Capítulo Cuarto.

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Estaba segura que esa misma palabra se le vino a la mente, se le veía en la cara. Me puse algo incomoda y mientras él se dirigía a su destino Eva y Noah lo examinaban de pies a cabeza y es que como no hacerlo si era un hombre llamativo. No portaba el mismo uniforme de todos, era curioso. Jamas lo había visto por el hotel era nuevo también, un trabajador nuevo. 

- ¿Quién era ese?- pregunte seca.
- Es el sobrino de la señora contadora... ¿Cómo se llama?- preguntó Eva a Noah dándole un trago a su café.
- Iván. -respondió el rubio con su uniforme impecable.
- Es algo reservado... Lleva casi el mismo tiempo que Noah trabajando aquí.- me informó Eva. – ¿Pasa algo, Ana? –
- Creo que le visto antes...- dije y lo seguí mirando hasta que su silueta despareció a lo lejos.
- ¿Qué tal tu cita de anoche?- Preguntó Noah rompiendo el silencio.
- Un patán cualquiera, estuvo toda la noche mensajeando...-
- ¿Se dio cuenta que tú lo sabías?- pregunté.
- No, pero no pienso salir con él de nuevo. - Seguimos platicando los tres hasta que sonó el teléfono de la recepción. Noah tomó la llamada mientras nosotras dos lo mirábamos. ''Sí, buen día, señora...Perfecto, yo le diré.- '' dijo Noah y colgó.
- Tu abuela salió con tu madre y hermana... el desayuno esta listo en el restaurante, pasa cuando quieras. - me dijo el rubio. No tenía mucha hambre, la cena de ayer estuvo muy pesada y luego esta sorpresa con la que me topé. Bueno...desayunaría lo que pudiera. Me despedí de los chicos y me dirigí a desayunar.

Al parecer todos los empleados estaban en sus labores, meseros, cocineros,etcétera. Los hospedados al igual, unos tomaban el sol y varios estaban en la piscina. Unas señoritas llegaron y me sirvieron el desayuno. Huevos revueltos con pan blanco y jugo de naranja. Comía poco a poco para no llenarme rápido y estar atenta a todo lo que ocurría a mi alrededor. Mi padre y mi hermano llegaban a medio día, esperaba que papá tuviera suerte en el camino, siempre había cosas que se le presentaban. No me sacaba de la cabeza la escena de anoche... ¿ Como fué que pasó? Cuando yo estaba caminando con la vista al frente no vi a nadie aproximarse... y en todo caso, si yo no los vi por que él siguió su camino ignorándome y finalmente chocando conmigo. Miré mis manos y aun tenían esas marcas del duro golpe miré mi brazo casi a la altura de mi hombro y había un moretón. ''Perfecto''

Terminé el desayuno y agradecí a las señoritas. Estuve dando vueltas por el área de las piscinas tratando de buscar al chico grosero. Nada... no sabía donde estaba. Quizá ya habría terminado su turno o cualquier otra cosa. A quien sí vi fue a Ricardo, el mesero del bar, con sus ojos radiantes quien me saludo con una sonrisa. Fui a la recepción algo frustrada entable un pequeña conversación con Eva sobre los cambios que había tenido el hotel hasta que la camioneta de mi madre llegó y las chicas bajaron entrando por el lobby. Mi abuela me saludo a lo lejos con la mano y su gran sonrisa y se dirigió al elevador para subir. Mi madre y Ros se aproximaron a mí.

-¿Como es que puedes estar despierta después de lo de anoche?- pregunte.

- Tu abuela me despertó a las ocho de la mañana... Ya estaba lista para salir a desayunar con Roslía en brazos.- me dijo mi madre con cara de pocos amigos mientras le pedía las llaves de la habitación a Eva. Reí un poco.
- Sube a descansar, me quedaré con Ros.-
- Gracias, querida. Ya quiero que llegue Sebastían, me prometió que cuidaría todas las vacaciones tu hermana por haber reprobado.-
- Yo no la dejaría en manos de él...-
- Da igual... llámame cuando lleguen estaré arriba- dijo y se colocó sus gafas negras y tomó el elevador. -¿Podemos ir a la arena?- pregunto mi hermana con su voz angelical. Asentí con mucho gusto. Quizá se me hacia ver al chico grosero. Tenia esa necesidad de verlo, de reconocer ese rostro y sacarme de la duda. Nos dirigimos a la arena. Rosalía daba pequeños brincos mientras avanzábamos.


Llegamos y ella se aproximó a tirarse y empezar a jugar. Yo la vigilaba mientras ella formaba sus figuras sin sentido. Al igual miraba las personas que compartían el área conmigo.


''Tss'' ,''Tss'' se escuchaba de tras mio lo cual hacia que mis nervios se activaran. Lo ignore y seguí contemplando. Hasta que alguien tomó mi hombro y me hizo voltear bruscamente.

-Oye... te estoy hablando...- me dijo ya que nuestras miradas se encontraron. 

Era él....




Una Estancia Inolvidable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora