RAISSA
He sido muy paciente.
Llevábamos como 3 días en mar y lo único que he hecho es estar encerrada, los muy malditos no me han dejado salir, apenas y me dan comida y eso es una vez al día.
No he actuado porque sé que hay más personas a parte de los comerciantes y cualquier movimiento que haga en batalla podría revelar mi identidad como miembro de la tribu. No crean, a pesar de todo somos muy populares y he visto que ha muchas mujeres las han amenazado con decir la ubicación sin ser parte de nuestra sociedad solo por haber actuado diferente a su entorno.
De repente tocaron la puerta y esta se abrió lentamente dejando entrar al hombre que no me quito la mirada de encima mientras estuve en el puerto. ¿Qué diablos hacía en mi alcoba?
Nuestras miradas se cruzaron, nuevamente sentí ese cosquilleo en mi estómago, no sabía porque cada vez que lo miraba fijamente a los ojos me ponía nerviosa. Él se acercó a mi hasta estar a solo centímetro de que nuestros cuerpos se tocaran, debía levantar la cabeza ya que este hombre me sacaba una buena altura.
Ahora que lo tenía más cerca lo detalla mejor. Tenía unos hermosos ojos oscuros, parecían negros en su totalidad, su cabello castaño oscuro todo despeinado le quedaba muy bien, tenía unas facciones muy finas, su rostro perfectamente perfilado, su nariz, sus cejas, sus labios gruesos pero no tanto de un rosado pálido, todo en él se veía perfecto. Pero claro las apariencias engañan, mientras más delicado y hermoso más peligroso.
Sonrió. Maldito, hasta sus dientes eran perfectos y ni hablar de su sonrisa era muy encantador, pare venir de un hombre.
Pero que dices Raissa, es un hombre, lo más asqueroso de este mundo, solo son parte del rebaño para poder procrear, no sirven para más nada.
- Hace mucho tiempo que no veo a un hermoso manjar entre las rezagadas – ¡el muy idiota acaba de llamarme rezagada! Por si no lo sabían a las prostitutas se les llamaban rezagadas entre las fiestas de los nobles ya que se oía más elegante y menos vulgar.
- Típico hombre que solo busca el deseo propio – Le dije tratando de que no me afectara lo que me dijera, debía actuar como una más del montón para proteger mi identidad, pero ya le haría pagar al muy maldito.
- Bueno, si tanto quieres, ese deseo puede ser mutuo – respondió mientras pasaba sus manos por detrás de mí cintura y me aprisionaba en sus brazos. Sonreí.
- Sí. Quizás lo sea – termine de decir cuando le empecé a besar el cuello y a morderlo sensualmente, él gimió.
- Así que te gusta ir lento – dijo mientras me agarraba de los muslos y me alzaba para sentarse en el lecho y ponerme sobre sus piernas – bueno, los dos podemos jugar lo mismo – me susurro al oído.
Me empezó a besar también desde el cuello, pero él no se instaló ahí, empezó a bajar por mi hombro, acariciando mis brazos, mi espalda y mi cabello, el cual aún estaba atado en una cola alta, en lo que fue a soltarlo, me detuve y me aleje de él. Detestaba que me tocaran el cabello en especial si querían soltármelo.
Se quedó sorprendió por unos segundos, pero después sonrió y volvió a acercarse a mí.
Intente volver a alejarme pero él solo me agarro del brazo y prácticamente me tiro al lecho mientras él se acostaba a mi lado. Aun no salía de mi asombro. No podía creer que por primera vez quien tuviera el control de la situación fuera el hombre y no yo.
- No te gusta que te toquen el cabello, ¿verdad? – me afirmo mientras me acariciaba la mejilla, aun sonreía pero ahora solo se veía lujuria en sus ojos – yo quería ir lento al igual que tú, pero creo que debemos ir directo a lo que se debe – espera, ¿qué?
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Tierras Lejanas (RD)
FantasiaEl pasado puede atormentar a muchas personas incluyendo a los guerreros más hábiles. Cuando Raissa descubra que el pasado viene por ella es cuando más alejada de las personas debe estar o eso pensaba antes de conocer a Demian, el guerrero que le qui...