Ella vivió des de pequeña en una casa a las afueras de Bristol con su padre. Todo parecía bien, normal, pero había unas veces en donde sucedían acontecimientos extraños. Siempre que algo así pasaba ella recordaba que su padre se ponía furioso. Un día que parecía como cualquier otro llegó una carta, y cuando su padre la vio se alarmó mucho. La pequeña de 11 años, solo llego a leer unas pocas letras antes de que su padre quemara la carta: "Colegio Hgrtws de Magia y Hechicería" o algo parecido. La pobre no entendió nada, y confundida preguntó a su padre:
-¿Colegio de Magia? ¿Existen escuelas donde te enseñan trucos de magia?
Su padre no quería que ella supiera nada sobre el tema, pero como ya se imaginó que pasaría tuvo que contarle todo a la niña. Le conto sobre el mundo mágico, sobre algunos de sus secretos y sobre las escuelas de magia. Aún así, él se negó a mandarla a Hogwarts. Conocía bastante de ese lugar y de sus misterios y no quería tener contacto con nadie de allí. Así fue como decidió la opción de mandarla a la Academia Beauxbatons.
La chica creció allí, y una vez entró en el mundo mágico empezó a investigar sucesos y ideologías que no les enseñaban en la Academia. Aprendió sobre magos oscuros, guerras y castas. Aprendió sobre antepasados y familias de noble linaje y se dio cuenta de algo, todo lo que pasaba en el mundo, de una forma u otra, involucraba a Hogwarts. Así empezó con su obsesión por ese colegio. Los mejores magos salían de allí, los más poderosos, los de más renombre, magos oscuros y aurores, todos. Investigó sobre las casas de Hogwarts, su historia y los 4 fundadores.
Pasaron los años y ella acabó llegando a una conclusión: No le gustaba quien era, ni de donde venia. Deseaba, más que nada en el mundo no ser ella, no ser Elendil Leyless, una sangre sucia.
Nunca se consideró anti-social, la verdad es que era de las chicas más conocidas en la escuela, el problema era que Elendil despreciaba a los sangre sucia y los sangre pura la despreciaban a ella por no serlo.
Y continuo así hasta que cumplió los 14.
Ese año le apareció una oportunidad, una que tenía nombre propio: El Torneo de los Tres Magos. Ese año tendría lugar en Hogwarts. Había llegado el momento. Después de tanto leer y investigar sobre esa escuela podría ir a allí, aunque fuera por un año. El único inconveniente era la autorización que debían firmar los tutores para poder viajar. Si su padre había quemado y ignorado la carta que llegó de Hogwarts sabía que no iba a firmar.
Los profesores siempre examinaban detalladamente las autorizaciones para encontrar hechizos de falsificación o el uso de plumas manipuladas. Hacia años que no había tenido que recurrir a la falsificación al estilo muggle, pero agradeció haber aprendido y perfeccionado la técnica durante sus años estudiando en la escuela muggle.
Y así lo hizo. No eran muchas las alumnas de su curso que habían conseguido la autorización de sus padres. Muchos padres tenían miedo a causa de los raros sucesos que habían pasado los últimos cursos en Hogwarts. Se rumoreaba que hacía dos años había entrado un monstruo que atacaba a los niños, también que se había colado un troll y que el año anterior un asesino escapado de Azkaban había conseguido esquivar las barreras protectoras del colegio y había logrado entrar. Pero obviamente esos sólo eran rumores, y cualquier persona con sentido común sabría que Hogwarts es de los lugares más seguros del mundo, ¿verdad?
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Cuando llegó a la escuela separaron a los que irían al torneo de los que se quedarían allí. Un buen rato después le tocó a ella entregar la firma, y intentó calmar sus nervios todo lo que pudo, pero fue suficiente porque al cabo de lo que le pareció una eternidad le dijeron:
- ¿A qué esperas para subir? Venga que no tenemos todo el día.
Y se subieron a los carruajes. Elendil no entendía porque no querían coger un avión que era más rápido, y sí lo admitía, los muggles, aunque fueran inferiores, habían hecho muchos inventos que eran geniales. Ella se puso a escuchar música durante todo el viaje, pensando en lo diferente que iba a ser ese año.
