-¿Alguna vez odiaste algo o a alguien?-
-¿Alguna vez te sentiste triste y deprimido?-
-Seguí así, yo me fortalezco de eso.-
Nacido de la nada misma, sin forma perceptible a un ojo normal o mágico, se fue alimentando de la maldad, los pensamientos dolorosos y del odio, todo eso lo hacia cada vez mas real hasta que fue suficiente como para tomar forma corpórea y física.
Un cuerpo deforme y sin coherencia, una mascara de energía y su cuerpo de energía también. Un ser sin intenciones ni objetivos, movido por el odio y la tristeza, vagando por el infinito vacío. Nada mas que oscuridad.
Su mascara se conformaba de energía, y su forma era como la de un plato con tres agujeros redondos. Ojos y nariz representaban esos agujeros, y en la parte inferior de esa mascara, tres picos como crecidos se salían del circulo que era esta mascara.
Pero todo tiene un principio y un final, y esta oscuridad absoluta llegaría a su final muy pronto. Sin previo aviso explosiones sucedían alrededor de esta criatura, parecía un gran juego de luces, las explosiones estaban en todos lados, y de repente una luz que era diferente a las demás cayo sobre una parte especifica de todo ese caos, la bestia que conformada por maldad se sintió atraída y por instintiva que era, se deslizo rápidamente hasta esa sección de lo que ahora era un universo.
Un mundo, solo que aun no lo sabia. Una presencia se hacia respetar pasivamente por toda la extensión de esta masa, seres que no reconocía se agolpaban en zonas especificas. Ante la complejidad de estas organizaciones y la presencia de este ser, la invisible pero existente criatura comenzó a evolucionar, los seres de este y otros mundos se odiaban, y si bien no había guerras y sentimientos fuertes, había rencor y malos pensamientos, y eso hacia crecer a la criatura. poco a poco su forma se fue aclarando, y su cuerpo ahora era de placas. Placas de energía que conformaban una forma bípeda aunque sin extremidades. Muchas formas se mantenían levitando alrededor de la mascara y le daban una apariencia misteriosa y maligna.
Aunque sus placas eran de color negro y sin brillo, la mascara conservaba un color blanco y opaco al mismo tiempo, los huecos que tenia en la mascara se veían negros y vacíos, aun no había una consciencia ahí, sino un animal que se comportaba de forma instintiva y salvaje. Esta criatura mataba y se comía las almas de las otras criaturas, pero todo desde un plano diferente. Paso una cantidad de tiempo incalculable, y la criatura evolucionaba constantemente y con mayor rapidez, ya poseía extremidades y un cuerpo físico, se movía lento y torpe. Pasado unos cuantos eones mas, ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor, seguía cultivando caos desde planos exteriores, ahora su cuerpo no era tan grande y tosco, sino mas ligero y ahora poseía la habilidad de aumentar su tamaño al de un gigante para causar catástrofes y así cosechar almas mas fácilmente, aunque sus extremidades eran largas y nunca había perdido esas placas que lo conformaban. Solo placas levitando y conformando un cuerpo humanoide bajo el control de una mascara conformada por energía.
Ya cuando su alimentación pasiva y su poca interferencia en el mundo real no le alcanzaba, la criatura se materializo y de nuevo una evolución se presentaba en su cuerpo, sus placas corpóreas se tornaban de color blancuzco y mas pinches salían de sus "articulaciones", ahora sus hombros estaban mas abajo que su mascara y sus dedos solo eran tres en cada mano. Su instinto se apoderaba de el, no tenia pensamientos racionales, solo hambre de almas.
Pronto se daría cuenta de que no era el único en este mundo causando problemas, había otros seres poderosos como el que no estaban contentos, o quizás si, solo que les gustaba crear caos. Entre esos seres se encontraban Hariken Iki. una forma humanoide que tenia tapados los ojos con adornos metálicos con retoques y terminados en alas que seguían la forma de su cabello corto hasta por arriba de la oreja, su cuerpo era el de una mujer, cabello levantado hacia atrás y azul. Su cuerpo era cubierto apenas con mas placas metálicas que estaban bien pegadas a su cuerpo, sus piernas parecían de ave y eran fuertes, también con placas metálicas. De su cuerpo colgaban pañuelos de color celeste y al final de cada pañuelo colgaban pequeños cascabeles.
Arashi era un titan.
La criatura sin saber en quien confiar y en quien no, se odiaba con todos. Pero Arashi se gano la confianza de la bestia. Entonces el poder del viento ( Arashi ) y el poder de la muerte ( La Bestia ) se complementaron y así los vientos de la muerte fueron conocidos y temidos entre todos los mortales. La bestia comenzó a aprender, a evolucionar una vez mas. Esta vez, aprendiendo a hablar, y a pensar.
