Amor por el Deporte [Oikawa Tooru]

Capítulo 2

Hoy es su primer día en el Aoba Johsai. Basta decir que no está nada emocionada para imaginarse su cara de mal humor al ver el uniforme de la preparatoria, prefería el color oscuro del que utilizaba antes, pero no ya no puede quejarse por lo horrible que es.

—Saya-neesan, ¡vamos!

Natsuki entra emocionado, ya está listo desde hace unos minutos, pero ve a su prima que sigue sin alistarse.

—En un momento bajo. ¿Ya desayunaste?

—No. Te estaré esperando en la cocina—El pequeño sonríe cerrando la puerta para irse a la cocina como le dijo.

Saya se queda sola, suelta un largo suspiro y se dispone a vestirse. En verdad carece de emoción por su primer día de clases; lo único que le queda por esperar es que ese año pase rápido y tranquilo.

Se termina de poner el uniforme y toma su bolso, no tan lista para afrontar el presentarse a la clase ni para nada que le espere en su nueva preparatoria.

Al bajar ve a Natsuki engullendo la comida como si quisieran quitársela, no le sorprende que crea que van tarde considerando que su tía se fue hace una hora al trabajo. Le acaricia la cabeza y se sirve solo un poco de lo que les dejó para desayunar, no tiene mucho apetito y tampoco hay alguien que la obligue a comer más.

—Dame cinco minutos más y nos vamos.

Natsuki asiente levantando sus platos para lavarlos, está impaciente por irse. Su mamá lo lleva de camino al trabajo, siempre es el primero en llegar, pero ahora llegará a una hora normal por lo que debe hacer todos sus deberes antes y no en la escuela como el año pasado.

Saya termina rápido de comer, y en cuanto lava todo toman camino. Llegar a la escuela de Natsuki requiere solo un pequeño desvió antes de llegar a Aoba Johsai, así que es ventajoso porque no se perderá en retomar camino a su preparatoria.

Al llegar a la preparatoria se pone a buscar, de forma disimulada, el edificio académico para zanjar por completo el tema de su transferencia.

Y mientras más camina por el lugar se da cuenta de que el lugar es absurdamente enorme para su gusto. Así que es completamente normal perderse, así que no debe sentirse mal por no saber en qué parte del lugar esta.

—Detesto no conocer. Rayos—murmura mirando los alrededores, solo para lograr identificar los gimnasios.

Se acerca un poco y puede escuchar el característico sonido de los zapatos deportivos rechinar en las canchas. Se debate en sí asomarse o no, no tiene ganas de que la vean y todavía debe buscar el dichoso edificio al cual el maravilloso arquitecto se le ocurrió no colocar cerca de la entrada.

Al final decide ver qué deporte están practicando, ella siempre demasiado curiosa cuando se trata de ello.

Asoma la cabeza y justo en ese momento un balón sale disparado fuera, por suerte sus reflejos son buenos y se quita en cuanto lo ve venir hacia ella. Aunque debe admitir que venía con fuerza y le hubiese dejado un buen moretón de haber reaccionado en destiempo.

Un chico castaño sale por el balón, pero se detiene al ver la chica.

—¿Vienes a ver el entrenamiento? —pregunta sonriente mirando a la joven de cabello marrón.

—No. Solo...me perdí—murmura evitando verlo a los ojos, lo último que quería es que alguien la viera.

—¿Eres nueva~? —Se inclina un poco hacia ella sin dejar de sonreír.

Ella se aleja, pero el chico insiste en acercarse. Es molesto.

Lo mira bien, de arriba abajo notando las rodilleras y recordando un poco el balón se da cuenta de que es del club de voleibol.

Se otro poco, pero antes de que se vuelva a acercar otro chico sale y golpea al otro.

—¡Te tardas demasiado! —Quita su vista del chico castaño para dirigirla a ella, que se aleja todavía más buscando seguridad—; ¿Quién es ella?

—No sé~ ¿Cómo te llamas?

—Saya Murasaki—responde escueta—. Nos vemos.

Se da media vuelta y se va. No quiere seguir ahí, debe buscar el edifico.

Aunque quizás después se dé otra vuelta por ese club.

Pues aquí está el segundo capítulo. En una o dos semanas traeré el siguiente. ¿Qué les pareció?

Gracias por leer.