Capítulo 5

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Hoy me levanté a las cinco de la mañana, para poder ir a trotar antes de ir a la entrevista. Apenas dos personas decidieron venir hoy al parque. Agradecí mentalmente que no me haya encontrado con aquel hombre. Creo que este va a ser buen horario para venir aquí, se siente mucha paz, silencio, y un agradable viento que choca contra mi rostro. Es realmente agradable.

Mi mente está despejada y lista para lo que me espera hoy, me siento relajada y a la vez entusiasmada. Hoy me espera un buen día, pienso mientras estiro los brazos para regresar ya al departamento a prepararme. Me pregunto si Ian ya se habrá despertado, miro mi reloj, siendo las seis de la mañana. Rio. A decir verdad, no parece de los que despiertan temprano. A no ser que tenga un trabajo por la mañana. Será siquiera que trabaja? La primera vez que me encontré con él en la escalera, era aún de mañana, no muy temprano, pero él estaba vestido con ropa deportiva. Así que, si trabaja, lo hará en algún gimnasio o algo parecido no?. Sacudo la cabeza. De nuevo mis pensamientos vuelan hacia donde no deberían ir.

Sin darme cuenta ya estaba frente a la puerta de mi departamento, inconscientemente giro la cabeza en dirección a la puerta que está frente a la mía, en dirección a su puerta. Espero un poco, y suspiro. La verdad no sé que estaba esperando. Yo, solo.. Quería verlo.

Me baño y me visto en tiempo récord. Antes de entrar a la ducha ya había decidido el atuendo de hoy, tendría que mostrar mi mejor perfil ya que hoy me presentaría frente a uno de los empresarios más importantes de New York y de Estados Unidos. Sé lo necesario para poder empezar a entrevistarlo, luego, si todo iba bien, las cosas iban a empezar a fluir.

La pollera color beige, entubada por encima de la rodilla y a nivel de la cintura, junto con una blusa negra de mangas largas y un poco escotada, de una forma elegante. Y mis stilettos negros, son perfectos para la ocasión. Decido dejarme mi cabello oscuro y largo suelto, de manera ondulada, me coloco una hebillita negra para que el pelo no vaya a la cara, pero dejado al descuido. Me pongo el delineador negro solo arriba, para que resalten mis ojos verdes, máscaras para pestañas, labiales nude. Y ya salgo para la empresa donde conoceré al señor Adam Porter.

WOW. Me quedo perpleja frente al gigante, alto y lujoso edificio que tengo enfrente. De repente me sentí intimidada. Si este señor es dueño de esto y mucho más, probablemente sea un hombre también intimidante. Suspiro profundamente. Ana Collins no se dejará intimidar.

Una de las elegantes secretarias que se encuentra en la recepción, se dirige conmigo hacia el ascensor y presiona el botón que nos llevaría al último piso. Tranquila, Ana. Es solo un ser humano, me digo a mí misma.

Se abre la puerta, y nos encontramos en el último piso. Caminamos hacia el escritorio de otra de las secretarias. Acaso hay hombres trabajando aquí o son solo mujeres? pienso negando la cabeza. Ella hace una llamada y luego de unos instantes.

- Señorita Collins. Puede pasar.- dice la secretaria rubia levantándose y abriendo las dos enormes puertas que supongo dan a la oficina del señor Porter. Camino a pasos lentos pero tratando de parecer segura. A decir verdad, me encuentro más nerviosa de lo que debería. El señor Porter se encontraba sentado en su sillón, pero mirando su hermosa vista desde su gigante ventanal, dado que me estaba dando la espalda.

Me aclaro la garganta. - Buenos días, señor Porter.- gira la silla de manera que pueda verlo. Mi sonrisa se desvanece al tiempo que sus ojos se encuentran con los míos.

- TÚ?!!!.- Decimos al unísono. Donde obviamente mi voz sonó más chillona y enojada de lo que debería. Aún así sus ojos me recorrieron de pies a cabeza con el ceño ligeramente fruncido. Cómo podía ser posible que el hombre al que le había gritado idiota sea nada más y nada menos que Adam Porter?. Oh Dios. Esto no debería estar pasando, no a mi. Ahora tendré que hundir mi dignidad para poder realizar bien mi trabajo, si quiero salir adelante. Maldita sea. Y el muy maldito sigue mirando de forma atrevida. De repente me siento incómoda. Será que Ian se siente de la misma forma cuando lo miro así? Otra vez haciendo volar mi mente, y en el momento menos oportuno.

- Seguirás ahí parada sin decir nada? o tendrás la decencia de disculparte por haberme gritado idiota aquella vez?.- dice frunciendo el ceño y con una ligera sonrisa de lado. Dios, qué idiota. Pareciera que se estaba divirtiendo ante mi frustración. Este desgraciado lo estaba disfrutando. Tranquilízate Ana, primero el trabajo. Ten eso en mente. Digo tratando de relajarme.