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Unas horas después despertó y una chica avisó:
-Ya estamos llegando a Hogwarts, preparaos para dar una buena impresión.
- Es imposible dar una buena impresión con este horrendo uniforme.- murmuro para ella misma.
Y de pronto el carruaje aterrizó. Eso solamente podía indicar una cosa: Acababa de llegar a la mejor escuela del mundo mágico. Bajó muy emocionada y se encontró con muchos alumnos que iban con túnicas. ¡Utilizaban túnicas! Eso sí que era vida y no el odioso uniforme azul que tenía su academia. La escuela era enorme, había unas torres altísimas, y a lo lejos vio al Instituto Drumstrang que también acababa de llegar. Les hicieron pasar dentro y cuándo entró al comedor era enorme y le daba la sensación que era el sitio con el techo más alto que había visto nunca, y eso que Beauxbatons es un palacio. Cuando miro directamente hacía arriba se dio cuenta de que era porque directamente no había techo y en su lugar se veía el cielo.
- ¿Cómo puede ser que no tengamos frío si el tejado está abierto?- preguntó con su acento francés la persona del lado que no había visto nunca.
- ¿Me hablas a mí?- contestó extrañada. A lo que ella asintió.- Creo que es un hechizo, me parece haber leído algo así.
- Me llamo Fleur, Fleur Delacour.- dijo la chica estirando la mano.
- Yo soy Elendil. No te había visto nunca.
- Es que soy de septimo año. Pero tengo una hermana que creo que va a tu curso.- y le sonrió.
Elendil fastidiada por tanta sonrisa preguntó desinteresadamente:
- ¿Quieres competir en el torneo?
-Sí, va a ser muy divertido. Además, todo el mundo mágico va a verlo, sería una genial oportunidad para mostrar a todos quien es Fleur Delacour.-dijo con aires de soñadora.- ¿y tú?
-No, yo solamente quería ver cómo era Hogwarts, siempre quise estar aquí.-Respondió Elendil.
Se sentaron juntas en una de las mesas. Desde lejos pudo reconocer la zona de Slyterin con verde, plateado y serpientes por toda la mesa. Después pudo diferenciar las otras tres casas. Tenía mucha curiosidad ¿En qué casa hubiera quedado ella? Después de que el Profesor Dumbledore hiciera su discurso aparecieron los platos de comida y empezó el banquete. Fleur siguió hablando durante todo el banquete, sin parar. Aun así Elendil reconoció que esa chica desinhibida pero educada no era como las otras chicas de su curso, hasta podía llegar a ser graciosa.
Una vez acabó de comer decidió ir al baño, que estaba justo al lado. Mientras estaba por los pasillos se entretuvo un poco mirando la escuela y cuando volvió al Gran Comedor ya sólo quedaban algunos alumnos de Hogwarts.
"Puede que no sea tan lejos" pensó, y intento llegar a las habitaciones dónde se hospedaban. Estaba equivocada, no pudo encontrar nada. Hubo un momento que no podía andar más y se sentó al suelo para descansar , pero el sueño la venció y se quedó dormida en el pasillo.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - -¡Saludos de la Hija de Slytherin!
En serio, espero que os guste la novela, sé que hay MUCHISIMAS novelas de Harry Potter pero necesitaba compartir con el mundo (o con las que lean la novela) mi punto de vista de la Saga Harry Potter. Hace años que tengo esta idea en mente y empecé a escribirla, de hecho. Nunca llegue a avanzar mucho pero sigo creyendo que mi idea es genial y por eso decidí retomarla.
Please, si veis algún lugar donde hay algún error ya sea ortográfico o de coherencia, como que escriba algo que contradiga cosas que he dicho en otros capítulos o situaciones así que no os corte, hacédmelo saber. No soy profesional ni nada pero me gustaría que la novela estuviera lo mejor posible.
¡Nos leemos! xx slytherinsdaughter
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Slytherin, La Heredera.
Fanfiction-¿Nunca te has preguntado porque tienes tanto poder o porque te mandaron a Beuxbatons? Te tienen miedo, porque en Slytherin tu serias como tu padre. Y ellos piensan que él era malo. - - - - - - - - Descubre como sería la historia que todos conocemos...