Y así los vientos de la muerte se extendieron de la mano de sus hermanos titanes por todo el mundo. Un mundo sumido en caos y muerte, la bestia ya sabia que hacia y no estaba solo, su poder aumentaba sin limitaciones y eran empujados por los vientos de Arashi. Pero Hariken era Hariken... ¿entonces que era la bestia? se nombro a si misma Dokuro Skull. Y así nació el titan de la muerte, pero eso... es solo el comienzo.
Las batallas continuaban, el planeta entero sumido en muerte y destrucción. Arashi y Dokuro eran muy cercanos y se cuidaban las espaldas el uno al otro. Pero no todo iba a salir bien ese eon. Uno a uno los titanes fueron cayendo en las manos de Hecatonquiro, un coloso creado por el mismo dios para aprisionar a cada titan. Tiene 50 cabezas y cien brazos. Su poder principal es la cancelacion de las habilidades de los titanes. Y domina los cinco tipos de energías (física-psíquica-elemental-espiritual y mágica) es el rival perfecto por excelencia para contrarrestar a los titanes. Y así fueron quedando menos. Su poder disminuía, ya que no eran tantos como antes y eso se veía reflejado en las muertes de las tropas mortales. Dokuro ya auto proclamado Dios de la Muerte, y con su segunda al mando Arashi tomaban los frentes de batalla y sembraban caos y destrucción para cosechar almas y así fortalecerse.
Su poder no era el mismo, Hecatonquiro los devoraba uno a uno y ellos solo podían escapar, Hecatonquiro era el anti titan perfecto, no podían escapar de el una vez atrapados. Pero Dokuro y Arashi no se rendirían, un ultimo plan de batalla seria llevado a cabo ese eon. Dokuro sabia que si había alguien que podía ayudarlo era una sola titan, su hermana, Plimius Hosm. Su contrario perfecto, su otra mitad, ella era buena y considerada, no era la titan de la vida pero si que la protegía. A diferencia de dokuro que solo hacia daño y era lento, Plimius era rápida y defensiva, aunque no podría hacerte daño jamas, Plimius era una mujer alta y delgada, un vestido de luz blanca la vestía, su cabello subía en lugar de caer y luz salia de las extremidades del vestido y por la parte de abajo.
Dokuro hizo un trato con Plimius, si ella le ayudaba a vencer a Hecatonquiro, el dejaría a los mortales en paz. Por supuesto que dokuro no iba a cumplir con ese trato, y que cuando vencieran a Hecatonquiro atraparía a Plimius y así seguiría conquistando todo lo que estuviera a su visión para poder fortalecerse de las almas cosechadas. Pero Plimius es el contrario exacto de Dokuro, por ende puede saber que no haría, así que plimius decidió traicionar por su bien a Dokuro y contarle de todo el plan al dios supremo, Dart'z Kiriu.
El tan esperado día, Dokuro al frente con su segunda al mando Arashi y su hermana Plimius a su derecha. Arashi miro a Dokuro y le dio un cascabel, acto seguido le dijo "No mueras". El plan era simple, atacarían todos al mismo tiempo para intentar confundir a Hecatonquiro y así derrotarlo. Lo que no sabían era que Hecantonquiro no se sorprendería, y que un enemigo invencible les esperaba detrás del cielo... Dokuro salto desde el risco y cayo cual roca en el suelo, seguido de la veloz e imperceptible caída de Arashi y la suave y lenta caída de Plimius. Los tres se deslizaban por el desierto de roca que habían dejado de peleas anteriores, los huesos de guerreros yacían en el suelo. Y al momento de acercarse a Hecatonquiro, el tiempo se detuvo, el polvo no volaba y la muerte no sucedía, las nubes se abrieron bruscamente y un haz de luz se dejo ver en el cielo, una voz resonaba en la cabeza de cada uno, y decía:
- No debieron haber hecho todo esto, destruyeron algo muy preciado. Ni siquiera debieron pensar en atacar a Hecatonquiro... los voy a castigar, pero no sera un simple castigo... -
Alzo un brazo y las placas de Dokuro se convirtieron en hueso, incluso su mascara. Alzo otro brazo y Arashi no sabia en que bando estaba. Y por ultimo, alzo una mano en seña a Plimius para que se acerque y ella lo hizo, acto seguido abrió un portal y echo a Dokuro dentro, e hizo lo mismo con Hariken, y se llevo a Plimius.
Dokuro no entendía nada, ¿que había pasado? ¿donde estaba?... Un bosque... Ese seria el lugar de inicio de una gran catástrofe...
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La Muerte.
De TodoUna de las partes de las historias del Sagrado Gremio, en este libro se cuenta la aparición y aventuras de uno de los integrantes del Sagrado Gremio. Dokuro Skull y su alma inhibidora Neasu, pasaran por grandes cosas para llegar a ser lo que deban s...