- Disculpe, señor Porter. La verdad no quise ofenderlo, pero...

- Pero lo hizo.- terminó mi palabra mirándome fijamente. Hasta ese momento no me había fijado en el color de sus ojos. Tan azul que parecía podía ser transparente, bonitos ojos para un hombre tan arrogante. No lo merece, pensé. Tampoco merece su cabello rubio oscuro que hace un bonito juego con sus ojos y sus gruesas y oscuras cejas.

- Y bien? señorita...

- Collins. Ana Collins.- digo un poco molesta, pero tratando de disimularlo. - Yo.. Señor Porter.. Realmente lamento lo ocurrido.- digo tragándome mis palabras. No puedo creer que haya dicho eso frente a este... señor. El maldito rie y asiente. Agh. No lo soporto.

- Está bien. Entonces podemos empezar si le parece, Collins. De cero.- Quiere empezar de cero pero ni siquiera es capaz de pedirme disculpas por estar a punto de fracturarme el brazo. Ok. exagero, pero el punto es que también me debe una disculpa.

- Si. Como sea.- digo en voz baja claramente molesta y aclaro mi garganta pero sin mirarlo a los ojos. Realmente me desconcentran sus molestos ojos.- Así es. Señor Porter. Si le parece me gustaría hacerle unas cuántas preguntas. - Trato de forzar una sonrisa, a lo que él asiente.

- Lo que necesite saber, Collins. Pero será mejor que se apresure porque, como se imagina. Mi tiempo vale oro.- dice mirando su reloj y yo evitando poner mis ojos en blanco. Maldito arrogante.

- Claro. Solo serán unas cuantas preguntas.- Enciendo mi notebook para empezar a escribir.- Empezaré sobre el inicio de este imperio. Debió tener alguna motivación para llegar hasta lo que es hoy. Me equivoco?.

- No se equivoca Collins.- dice sin dejar de mirarme. Definitivamente este hombre intimida. Me pone los pelos de punta.- Mi motivación siempre he sido yo mismo. Desde un principio supe lo que quería. Siempre sé lo que quiero. Nunca me gustó siquiera pensar en la mediocridad. Podrá pensar que soy arrogante, tal vez sea así.- levanto los ojos para mirarlo. Él no ha dejado de mirarme, aún cuando he intentado concentrarme en la pantalla de la notebook. Dios. Siento que me falta el aliento.- Pero de otra forma, pues, no estaría donde estoy hoy.- termina diciendo con una sonrisa, que si no fuese una intimidante, podría decir que hasta sería bonita. En serio Ana? En serio?.

- Hmm. Entiendo.- digo aún escribiendo.- Lo que quiere decir es que su falta de humildad le hizo ser el hombre que es hoy. Es así?.- Me mira confuso y luego parecía haberse molestado. Ya que se levantó de su asiento, se puso frente a su escritorio y se acercó a mi, recostándose por este.

- Crees que tengo falta de humildad?. Soy uno de los mayores donadores en obras de caridad de la ciudad, y aún así cree eso?.- Hago una mueca. Asiento, y sigo escribiendo.

- Con todo respeto señor Porter. Creo que eso es publicidad más que nada.- Me mira con las cejas levantadas. Pero deja que siga hablando.- Sino no habría razón para hacerlo público. Tampoco digo que esté mal. La mayoría de las personas con alto nivel económico y alto nivel social hacen lo mismo que usted.- Termino diciendo con un poco de duda. Esperando que no reaccione de una mala manera y que termine por echarme.

- Así como dice, Collins. Eso es lo que usted cree.- Se levanta y se gira, mirando sus ventanales y dándome la espalda.- Ahora si no tiene más preguntas puede retirarse.

- Yo, en realidad.. No he terminado.- digo un poco confusa pero guardando la notebook en mi bolso y levantándome, lista para huir. Estaba aliviada porque no tendría que seguir en ese ambiente de tensión y que sentía ya me estaba por volver loca.

- Pues, la entrevista tendrá que seguir otro día.- gira hacia mi, haciendo que se resten unos centímetros entre los dos.- O puedes dejar tu lista de preguntas y en cuanto pueda las responderé.

- Creo que la segunda opción sería la mejor.- digo tambaleádome un poco. Nerviosa al poder oler su aroma masculino a centímetros de mi. Qué diablos es lo que me está pasando?

- Yo también lo creo.- sin apartar sus ojos azules y penetrantes de mi, para luego romper esa conexión y dirigirse hacia la puerta. Camino hacia ella y sin poder mirarlo a los ojos.

- Hasta luego, señor Porter.- avanzo sin escuchar respuesta. Creo que la respuesta ha sido el ruído de la puerta al cerrarse. Suspiro. Maldito arrogante.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2016 ⏰

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