Capítulo 1: Tengo un Stalker.

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Actualmente...

SHUT THE FUCK UP! GET UP!

Me incorporé rápidamente con los ojos entrecerrados y saliva seca en la comisura de mi labio, sin contar mi cabello estilo Mufasa. Solo yo, ponía de despertador una canción de heavy metal. Un momento... ¿por qué no veía?

Es una maldita legaña, retrasada.

Froté mis ojos y busqué a tientas mi móvil y cuando lo encontré, quité la alarma como si la vida me fuera en ello. Bostecé y comencé a mirar mi Twitter, como buena viciada que soy, y más tarde mi Instagram y Snapchat.

¿Para qué ir a la Universidad? Hazte camarera de nuevo.

Ni de coña volvería a ser camarera, solo trabajé unos meses en un Starbucks y fue horrible. ¡Todos los hipsters ligaban conmigo! Tantas gafas de pasta gruesa, tantos productos Apple... ugh, y solo trabajé para comprarme un móvil decente.

Me levanté y después, caminando hacia la puerta, resbalé con algo y caí al suelo, ¿por qué tuve que dejar mi puto sujetador aquí? Mis perros empezaron a ladrar y yo solo maldecía mi mierda de coordinación, Cookie y Oreo no tardaron en llegar para revisar que su mamá estaba bien.

Aw, mis adorables niñas pequeñas...

Cookie y Oreo fueron adoptadas por esta servidora hace un año aproximadamente, las encontré abandonadas en la calle y cuando traté de seguir el dicho ojos que no ven, corazón que no siente me di cuenta de que los dos pequeños huskies me seguían.

Y no por Twitter.

Rodé los ojos por mi horrible broma mental y me levanté para llenar a amor a mis dos bebés.

—¿Quién quiere comer? ¡Vosotras queréis!— dije como si le hablara a dos niñas pequeñas.

Salí del cuarto con ellas detrás y paré en seco.

Tú, alfombra hija de puta...

Miré a la alfombra con los ojos entrecerrados mientras cruzaba el pasillo pegada a la pared, para acabar dándome con un marco de fotos en la cabeza.

Pide perdón por el retraso, Orwell.

Froté la parte de atrás de mi cabeza y mis perros me miraron con cara de tienes un retraso grave. Fui a la cocina y encontré a Char muy acaramelada con su marido, parecía que en cualquier momento fueran a hacer cosas sucias en la encimera.

—Em... ¿Dejan un momento su rito del apareamiento? Necesito la comida de mis bebés— murmuré y ambos me miraron con mala cara.

Ay bueno, no me maten. Aún tengo que ver la temporada 2 de Breaking Bad.

Se apartaron a regañadientes y cogí el saco de comida, luego eché la comida en el cuenco de cada una y les cambie el agua.

Eres una buena madre, maldita sea, sí.

Las dos comenzaron a comer y yo, cogí mis cereales y la leche mientras Karlotte seguía con los besos. Sip, los Shippeo como la maldita Gordashipper que era, lo admito. Me senté en la mesa del comedor con India mientras ella leía Harry Potter, la niña era muy fan de Fred... ¿debería decirle que muere?

Nah, déjala, debe ser fuerte. Fuerte como un culturista.

Eché mis Lucky Charms en un cuenco de dinosaurios y luego la leche, India ahogó un chillido y supe que la pequeña rubia de ojos azules, iba a leer la muerte de Fred.

¡No más clichés! [Kian Lawley / O2L]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora