349 días antes del día X

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349 días antes del día X
Aquel día me desperté a la misma hora que siempre, pero me quedé mirando al techo un buen rato. Llevaba dos días pensando en la conversación que tuve con Hugo. Tenía razón en todo. Por ello, no podía dejar de preguntarme si nos habían engañado en algo más.

Fue ese día cuando, por primera vez, no me sentí tan afortunada de estar en el Edén.

Me levanté rápidamente y después de darme una ducha, salí de allí. El día anterior no había ido a la playa porque temía volverme a encontrar con Lucas y que me fastidiara mi único momento del día en soledad. Y hoy tampoco iba a ir. Me fui en dirección contraria a donde estaba a la playa y comencé a caminar. Varios minutos después el asfalto se acabó dejando paso a una tierra húmeda y muy marrón, de esa que olía bien y me recordaba a casa. Tardé menos de una hora en darme cuenta de que me estaba metiendo en un bosque. Un bosque precioso, por cierto. Cuando me iba a agachar para coger un poco de tierra y olerla, escuché la voz grave de un hombre gritando:

--¡Aún no!

Me escondí detrás de un gran árbol para que no me viera y sólo saqué la cabeza, par verle yo a él.

El hombre que supuse habría hablado era un controlador, cosa que deduje por su traje. Le estaba hablando a más de veinte personas que iban vestidas igual que él, pero se notaba que él era el jefe, el que daba las órdenes.

No reconocí qué hacían enseguida. Me di cuenta más tarde. Cuando se repartieron. Cada uno salió disparado hacia un lugar, estaba claro que para controlar algo.

Arriesgandome a ser vista me adentré un poco más y me escondí demasiado cerca de ellos para mi lado sensato. Pero mi lado curioso me tentaba a continuar.

Al estar más cerca, pude ver exactamente lo que estaban haciendo.

Había una valla y ellos la estaban comprobando. Comprobando en el sentido de que miraban si tenía agujeros, si medía lo suficiente...

Medía unos tres metros y parecía fuerte y sólida. Daría una vuelta gigantesca, porque no pude ver el final de esta.

De pronto, uno de los que comprobaba la valla, se dirigió al jefe.

-Señor, no creo que haya sido buena idea hacer esto de día, podría venir un elegido en cualquier momento.

-Es muy pronto, estarán durmiendo y no creo que lleguen tan lejos andando. No te preocupes, si de verdad hubiera algún problema, Garrido no habría dejado que esto se hiciera hoy.

-De acuerdo.

Mi lado curioso se hubiera quedado por si decían algo más sobre la valla. Sobre porqué había una valla en mitad del bosque. Pero esta vez mi lado sensato ganó la batalla y salí sigilosamente de allí.

Cuando llegué ya habían desayunado y, afortunadamente nadie me preguntó donde había estado. No sabía si debía contárselo a Hugo, pero de momento no lo haría.

Después de pasar toda la mañana dando vueltas por los alrededores, fuimos a comer, y nada más comer, Marga se acercó y me dijo:

-Ayer Lucas y yo estuvimos hablando... Es guapísimo...

-¿Te gusta? -mi experiencia con chicos era nula y, dado que no había tenido ninguna amiga, mi experiencia hablando de chicos era aún más nula.

-¿A quién no?

A mí.

-Sí, supongo que es guapo.

-Es mucho más que eso, también me trata bien, es simpático y muy agradable. Me gusta hablar con él.

Memorias Del EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora