promiscuo) y esperar ser la excepción, o sea si eran de las chicas que no les importa ser una más no había problema pero ¿Qué les pasaba a las que se creían que serían tratadas diferentes? Pobres sin cerebros seguramente hinundadas de amor con esperanzas asesinadas al ver que son una más.
Y por lo menos por ese día que Arista no dio ni rastros todo fue aburrido, rutinario... Como antes.
Hasta que llegó a su casa.

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-¡Arista! No importa que color te pongas siempre te ves fantástica, tu bieldad es inconmensurable.
-¡Oh Earl! Sólo es rojo, nada del otro mundo. Te eh traído pizza y refresco de tornja por supuesto.
-Me conoces.
Earl fue rápidamente hacia Arista y comenzó a comer su pizza y refresco.
-¿Hace cuanto no comias?
-Uff siglos.
-Ya te eh dicho, ven a vivir conmigo papá.
-Hija, ya sabes que odio todo ese asunto de lo "común" además soy un maldito drogadicto... Soy un pésimo ejemplo.
-Sabes perfectamente que yo tampoco soy una Santa, además si tomará el ejemplo que otros me han dado... Mis verdaderos padres por ejemplo... Sería...-Arista río fuertemente-... La verdad es que ellos son una mierda de personas pero increíblemente sería mejor... Digo... A comparación
-Arista, hija, no te compares con esos padres ineptos que te abandonaron, no saben de que se perdieron.
-¿Y de qué se perdieron Earl? Tu mismo lo has dicho, somos una mierda por eso estamos juntos...
-Arista, todas las personas son mierda, pero tú... Tu eres de la que huele menos feo.
Arista comenzó a reír y Earl la siguio.
-¡Eres un maldito poeta Earl!
Y ambos rieron hasta que les dolió el estómago.

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Jordán abrió la puerta con el truco que su puerta necesitaba para ceder, un poco avergonzado con su gato por no haber regresado a casa anoche.
-Señor Mau perdoname no pude llegar anoche.
El gato ni siquiera daba señales de vida, Jordán fue a la sala y allí estaba el gato muerto con navajas en sus pies.
-¡Presidente Mau!
Cargo al gato que ya se había puesto tieso, su sangre había manchado toda la alfombra y justo en el sillon delgado y fino estaba un pelo rubio...
¿Había sido ella? No, Mina no podía hacerlo, eran años de amistad pero... Estaba enojada... ¿Qué tanto era capaz de hacer? ¿O fue él asesino navaja? ¿O eso quería Mina que Jordán creyera?
-Señor Mau, no comiste nada.
Dijo Jordán y una lágrima le escurrió por la mejilla.
Maldito gato travieso, lo tenía desde hace tres años, es cierto que casi siempre Jordán se estaba quejando de el pero se había ganado su aprecio.
El celular de Jordán sonó.
Era Mina.
-¿Bueno?
-¡Jordan! ¡Gracias a Dios! Han... Han encontrado otra víctima de El asesino navaja lo ah dejado en frente de mi casa-su voz estaba alterada y a punto de las lagrimas-¡Estoy muy asustada! ¿Puedes venir por mi? ¿O puedo ir a tu casa? Hay muchos policías y todo es un verdadero desastre ¡Parece el holocausto!
-¡Mina! ¿Tu estas bien?
-Si... Si pero estoy verdaderamente asustada.
Jordán no podía traerla ¿Y si ese era su plan?
-Tranquila que a El asesino navaja no le conviene estar allí ahorita, hay muchos policías son como tu protección estas más segura allí...
-¿O sea que no vendrás?
- No... Es que... Estoy con Arista.
Mintió y sabía que era una mentira cruel y mala.
-Me hubieras dicho eso antes ¡Idiota!
Y colgó.
Jordán se quedó con un sentimiento de culpa y con la tristeza de su gato muerto.
Lo enterró en su patio, con sus juguetes y cosas.
Lo peor de perder a un ser querido es que tu cabeza no puede dejar de pensar y darle vueltas al "Si yo hubiera" pero eso sólo sirve de tortura.

Por Ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora