No I don't hate you, don't wanna fight you

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Me encontraba sentado en el césped y recargado en la barda blanca del patio de mi casa. El viento soplaba haciendo que mi cabellera rubia ceniza volara un poco. Todo esto me ponía muy furioso... Completamente todo. Estaba tan enojado. Tanto que sentía que si alguien se acercaba a hablarme, lo iba a golpear justo en la cara. Sin duda alguna, no estaba de humor.

Pensaba en Rick, quien asesinó a mi padre hacía unos días porque según él era "peligroso", y ahora él coquetea con mi madre, y su maldito hijo, Carl Grimes. El grupo de Rick nos llevará a la morgue, en segundos nos matarán los caminantes. Y Carl... Agh... Siento que estoy molesto por una razón diferente y extraña. Por él. El idiota que se robó a mi novia.

»...y tal vez se robó mi corazón«

Mi mente siempre jugando conmigo. Siento que... Es raro, pero siento la necesidad de mirarlo a lo lejos con su cabello castaño llegando a los hombros, ver qué hace, hablar con él... no. Yo lo odio demasiado; no puedo hablar con alguien a quién odio, eso es estúpido. Demonios, este chico me vuelve loco y me confunde.

-Todo por ti, Grimes. -musité su apellido con rabia, para después enterrar en la tierra la navaja que tenía en mi mano.

Clave la navaja con frustración y mucha fuerza lo más profundo que pude. Como si me estuviera desahogando de todo lo que siento. Me dolió la mano de tanto presionarla y noté que me hice una herida cerca del pulgar. Mierda.

Puse una mueca de tristeza al ver la sangre brotar por mi mano. Recuerdos vagaron por mi mente. Me imaginé como puede ser mi muerte... La de mi hermano o la de mi mamá. Me siento tan débil. En cambio, Carl y su grupo se pueden proteger entre sí. Me enfurece que él sea mejor que yo. Tengo ganas de...

-¿Ron? -me habló una voz lejana que reconocí al instante.

Me volteé y me encontré con la persona que menos quería ver... Con mi enemigo... Con Dora la exploradora... Con el chico que me arruinó la vida... El que me confunde tanto...

-¿Estás bien? -Carl me preguntó mientras se me acercaba caminando desde lejos a paso lento.

-¿Bien? ¿Me estás preguntando si estoy bien? -fruncí el ceño con molestia y sostuve la mirada hacia sus ojos azules.

Él miraba mis ojos también con detenimiento. Solo que notaba que estaba un dejo de preocupación en aquellos ojos. Ojos verdes encontrándose con azules. Entreabrió la boca y soltó un leve suspiro, lo cual hizo que se viera lindo.

-No tienes porque tratarme así, ¿seguro que estás bien? -comentó dando un paso adelante.

-¿Por qué no lo estaría? -le respondí con una pregunta, una sonrisa falsa y con un kilo de sarcasmo

-Últimamente, he sentido que estás muy distanciado. -Carl me dijo ahora a dos pasos de mi, él parado y yo sentado.

-¡Ja! -reí cortamente y puse una mueca de desagrado. -Ya vete con Enid, ya no me interesa. -bufé y desvíe la mirada.

No quería mirarlo a los ojos... Que debo ser sincero, me gustan mucho.

-¿Así que por eso estás molesto? ¿Por Enid? -se sentó lentamente a mi lado en el pasto.

Sentí su pierna chocar con la mía en el pasto y eso me causo un escalofrío. ¿Qué rayos?

-Aléjate, ¿quieres? -le dije mientras me alejaba unos centímetros de él.

Era muy extraño lo que me pasaba... En realidad no quería que se alejara de mi.

-No me alejaré de ti hasta que me digas por qué me odias. -Carl volvió a cortar ese pequeño espacio que me había alejado.

Short Stories - Ron & CarlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora