Capítulo 2

25 2 0
                                    


- Ehh.. si, yyo.. yo lo siento.- dije levantándome de manera apresurada y torpe. Mientras me quedaba perdida mirando esos ojos color miel con largas pestañas. Esa barba de tres días sin afeitar, con el cabello despeinado, y esa sonrisa... Oh, esa sonrisa. Sentí mis mejillas sonrojarse al tiempo en que él empezaba a reir. 

- Disculpa, realmente no pude contener mi risa. Vives aquí?..- Sigo mirándolo sin poder reaccionar. Ni siquiera escuché lo que me dijo. Qué fue lo que dijo? Es que con es camisilla negra, deja a relucir esos brazos bien marcados y se me haceimposible concentrarme. Él carraspea, y yo me doy cuenta de lo atrevida que estaba haciendo y bajo rápidamente la mirada. Esa reacción solo hace que el ría otra vez. Qué bonita risa. 

-  ehm, yyo..me has preguntado algo?.- digo y con eso solo consigo hacerlo reir más. Me siento tan patética. Cuándo reaccioné as frente a un chico? Me doy unas palmadas mentales en la frente por eso. 

- Que si vives aquí? en serio estás bien? o te has lastimado la cabeza?.- preguntó serio, y yo no podía estar mejor en ese momento con la vista que tenía frente a mi.

- No. tranquilo, no te preocupes. Y pues si, respondiendo a tu pregunta, me mudé hace unos días, y pues bueno estoy empezando mi vida aquí. Así que si, estoy viviendo aquí.- cuando me doy cuenta de mi redundancia al hablar rio, al mismo tiempo que él lo hace.- Yo no acostumbro actuar así, creo que sigo con adrenalina en mi cuerpo.- digo riendo y negando con la cabeza.

- Creo que hoy he reído mucho más de lo que recuerdo. Así que, gracias, de verdad. Me dirás tu nombre o seguiremos riendo sin saber nuestros nombres?. - dice mirándome fijo y sacando a relucir su sonrisa. Hermosa sonrisa. 

- Ana.- digo. - Ana Collins, el tuyo es?.- ahora tratando de sonar un poco más segura. Es que deberá tener esta reacción con todas las chicas no? 

- Ian.- dice.- Ian Reynolds.- imitándome.- Nos estamos viendo, Ana.- dándome una última mirada, de esas que a cualquier chica derretiría. Él sigue bajando las escaleras y yo continúo subiéndolas, con la mirada perdida y con mucha más lentitud que hace unos minutos. 

Entré a mi departamento, tiré las llaves en la mesita que se encuentra frente al sofá, tiré mis zapatos, y empecé a quitarme de a poco la ropa que tenía puesta hasta quedarme en ropa interior. Eso es lo que más me agradaba de vivir sola. Andar en ropa interior dentro de mi hogar, mi hogar. Digo en voz alta con una sonrisa triunfal. Me agrada decirlo aunque sea yo la única en escucharlo.

Me tiro a la cama, mirando al techo. Luego recogería mi ropa, pensé. Suspiré y cerré mis ojos por unos instantes, donde lo primero que se me viene a la mente fue esa sonrisa tan reluciente, tan, tan perfecta. y esos ojos. Esos benditos ojos color miel. Sonreí y me levanté. Ian tenía ropa deportiva puesta, podría darse la casualidad de encontrarnos en el mismo lugar, en el parque que se encontraba a metros del edificio, no es que sea una stalker o algo por el estilo, ya que de todas maneras iba a ir  a trotar en aquel lugar, me convencía mientras me vestía con mis shorts deportivos negros y una camisilla negra bien abierta donde podía verse el top fucsia.


Llego al parque y empiezo a estirar y calentar antes de empezar el trote, mientras lo hago me pongo a mirar alrededor, solo para saber, si por casualidad lo encontraba por ahí. Pero ni un solo rastro. En qué rayos estaba pensando? Mi mente no debería estar pensando en eso, Dios, es solo un chico. Uno muy sexy, por cierto. Genial! Niego con la cabeza y empiezo a trotar de manera lenta, ya que luego aceleraría los pasos. Debo despejar mi mente y dejar de pensar en estupideces. Olvidé mis auriculares así que, tendré que conformarme con lo que escucho alrededor, aunque no voy a negarlo, todo es muy bonito. La risa de los niños jugando en el cuadrado de arena junto con sus juguetes, los perros jugando con susdueños,parejas caminando de la mando o simplemente sentadas en el césped mirándose como si nadie más existiese en el mundo. 

Me trae recuerdos de los primeros años en la facultad, donde había estado enamorada del que creí, con el que estaríahasta hoy día. Pero las cosas cambian, crecimos, maduramos, y simplemente nos dimos cuenta que la rutina en la relación nos estaba consumiendo de a poco. Nos dimos cuenta a tiempo de aquello, y decidimos seguir por caminos diferentes. Fue raro y por un tiempo doloroso, tener que acostumbrarme a su ausencia. Pero los dos sabíamos, que lo nuestro tuvo que haber llegado a su fin tarde o temprano. Lo bueno es que aún seguimos siendo amigos, aunque parezca raro. Hasta que bueno, él consiguió a alguien más, y ya se hacía incómodo seguir hablando. 

Mientras mis pensamientos seguían en el pasado, sentí como unos hombros chocaban con los míos con tal fuerza y brutalidad que llegó a sacarme del camino, haciendo que tropiece por unas ramas y casi caiga, porque logre sostenerme de un árbol que estaba cerca. Miré en dirección al que me había empujado, sin siquiera tener la decencia de parar a ayudarme. MALDITO.Pero ya me va a escuchar. Qué se cree?? El muy cínico siquiera fue capaz de darse la vuelta a mirar a la persona que empujó. AGHHHH.

Con mucha velocidad y rabia, aceleré mis pasos hasta tratar de alcanzarlo, maldito, maldito, maldito. Lo alcanzo, y lo empujo con toda la fuerza que me es posible, haciendo que logre a penas un movimiento hacia un lado, haciendo que me mire con cara de pocos amigos. JÁ. Toma.

- Pero, qué rayos? Acaso perdiste la cabeza?.- QUÉ? El muy descarado tiene la decencia de decirme eso???

- Acaso perdiste tú la cabeza? Casi me matas hace unos instantes!!.- refuto. obviamente muy enojada.

- De qué rayos estás hablando?! Ah, acaso eras tú la que estaba en mi camino? Disculpa nena, pero debiste hacerte un lado, además que casi te mato?! Lo único que hice fue rozarte para que te hagas a un lado.- termina diciendo y luego sigue trotando. SI. Me deja con la palabra en la boca.

- IDIOTA!!.- grito, logrando que unas cuantas personas me miren con cara de loca. Pero el loco aquí no era yo, era ese maldito.



Mi luz vs mi OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora