La platica será para otra ocasión.

29 0 0
                                    

Siento que algo viene pero no sé qué es, como susurros que escucho por todos lados pero no puedo entender lo que me dicen. ¿O serán tus ojos tornasol buscándome, acariciándome en la bruma de la noche? Recorro tu cuerpo como recorren mis manos las páginas de los libros, me detengo en tus hombros y nos miramos mientras trato de encontrar una respuesta a mi existir dentro de ti. Como me encantan tus ojos y tus miradas, como me encantan tus labios y tus silencios...

Me aparto de tu lado, desde que supiste que fui escritor te acercas esperando que te vea suspirar y cree un cuento, y a menudo pasa pero mis palabras no te sucumben tanto como mis caricias, así que cuando trato de escribir un cuento lo hago sobre tu piel erizada. Te quiero tanto cuando estás aquí, en ese preciso momento en que te puedo respirar y escuchar, bailar contigo y reírme de tu cuerpo que es incapaz de sincronizarse con mis dos pies izquierdos. Ya empiezan a brillar las estrellas cuando el cansancio de toda la semana cae sobre ti y lo único que quieres hacer en este sábado es dormir en mi cama como si fuera la tuya, como si yo no estuviera. ¿Habrás venido por obligación? Dos semanas transcurrieron desde la última vez que nos vimos y me siento tan inútil, te siento tan extraña con tu cuerpo semidesnudo vencido siendo apenas las 8:43 de la noche. Nuestros estilos de vida nos inflan, nos sacan de quicio y nos ayudan a seguir soñando, a seguir creyendo no en nosotros juntos en una mejor vida, sino nosotros juntos como la mejor parte de nuestras vidas. ¿Por qué viniste a dormir en mi departamento cuando te morías de cansancio? Tomaste el autobús y te llevo 40 minutos arribar hasta este pequeño barco donde vivo exiliado de todos mis temores, de todos mis miedos. Me siento seguro dentro de este departamento como conejo en su madriguera, tú solo eres una invitada para poder observar como la soledad construye a un hombre. No viniste por obligación, tu cuerpo cansado se levanta un poco y me sonríe, me invita a acostarme a tu lado y dormir juntos, la plática será para otra ocasión.

Pero no puedo dormir, no dejo de pensar en tantas cosas que no tienen sentido. Te dejo dormir porque no preparé nada para esta noche, tu estado de ánimo es lo que decide si vamos a caminar al parque o al café de la esquina, a quedarnos juntos en la cama viendo películas o platicando, estar en el sofá leyendo el mismo libro, estar en la cocina preparando galletas o panques. Basta con que digas una palabra para que reconozca tu estado de ánimo, quizás eso es lo mejor de nuestra relación: La manera en la que nos entendemos.

Entonces tú dices una palabra y sé lo que haremos esa noche, te sorprende que mis decisiones son tan acertadas y después de 7 meses sigues sin acostumbrarte como yo no me acostumbro al sazón de tu espagueti.

Esta noche llegaste con una sonrisa, y con mucho silencio. Abriste la puerta del refrigerador y tomaste el jugo de naranja, tenías sed porque casi te lo acabas y yo sin ganas de regresar al supermercado. Nos acariciamos durante un rato en el sofá mientras nos contábamos cosas cotidianas, el conductor del camión te dio mal el cambio dándote cuenta cuando metiste la mano en tu pantalón para comprar unas frituras en la plaza. Te enojaste y subiste lo más rápido que pudiste por las escaleras, tocaste la puerta y no tarde en abrir, pues te conté que mi gato se fue de nuevo y me quede mirando la puerta esperando que él llegara, pidiéndome disculpas pero no, fuiste tú con un abrazo inesperado. Nos acariciábamos, nos besábamos pero todo era tan lento y nostálgico que lo fui entendiendo, te fui llevando a la cama, no con sensualidad sino tratando de comprender, te ayude a quitarte la camisa y te tumbaste boca abajo, te di la espalda y camine a las repisas, mire entre mis libros algún título interesante para leer en el sofá mientras tú descansabas. Reíste, te miré acostada, mirabas al techo y por unos instantes recobraste la vitalidad de tu juventud, tu cuerpo cansado se levanta un poco y me sonríe, me invita a acostarme a tu lado y dormir juntos, la plática será para otra ocasión.







Coleccion de cuentos olvidados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora