Capítulo 17

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En sus planes de esa mañana no estaba correr con Hanamaki y Matsukawa, quienes fueron enviados por Iwaizumi al no poder llegar y no querer que no salga a correr o que vaya sola. No es que no le agraden, pero siempre encuentran un momento para salir con alguna broma inocente y que se rían a costa suya; es más divertido cuando de quien se burlan es de Oikawa.

Pero no se podía quejar, se levantaron más temprano de lo normal para suplir al vice capitán y se los agradece.

El recorrido que hacen es casi el mismo, si no fuera porque al de cabello oscuro se le ocurrió darse una vuelta cerca de Karasuno porque por ahí venden un pan muy bueno y quiere comprar un poco. A pesar de que es lejísimo de donde ella vive, pero siendo dos contra uno sus oportunidades de ganar son nulas.

Debe verlo por el lado positivo, es un buen ejercicio, aunque algo pasado de lo normal.

Ella los espera afuera, recuperando el aliento. Ya van varios días que sale a correr, pero se nota que ha perdido parte de su buena condición física, sobre todo con distancias tan largas como la que acaban de recorrer. Toma un poco de agua y la regresa a la pequeña maleta que cargan, no puede tomar mucho aunque se muera de sed.

El olor a pan recién hecho le abre el apetito, pero debe esperarse hasta llegar a casa y desayunar lo que ha preparado Akane para ellos. Son casi las seis de la mañana y ellos deberían estar llegando a casa y comenzar a alistarse para irse a clases, pero la realidad es otra.

A los pocos minutos salen, cargando consigo una bolsa de pan cada uno. Hanamaki toma la maleta para retomar marcha de regreso, es buen ejercicio, pero también considera que debieron seguir la ruta que Iwaizumi les dio. Llegarán tarde a clases.

—Realmente, ¿tan bueno es ese pan?—Saya les pregunta no creyéndolo, para ella el pan es solo eso y no cree que varíen mucho los sabores en un mismo tipo—No creo que valga la pena venir tan lejos solo por eso.

—Cuando lleguemos lo probarás, es muy bueno. Para mí, lo vale.

Ella asiente ante la respuesta del más alto. Y siguen en silencio todo el recorrido de regreso. Sin nada de contratiempos.

Al llegar a casa, Akane ya se ha ido y Natsuki acaba de terminar de desayunar. Lo que le llama la atención a Saya es no ver a nadie más, Hideaki debería estar ahí al igual que Akabashi para realizar su terapia.

Se quita los zapatos deportivos y entra, mira la sala y nada. Decide subir siendo seguida de cerca de los otros, después de todo debe indicarles los baños; se detiene en su habitación.

—Uno de ustedes se puede dar un baño aquí y el otro en este—Se dirige a la habitación de Natsuki, es bueno que en esa casa hayan cuatro baños porque así se evitan retrasos. Matsukawa es quien se va al del niño, después podrán comer, pero antes deben alistarse.

Ella se va hacia la habitación de invitados, y los encuentra dormidos. De Syosuke no le sorprende, siempre le ha costado levantarse porque se queda tarde leyendo mangas, pero de los otros dos hasta le molesta.

—¡Buenos días!—Grita tirando de la cama a Sasuke al halar las sábanas y por defecto asustando al adulto de ahí. Dormido, el mellizo mayor es fácil mover.

Syosuke duerme como piedra, ni habiendo caído su mellizo encima se despierta por completo, aunque el de cabello oscuro sí que se despierta dedicándole una mirada que parece pase directo al infierno.

—No era necesaria tanta agresividad, ¿Qué hora es?

—Casi las siete. Despierta a Syo—Sasuke solo hace un ruido en respuesta, el ceño lo tiene exageradamente fruncido y parece querer golpear a alguien. Es la reacción normal cuando lo despiertan, por eso siempre está de mal humor.

Amor por el Deporte [Oikawa Tooru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora