Capítulo 6

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La película transcurrió sin problema alguno. Exceptuando el que Alina haya tomado riendas con un señor de la fila trasera por golpear el asiento.

Un poco temperamental como siempre, aunque no como el protagonista de la película. Lleno de aficiones por lo desconocido, lo inalcanzable. Alguien tan extravagante al punto de dañar.

No soy alguien que se opone a las aventuras, pero, hay personas que buscan un límite extremo. Sin tener en cuenta que nadie es capaz de poner uno.

Alina y sus películas. Según ella, ayuda a llenar la cuota del espacio de "tiempo recreativo" que debe haber semanalmente según la revista Turns.

Yo lo veo como un lavado de dinero voluntario. La sociedad paga por ver algo que no merece atención y el gobierno proporciona los sitios recaudadores. Un acuerdo mutuo sin consentimiento.

Lo único decente de ese filme fueron los nachos, o los tres que alcance a tomar antes de que Alina los devorara todos. Esa mujer no se sacia jamás.

Me siento orgullosa de tener una madre como ella; es divertida y muy abierta, no teme hacer las cosas y siempre tiene un plan de repuesto cuando algo sale mal.

Muchos desearían tener una madre como ella, y yo la tengo. Eso me hace orgullosa, o tal vez egoísta.

Cuando llegamos a la casa, no hallamos a Richard. Pero si a Adam con una nueva chica creando desfiguros.

— ¡Adam!

Mi abrupto grito los hizo alzar la cabeza. Estaba furiosa, ¿Cómo podía estar haciendo eso?

La chica se levantó, se colocó una blusa encima, besó a Adam y salió de la casa.

Ambas volteamos a ver a Adam.

—Llegaron antes —lazó una sonrisa inocente.

Cuando ya estaba calmada, Alina me tocó el hombro. Asintió, dándome a entender que ella iba a hablar.

—Adam, escúchame atentamente. No te voy a prohibir que traigas jovencitas a la casa, solo que con moderación. Y usa tu cuarto, la sala es de todos, hijo.

Solté un bufido. Eso me faltaba.

— ¡Mamá! ¡No se supone que digas eso, ya es la tercera de este mes! Primero la Anna de sonrisa fácil, luego una tal Romina con quien no me dejó dormir hace dos semanas. ¡Y ahora ella! Si quieres pídele que compre un letrero que diga "No molestar", por Dios Alina.

—Mack, no le puedo pedir que no lo haga, es hombre y está en su mejor momento. Yo lo hacía.

—Sí, pero cambia de mujer así como cambia de calzones.

—Ay Mack, ya me gustaría a mí que trajeras un hombre a la casa.

Basta. ¡Eso fue el colmo! Me di la vuelta para subir a mi habitación, pero Adam gritó.

— ¡Tienes que hacer la cena, Mack!

— ¡Púdrete!

Aunque tenía razón, debía preparar algo. Baje soltando bufidos cada dos por tres.

Estaba enojada, mucho. Soy una feminista, me molesto mucho cuando una de nuestra raza se deja manipular como un objeto; peor aún, ¡como a un juguete!

Sé que no era mi caso, pero, ¡ah! Que coraje.

Mientras salteaba la guarnición, me daba cuenta de algo.

En este lugar el tiempo transcurría demasiado lento, al siguiente día apenas sería miércoles.

Algo tiene este lugar, por eso el tiempo avanza de manera parsimoniosa.

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⏰ Última actualización: Jan 12, 2016 ⏰

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